JUEGOS

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Disfrútenlo muchas gracias!!

Claro que mantener una relación como esa no era nada sencillo, pasaban a veces días en donde los dos no podían estar juntos; y aunque por más que lo desearan, a veces debían contenerse, ya que de lo contrario si llegaban a descubrirlos seguramente sería un día oscuro para la familia Kamado.

Y eso estuvo a punto de pasar, puesto qué, cierto día, mientras Tanjiro estaba en su habitación junto con su hermana desatando de nuevo su pasión, mientras su amada hermana lo montaba como sino hubiera un mañana, saltando encima de su miembro y tratando de contener sus gemidos lo mejor que podía, la perilla de la puerta comenzó a sonar.

Se llevaron el peor susto de su vida, por decirlo de algún modo, sus almas abandonaron sus cuerpos unos momentos y bajaron hasta los mismos infiernos por unos instantes —tal vez, un pequeño adelanto de lo que les pasaría en un futuro—. No eran sus padres, era uno de sus hermanos menores, quién gracias al universo —o al guión, quién sabe— no ingresó, solo abrió un poco la puerta pero sin llegar a ingresar, ya que de hacerlo de seguro hubiera visto una escena lo suficientemente extraña teniendo a su hermana sentada en la entrepierna de su hermano mayor, y le hubiera preguntado a su madre sobre eso.

Quería que el pelirrojo le preste su consola de videojuegos. El pelirrojo le dijo, precitipado, que espere afuera. Les arruinó el momento, esa tarde no volvieron a hacerlo y Nezuko se fué a su habitación.

Sin embargo, en esta ocasión era diferente, sus padres habían salido por motivos personales, por lo que el pelirrojo quedó a cargo de cuidar a sus hermanos hasta que ellos regresen. ¡Bingo! Ese era el momento adecuado, el momento que ellos anhelaban tener a solas. Tanjiro les prestó a sus hermanos menores de nuevo su consola, ya que, ¿A qué pequeño no le gustaría pasar la tarde de un fin de semana jugando videojuegos en la sala de su casa y a todo volumen?

Sus hermanos, gustosos, aceptaron. El pelirrojo tendría su propia diversión aparte. Miró de reojo a su hermana cuando les prestó su consola, ambos se sonrieron, por fin, ese momento llegó para los dos.

Fueron a la habitación del pelirrojo tras haberlos dejado en la sala, y cuando apenas ingresaron y le colocaron el seguro a la puerta, él la tomó de la cintura y la besó como nunca antes lo había hecho, por fin, un momento a solas con su amada hermana y sin tener que preocuparse por sus padres o sus hermanos.

Tras cortar el beso, y de respirar agitados porque no quisieron separarse, ella le propuso un juego antes del plato fuerte. El pelirrojo escuchó su idea y aceptó, después de todo, por más lindo y hermoso que sea tener relaciones con la persona que amas, si no haces algo interesante que mantenga avivada la llama del amor, termina cayendo tristemente en la monotonía.

Ambos se acostaron en la cama, el juego era sencillo, masturbar y estimular al otro durante un minuto, quién acababa primero perdía, obviamente para quien masturbaba al otro era divertido ver las expresiones que hacía. Ella comenzó con el juego, y tras ciertas caricias pícaras, logró despertar el miembro de su hermano.

—Jeje ya estás excitado, ¿Te excité rápido, hermanito?, ¿Tanto me deseas? —le preguntó, en un susurro candente en su oído.

—Sabes la respuesta, siempre lo harás —le dijo, mientras le acariciaba los muslos a su hermana. Dicho y hecho, ella comenzó a masturbarlo, y vaya que se había vuelto buena con el correr de los días.

Los primeros sonidos del placer salieron de la boca del pelirrojo, su hermana sabía cómo llevarlo poco a poco al éxtasis, era adictivo y no podía dejarlo. Ella sonrió pícaramente, escuchar eso fué un indicativo de que lo estaba haciendo bien, no obstante, se le agotó el tiempo, la alarma del celular del pelirrojo sonó, había marcado un minuto.

—Perdiste —le dijo, con una sonrisa burlona.

—Buena suerte, cielo —le respondió, de forma burlona también. Pronto su hermano comenzó a estimularla, con algo de torpeza al principio pero venga, el tipo hacía su mejor esfuerzo y su hermana lo sabía, y amaba eso.

Pronto comenzó a suspirar, y a respirar más y más rápido, en tanto que su hermano lamía y mordía sutilmente su oreja derecha, y le decía al oído ciertas cositas subidas de tono.

Mas sin embargo, no logró su cometido. Ella volvió a hacerlo, y vaya que en esa ocasión lo hizo mejor que la anterior.

—Vamos hermanito, acaba jaja -le miró con cariño, y con algo de gracia.

—No...

—¿Tanto te importa ganar? Es solo un juego, nada más —siguió usando su tono burlesco.

—No me importa, no pienso perder —le dijo su querido hermano. ¡Cielos! Se sentía en el paraíso, podía escuchar con claridad el sonido que hacía la mano de su hermana al mover con rapidez su miembro.

Nezuko pudo ver, por unos momentos, como las pupilas de su hermano formaron pequeños corazones, fue tan placentero. No obstante, se acabó el tiempo. Fué el turno del pelirrojo, y volvió a hacerlo, solo que un poco mejor que la vez anterior.

—¿Sabes algo, Tanjiro? Nosotras las mujeres no acabamos tan rápido como los hombres, debes hacernos... volar con la imaginación... ¿me entiendes? —preguntó su querida hermana.

¿Hacer volar su imaginación, eh? sonrió el pelirrojo. Se acercó a su oído y le susurró un par de cositas —mismas que por ciertos motivos no podemos escribir pero dejaremos que su imaginación vuele—. Ambos se calentaron, estaban con la calentura a mil por hora. Dejaron ese juego a un lado y pasaron al plato fuerte.

Por primera vez ella no se contuvo con los sonidos del placer, podía decir todas las obscenidades que quisiera, después de todo, solo eran ella y su amado hermano. Solo puedo decir que el afortunado pelirrojo tenía una vista privilegiada de como su hermana lo montaba como si no hubiera un mañana.

Se la pasaron algunos minutos disfrutando teniendo relaciones, claro con cuidado y tomando todas las precauciones necesarias, sería algo peligroso si ella llegaba a quedar embarazada...

¿O NO?..

DESEOS (TANJINE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora