Disfrútenlo muchas gracias!!
Casi media noche, solo faltaba unos pocos minutos, para nuestros queridos protagonistas Tanjiro y Nezuko estar despiertos hasta tan tarde tenía sus beneficios, claro, en privado, en dónde nadie podía ver lo que ambos hacían.
Completamente desnudos, tal cual vinieron al mundo, ambos de nuevo estaban desatando el deseo y el amor que se sentían el uno por el otro. Ella lo estaba montando, y como le gustaba hacer eso, la noche anterior se quedaron con las ganas de seguir continuando, y ahora, lo estaban haciendo de nuevo.
Con una mano cubría su boca, era casi media noche y no podía gemir tan alto como ella lo deseaba, y con su otra mano se apoyaba en el pecho de su querido hermano. A pesar de estar a oscuras, el pelirrojo podía notar con claridad la figura de su hermana, y no quería ser presumido ni nada por el estilo, pero, no se puede tapar el sol con un dedo, Nezuko fué bendecida con una bonita figura, una ligera curva en su espalda, un cuello delgado, unos pechos que le encantaban a su hermano y unos ojos que podía enamorar a cualquiera.
—¡Ah, Nezuko! —siendo llevado por una oleada de placer, abrazó a su hermana fuertemente, le dió un besó y la acostó boca abajo mientras él se quedaba arriba. Ahora él la estaba embistiendo, chocando su cintura contra el trasero de ella, apoyando su peso en sus manos estando cada una en los costados de la cama.
—Rayos, esto se siente demasiado bien, Nezuko... mi amor... —le susurró al oído mientras le daba una sutil mordida a su oreja.
—Me alegra que te guste mi amor... por favor no dejes de moverte —le respondió, en tanto que llevaba sus manos a sus nalgas y las abría un poco, para que así el pelirrojo pueda moverse de mejor forma.
Besó su espalda, su cuello, deslizó su lengua desde su nuca hasta la espalda, dió un sutil mordisco cerca de su hombro izquierdo, su hermana le gustaba marcar lo que era suyo, ¿Entonces por qué él no?, También tenía derecho no lo nieguen ni lo intenten.
—Estuve fantaseando con esto todo el día —susurró el pelirrojo, mientras le besaba el cuello.
—¿Ah, sí? —le miró y le sonrió sutilmente.
—Sí, pero en mis fantasías gemías por todo lo alto —dijo él.
—Sabes que no puedo hacerlo tan alto —le respondió.
—Lo sé. De seguro, cuando no puedes venir acá te masturbas imaginándome, ¿Verdad? eres una chica muy mala, me imagino que esos dedos tuyos quedan muy húmedos de tanto que los metes y los mueves ahí dentro —se acercó de nuevo a su oído—, y me encanta que seas así, linda por la mañana, pero sensual y puta por las noches.
—¡Cállate que me estás poniendo más caliente! —dijo ella, cerró sus ojos y solo se concentró en la voz de su hermano, una voz tierna, pero picante y perversa al mismo tiempo.
—Eso quiero... —dijo él—, en el día eres mi hermana, pero en las noches eres mi puta, y no lo niegues.
—Y no lo haré —respondió, sonriendo un poco a decir verdad.
Su hermano se acercó y le dió un beso. Sus brazos ya se estaban cansando de estar en aquella postura, por lo que debía cambiar de posición.
—Levanta tú culo —dijo él. Ella obedeció, sin apartarse mucho de la cama levantó su trasero en tanto que su hermano se acomodaba.
Sus manos acariciaron las nalgas de ella, suaves, firmes también, amaba cada centímetro del cuerpo de su hermana y lo mejor de todo, es que ella le correspondía también.
—Métela ya —dijo ella, le gustaba que su novio la toque, pero sin duda alguna amaba más sentirlo adentro.
—Como usted ordene jeje —dijo, soltó una risita, tomó su pene y comenzó a introducirlo hasta donde podía llegar. Apretó sus caderas y comenzó a moverse, pronto ese sonido, ¡Cielos ese sonido tan exquisito! empezó a escucharse por toda la habitación.
Pronto suspiros empezaron a salir de la boca de ella, no solo le bastó con que su novio la esté embistiendo, sino que ella de igual forma empezó a moverse.
—Sí, eso es, cógeme, vamos cógeme... —se apoyó en la cabecera de la cama para poder moverse también.
A veces el pelirrojo se sorprendía de lo caliente que podía llegar a ser su querida hermana.
Cumplió con los deseos de ella, la agarró de las caderas y continuó cogiéndola durante un buen rato.
—¡Estoy por acabar! —mencionó el pelirrojo. Sacó su pene y comenzó a masturbarse rápido, llegando a terminar en las nalgas de ella, en un suspiro fuerte, un chillido agudo y una respiración acelerada.
Hay que ser sinceros, en ocasiones el pelirrojo tenía el inmenso deseo de correrse dentro de ella, quería experimentar aunque sea por una sola vez en su vida eso, acabar adentro y sentir en carne propia como sus fluidos se esparcían por la intimidad de ella —y eso sin duda alguna es de las mejores cosas que se puede sentir— no obstante, ambos quedaron en que no harían eso, al menos, no hasta que sean adultos y puedan hacer su vida aparte, lejos de todos, ese era su plan cuando ya ambos sean adultos, vivir su vida y disfrutar de su relación sin que nadie los esté juzgando.
Quedó acostado en la cama, vaya que fué una buena corrida, mejor que la noche anterior a decir verdad, pero su sorpresa sería grande al ver cómo su novia, que al principio había quedado acostada a su lado, ahora le estaba limpiando el pene usando su lengua.
—Me encanta como usas tú lengua, Nezuko —le dijo, observando lo que ella hacía. Dejó de lamerlo y le comentó...
—Espero que todavía puedas continuar —soltó una sonrisa, sus mejillas sonrojadas, su respiración algo acelerada y su voz, la combinación perfecta.
—Si sigues así, de seguro —le respondió—, sigue dándole atención.
Cumpliendo con la petición de su hermano, continuó lamiendo y chupando su pene, esperando que vuelva a recuperar su vigor de nuevo. La relación de ambos sin duda alguna era particular, pero eso a los dos no les importaba, solo les importaba que estén el uno para el otro.
Pronto Nezuko de nuevo empezó a montarlo pero dándole la espalda, era todo un show ver su trasero moverse de arriba abajo, atrás y adelante, haciendo pequeños círculos y volviendo a moverse de arriba a abajo.
Se la pasaron cogiendo por un buen rato más...
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DESEOS (TANJINE)
Fanfiction-Este sentimiento es erróneo, ¿No?, No puedo creer que sienta algo por mí hermana, no puedo creer que la veo como una mujer y no como parte mí. Pero ahora no me puedo detener, quiero estar con ella... el deseo de tenerla es más fuerte que cualquier...