UNA PEQUEÑA AYUDA

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Disfrútenlo muchas gracias!!

¡Exámenes!, ¿Quién no odia los exámenes?, Apuesto todo lo que tengo a que la gran mayoría detesta dar un exámen, ya saben, esa sensación de nerviosismo antes de responder una pregunta importante de la cual no sabes ni el título pero igual la respondes porque es tú deber hacerlo.

Las lecciones y los exámenes no seguirán hasta el último día de nuestras vidas, literalmente.

Tanjiro no era la excepción, debía dar unos exámenes muy importantes dentro de unos pocos días, y estaba estudiando en su habitación, muy concentrado, no quería sacar una mala calificación ya que él era un buen estudiante.

Sin embargo, en su habitación ingresó la fuente de su felicidad, la persona que más amaba en toda la vida, con todo su corazón. Nezuko había ingresado en la habitación de su hermano, terminó de hacer sus cosas y quería estar con él un rato.

—¿Puedo ingresar? —preguntó Nezuko, ingresando medio cuerpo suyo en la habitación del pelirrojo.

—Adelante —dijo el pelirrojo, viéndole con una sonrisa.

Su hermana le sonrió con mucha dulzura, e ingresó dentro de su habitación. Le puso seguro a la puerta, siempre le colocaban el seguro porque no sería conveniente para ellos que alguno de sus hermanos menores ingrese de golpe y los encuentre en una situación bastante... particular, por decirlo de algún modo.

La jóven pelinegra se acercó a su hermano, y con mucho cariño le dió un abrazo por la espalda, seguido de un beso en la mejilla.

—¿Todavía sigues estudiando? —preguntó Nezuko, pegando su mejilla izquierda con la mejilla derecha de su hermano, y mirando su cuaderno. Repasaba y realizaba uno que otro ejercicio de matemáticas como práctica previa a su exámen, el cual era de la misma materia.

—Sí, no quiero obtener una mala calificación, no deseo eso —le respondió el pelirrojo, viéndole a los ojos, esos preciosos ojos que su hermana tenía.

—Y yo no deseo que te enfermes, ya llevas estudiando más de dos horas, deberías parar un poco y descansar, ¿No lo crees? —le preguntó, teniendo su rostro muy cerca al de su hermano, se comportaba de manera muy acaramelada con el pelirrojo.

—No creo que me pase nada, además me siento bien, bueno me duele un poco la cabeza pero, ya se me pasará —dijo el pelirrojo, dándole un beso rápido a su hermana menor en los labios y volviendo a lo suyo—, si deseas jugar un rato ahí está mi consola, yo terminaré esto de aquí y podré acompañarte, solo dame unos treinta o cuarenta minutos.

Nezuko suspiró, si bien la idea de jugar algo con su amado hermano le gustaba mucho, no le gustaba para nada que Tanjiro se sobreesfuerce tanto en el estudio y sin descansar.

No obstante, un idea bastante divertida se le cruzó por su mente y su hermano sin duda alguna no molestaría si ella la llevaba a cabo. Gracias a que la silla donde estaba sentado el pelirrojo tenía rueditas para poder desplazarse, ella simplemente hizo retroceder un poco a su hermano.

—¿Nezuko? —preguntó confundido el pelirrojo al ver cómo su hermana lo hizo retroceder junto a su silla.

—Sigue estudiando —dijo ella, entre risas. Tanjiro algo confundido no entendió bien que era lo que quería hacer su hermana, pero pronto se percató de la realidad al ver cómo ella se ponía de rodillas frente a él mientras aún seguía sentado en la silla.

—Nezuko no creo que... —lo interrumpió su hermana.

—Sigue estudiando... —dijo ella. Las mejillas del pelirrojo se tornaron de color rojizo gracias a que su hermana había bajado el cierre de su pantalón.

Habiendo bajado el cierre y de haber hecho a un lado su ropa interior, ella comenzó a darle ciertas caricias al miembro de su hermano, mismo que poco a poco comenzaría a despertar...

—N-No creo que ahora sea el momento para...

—Jaja tú sigue con lo tuyo, hermano  —le respondió entre risas. Abrió sutilmente su boca, usó su lengua con la cual recorrió todo el miembro del chico. Tanjiro intentó detenerla, la puerta estaba con el seguro puesto pero aún así, sus padres y sus hermanos estaban por ahí y podían escucharlos.

Antes de que el pelirrojo pudiera hacer algo para detenerla, echó su cabeza para atrás y cerró sus ojos al sentir como algo húmedo y cálido rodeaba su miembro. Algo electrizante recorrió su espina dorsal, una sensación como muy pocas a decir verdad, lo único que pudo apreciar cuando abrió sutilmente sus ojos y mirar a su entrepierna fué la cabeza de su hermana subiendo y bajando variando su velocidad.

Soltó el lápiz con el cual estaba estudiando. Sus caderas se movían con sutileza a pesar de estar sentado, suspiros y suaves gemidos salieron de su boca, se cubrió la misma y miró la puerta, le pareció escuchar como alguien había cruzado justo enfrente de su habitación, pero pasó de largo.

—N-Nezu... herma... —volvió a echar su cabeza hacia atrás, aún no entendía muy bien como ella se había vuelto tan buena haciendo esas cosas.

No le costó mucho a ella hacer que acabe, lo hizo dentro de su boca, el sabor de aquel líquido viscoso era raro; mas sin embargo no le desagradaba, de cierta forma, le gustaba saborearlo, a pesar de su extraño sabor.

El pelirrojo respiraba algo agitado, en su mente no había otra cosa que no sea a su amada hermana. Ella, entre risas, se limpió lo que había quedado en sus mejillas y en la comisura de sus labios.

—¿Te gustó? —preguntó ella, sentándose en las piernas del pelirrojo mientras pasaba sus dos brazos por detrás del cuello de él.

—Cielos, sí... fué magnífico —le respondió, con sus mejillas ligeramente sonrojadas—, gracias por haber venido, creo... que necesitaba eso.

—Yo solo te cuido, tontuelo —mientras le colocaba un dedo en la punta de su nariz, le sonrió, y le gustó que a su hermano le haya gustado lo que le hizo, luego le besó en la mejilla—, ahora anda, termina de estudiar.

—Sí, gracias, aunque veremos si puedo concentrarme ahora.

Los minutos pasaron, Tanjiro terminó de estudiar, sus cuadernos estaban cerrados y el lápiz encima de ellos.

Estos dos hermanos estaban en la cama, sentados, cada uno con un control de mando de la consola de videojuegos del pelirrojo, viendo la pantalla.

—Te gané... —dijo ella, sentada en el regazo de su amado hermano.

—Te dejé ganarme —dijo él mientras volvía a iniciar otra partida.

—Ay si claro, como no —dijo Nezuko, con cierto tono burlón en su voz.

El pelirrojo la abrazó con mucha ternura...

—Tendrás que venir más seguido a mí habitación, ¿Sabes?

—Mamá y papá podrían sospechar, pero podemos intentarlo —le respondió. Aprovechó un descuido del pelirrojo para volver a ganarle—, te gané...

—¡Eso es trampa!

—Te lo recompensaré más tarde —dijo. Tanjiro levantó una ceja, pero ella le guiñó un ojo dándole a entender lo que quería decir. El solo sonrió después de eso.

Esos pequeños momentos que compartía con su hermana, no tenían precio.

DESEOS (TANJINE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora