Prólogo; Un día contigo

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- ¡Ah, no, cuidado! ¡Dile algo!- Se quejó el castaño, escondiéndose detrás de su pareja.

- ¡No te escondás, cobarde!- Carrera lo persiguió con la pistola de agua en su mano.

- ¿Quieren quedarse quietos? Rob, controla a tu hijo-

- ¡Soy su novio!

- No lo pareces- Carrera hizo una cara de disgusto ante el comentario, dirigiéndose hacia su pareja para abrazarlo.

- ¿Viste lo que me dijo? ¿Viste?- Lloriqueo en brazos de Robleis.

- Si, cariño, si ví. Spreen, no volvás a regañar al niño- Juan, Rob y el rieron.

- ¡Vamos a la piscina, amor, ven!- Juan jaló al pelinegro hacia la piscina.

- ¿Que pl- - Iba a preguntar, pero un fuerte empujón al agua lo hizo callarse, se sumergió en el agua y saco su cabeza- Carre, hijo de- - Juan dió un gran salto, botando tantita agua de la piscina y algunas gotas salieron disparadas hacia los otros dos que permanecían comiendo.

- ¡Oye!- Se quejó Carre.

- ¡Lo siento!- Río Juan, empezando a nadar en dirección a su novio- Hola, guapo, ¿Tienes novio?- Preguntó, pasando una mano por su cabello, Spreen se sumergió y tomo las piernas de Juan por debajo del agua, alzandolo sobre su hombro.

- Hmm...¿Porque lo preguntas?- Con cuidado lo sentó en el borde de la piscina.

Juan sonrió ampliamente.

- Eres muuuy lindo, lo sabías?- Comentó, viendo a Carre quien se acercaba con un plato en sus manos.

- Si, ya me lo habían dicho- Responde el pelinegro, tomando el plato en sus manos para comer un poco de lo que había en el.

- Eso es mío, bonito- Juan le quitó el plato de las manos.

- Uh, que aburrido- Le saco la lengua y se fue a nadar junto a sus amigos.

- ¡Aburrido tu cola!- Le grito, haciendo un mojin con sus labios.

- ¿Terminaste?- Robleis se sentó a un lado del castaño, quien negó con su cabeza en respuesta.

- No, pero, Spreen ya se comió la mitad- Hizo un pequeño y adorable puchero, sacándole una risa al menor.

- Eres adorable- Comentó viendo como Rivers y Carre jugaban a las luchas sobre los hombros de Ari y Spreen.

- ¿Enserio?- Metió una cucharada de comida a su boca.

- Si..Te ves tierno hasta haciendo un puchero, Spreen es afortunado de tenerte- Aquello le sacó una sonrisa a Juan.

- Si..Lo es- Robleis se levantó de su lado, dirigiéndose a la mesa llena de aperitivos- Hah... Lo siento..- Sonrió, levantándose del borde de la piscina para ir detrás de Robleis a robar más aperitivos- ¡Esto se ve delicioso!- Dijo, mirando todo lo que había en la mesa.

- ¿Verdad?- La voz femenina de cierta chica le hizo sonreír.

- ¡Molly!- Se dió vuelta, viéndola allí con un traje de baño de dos piezas de color rosa.

- Hola, Juanito, tiempo sin vernos, pendejo- Le acarició levemente el cabello, tomando un plato para servirse un poco de lo que había en la mesa.

- ¡Si, me alegra verte!- Sonrió, haciendo lo mismo que ella para irse a sentar a una de las mesas cercana a la piscina.

- ¿Cómo has estado últimamente? ¿Todo bien?- La pregunta lo dejo inmovil, pero solo dió una sonrisa y asintió.

- Sip, bastante bien y feliz, para ser sincero

- ¡AHHH, AHH, NO, NO, NO MAMES!- El grito de Rivers lo hizo voltear.- ¡JUAN! ¡DILE A TU NOVIO QUE ME DEJE!- Le grito viendolo, el castaño se carcajeo levemente.

- Spreen- Lo llamo tranquilamente- Ven aquí- Pidió, Spreen acato su orden y todos estallaron en carcajadas.

- ¡Cállense ya o los voy a ahogar en la piscina!- Los amenazo, sentandose a un lado de Juan quien río por lo bajo, entregándole una bebida.

- Bebe, no has tomado nada desde que llegamos

«·†·»

- ¡JUAN, NO, NO, NO, MALDITA SEA! ¡DIME QUE NO!- Lo miro con súplica, recibiendo, en respuesta, un silencio. Las lágrimas que tenía acumuladas en sus ojos empezaron a salir, resbalando por sus mejillas, su fuerza abandonó su cuerpo y calló de rodillas al suelo, tomando su cabeza mientras susurraba cortos "No".

- Lo siento, pero, debemos ser fuertes- Se puso de cuclillas frente a el.

- No, no, no, no, no... N-no.. No, es una mentira, si, es eso, una mentira, ya, ¿Dónde está la cámara? Dime, dime dónde está la cámara?- Lo miro.

- No es ningún tipo de broma, hijo, Juan se quitó la vida anoche- Las palabras que la hicieron estallar. ¿Juan? ¿El? ¿El se había suicidado?.

- ¡No, no, mentiroso! ¡CÁLLATE, MENTIROSO!- Retrocedió, arrastrándose en el suelo- ¡Cállate, cállate, cállate!- Pidió, tapándose los oidos.

- Spreen, no es broma, no es una mentira, un sueño o una pesadilla, es la verdad- Un sollozo salió de su boca, seguido de otro, y luego muchos más.

- ¡No! [...] No...- Su voz se entrecorto- ¡No! ¡N-no, maldita sea, no!- Sus manos agarraron su cabello, apretó su cabeza enterrandose las uñas- ¡NO! ¡N-NO! ¡D..DIME QUE...QUE NO! ¡PAPÁ, DIME QUE NO ES CIERTO!- Lo miro con súplica, las lágrimas bajaban por sus mejillas.

- Lo siento mucho, mi vida, se cuanto lo amabas- Se acercó a el, acojiendolo en sus brazos.

-...Pa...Pa...Di-..dim..me..Es mentira- Su voz se oía totalmente rota, se aferraba al cuerpo de su madre quien intentó que las lágrimas no salieran de sus ojos, el también le había tomado cariño a Juan.

- Amor mío... Solo... Solo... Afrontemos esto juntos, ¿si?- Lo miro a los ojos.

- No puedo, no puedo, no, no, papá, no puedo, no puedo... No, no puedo...- Negó varias veces con su cabeza, empezaba a respirar bastante agitado.

- Tranquilízate

- ¡Papá! ¡No! ¡No! ¡Y-....!- El aire abandono el cuerpo de su hijo, este cayó desmayado en sus brazos.

- ¡Maldita sea! ¡Rub, saca el auto, rápido!- Lo tomo entre sus brazos, alzandolo y bajando las escaleras que daban a la sala.

Tus Ojos Cafés (𝘚𝘗𝘙𝘜𝘈𝘕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora