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— café.
— ¿Hm?
— ¡Quiero el café, coño! ¿Estás sordo?— le dió un sape en la cabeza.
— ¡Ya, mierda!— lloriqueo.
Al final si le habían comprado el café, aquel osito de peluche café, que tenía una bandana roja atada a su brazo.
— está lindo— le dijo Robleis.
— ¿Cierto?— sonrió Abril.
— me recuerda a alguien— comentó el pelinegro.
— oh...
Era veinticinco de diciembre, estaban en un festival que se inauguraba todos los años sin falta, acababan de salir de un puesto ambulante en donde Spreen obligo a Carrera a comprarle un oso de peluche de color café.
— este festival es una mierda— admitió.
— si... era divertido porque el lo hacía divertido— Rivers soltó un suspiro.
— maldita sea, vamos a emborracharnos. ¡Es veinticinco de diciembre!— propuso Carrera.
— vamos al muelle— su lugar favorito.
— compremos champagne— su bebida alcohólica favorita.
— ¿Que tal unos nachos?— su snack favorito.
— perfecto, iremos al muelle a beber champagne y comer nachos hasta perder la consciencia y dormirnos unos sobre otros
— ¡Vamos!
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Dio un largo trago a la botella de champagne, pasando está a su mejor amigo. Ya llevaban siete rondas en donde solo los dos se mantenía cuerdos, pues los demás estaban a punto de perder la consciencia.
— Spreen— lo llamo Robleis con la mirada fija en el mar.
— ¿Hm?
— a mí me gustaba Juan.— comentó, dandole otro trago a la botella— ¿Sabes? Es jodido cuando sabía que ambos teníamos pareja— río— pero, jamás paso de allí, el no lo supo y no lo sabrá jamás.
— lo siento
— ¿Porque?
— tu eras su amigo desde antes
— oh, eso... bueno, Juan en ese entonces no me consideraba su amigo. Le falle en varias ocasiones.
— ¿Cómo en que?
— no te diré.
— el recuerdo me mantiene vivo, ahora que ya no lo tengo estoy muriendo poco a poco— Spreen curvo sus labios.
— nos tienes a nosotros, el no quisiera verte así.
— lo se. Sigo aquí por ustedes, por el, por mi.
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— ¡Vayamos al muelle, chicos, compren champagne y nachos!— pidió.
— no— negaron todos.
— ¡Oh, vamos! ¡¿Si?! ¡Porfa, porfa!— junto sus manos, haciendo cara de perro mojado.
— uhg... bien
— ¡Gracias~! ♡. Pero recuerden, pagan ustedes
— si, Juan
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— ¿Dónde está?— le pregunto su padre.
— en el fondo de mi corazón, lo dejaré ir pronto.— paso el canal de la TV.
— ¿Y porque?
— porque... Debe descansar, papá, tal vez ya esté molesto de lo tanto que lo pienso
— Juan te amaba.
— lo se.
— ¿¡AAAAAAAHHHHHHHH?!
— no grites
— ¡¿Eres consiente de lo que me acabas de decir?!
— si, Juan, te amo.
— ¡AHH! ¡SOY TAN FELIZ! 💗
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Y se acabó, una historiasa, así me gustan (mentira).
