Papá ardilla (Yoonseok)

🐿️ Pequeño Griton

La mañana no fue presisamente tan tranquila después de escuchar un fuerte rugido que asustó tanto a Yoongi como a Hoseok, ambos brincaron por el tremendo susto callendo de pie, a excepción de Hobi que calló encima de la cabeza de su alfa.

- Hobi, estas bien?! -

- Si, pero qué pasa? - Ambos miraron la cueva percatandose de que ni Taehyung ni Jungkook estaban en el nido, pero si estaban en la entrada de la cueva, a lo cual Yoongi corrió rápidamente para ver que es lo que sucedía.

- Taehyung! -

- Cachorrito, qué pasa? Por que ese rugido? Te paso algo malo? -

- Papi Hobi, papá Yoongi! - Dijo Jungkook asomándose de una de las patas del tigre y entre saltos se acercó a ambos moviendo rápidamente su nariz.

- Jimin! NO ESTÁ JIMIN! - Ambos mayores se quedaron en silencio y a través del lazo el minino pudo sentir ese sentimiento de tristeza al recordar todo lo que habían visto la noche anterior.

- Será mejor que entren, tenemos que decirles algo importante - Yoongi camino de regreso al nido siendo seguido por los dos dudosos cachorros, pero ahí iban, con miedo de lo que su padre les podría decir sobre Jimin, una vez en el nido Hoseok tallo un poco su carita por el sueño que aun tenía, pero entonces se quedo quieto mirando al conejito, al tigre y a su amado minino.

- Mis queridos... Su hermano Jimin salió de la cueva para ir al lago en la madrugada, pero ahí paso algo que no esperaba tan pronto -

- Acaso él?!... -

- No! - Se adelantó a negar Hobi ante el comentario de Taehyung.

- No... Ah... Su hermano Jimin encontró a su alama destinada, y ayer formaron ese lazo entre alfa y omega - Los dos menores se quedaron sorprendido, no entendían como no habían escuchado o sentido cuando Jimin se había ido de la cueva y les sorprendía qué hasta haya encontrado ya a su destinado.

- Y cuando volverá? - Preguntó el conejito acercándose más al nido, Hoseok bajó su colita con tristeza, pues era algo que ni siquiera él sabía.

- Cachorros, esto es duro para todos pero, es muy probable que Jimin no quiera volver aquí - Ayudó a decir Yoongi entrando al nido para colocar a Hoseok entre sus patas delanteras como simbolo de abrazo para apapacharlo.

- Pero! Qué va a pasar ahora?! Ni siquiera se va a venir a despedir? -

- Tranquilos por favor, vengan aquí - Tae y Kook se acercaron, Hobi extendió lo más que pudo sus patitas para abrazar un poco de la cabeza del tigre y acariciar a Jungkook, podía sentir ese ambiente triste, sabía que poco a poco sus pequeños irían haciendo sus vidas, se había estado preparando mentalmente para eso, pero ahora que estaba pasando le dolía más de lo pensaba.

- Papi, nosotros no te dejaremos - Dijo Tae soltando ronroneos.

- Si, yo no pienso dejarte ni a ti ni a papá Yoongi! - Hobi solo pudo sonreir por lo inocentes que aun sonaban sus pequeños, que a pesar de que les decía aun así, algo en su interior le avisaba que tal vez ellos también estaban a punto de encontrar a su destino.

- No importa en donde estén ustedes pequeños, yo siempre los amaré - Yoongi se sumó al abrazo juntando su cabecita con la de los cachorros, ahora si ya lo tomaban como un miembro más de la familia.

Por otro lado estaba Jimin, se había quedado inconsciente la noche de la unión, Namjoon no sabia en donde estaba el hogar de su amado, por lo cual había decidido llevarlo a su cabaña, los rayos de luz del sol se colaban por las mantas que tenía como cortinas pegando justo en el angelical rostro del chico de cabello azul, el mayor se mantenía con los brazos cruzados observando al chico enredado sobre las sábanas, respirando con tranquilidad, decidió ir a preparar un desayuno para alimentar al muchacho, después de todo debía de estar muriendo de hambre, así que comenzó por cocinar un poco de sopa de sus verduras que había recolectado el día anterior, estaban frescas y tiernas, de las mejores que había logrado plantar, pronto escuchó unas pizadas provenir de la habitación lo cual lo hizo girarse para ver al muchacho quedando hipnotizado por la silueta desnuda del menor resplandeciendo con el brillo de la luz del sol, la forma en la que se abrazaba a si mismo mirando a todas partes tratando de reconocer algo.