05| Es por el bien de Elena.

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Kiare y Damon no han pasado sus mejores días en los calabozos Salvatore

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Kiare y Damon no han pasado sus mejores días en los calabozos Salvatore. Kiare seguía inconsciente y tampoco había dado señales de vida, cosa que preocupaba a un débil Damon.

─ ¿Y mi anillo?─ preguntó Damon.

─ Ya no lo necesitarás más.─ dijo Stefan con seguridad.

─ ¿Cómo está ella?─ preguntó Damon mirando la pared que le separaba de su querida lobita.

─ Desmayada, aún no ha despertado.─ dijo Stefan.

─ ¿Cuánto tiempo llevo aquí?─ preguntó Damon.

─ Tres días.

─ ¿Ella lleva tres días desmayada?─ preguntó Damon ocultando la mitad de su preocupación, aunque ahora, Stefan ya sabía lo importante que era Kiare para Damon. Por eso estaban donde estaban─ ¿Qué estás haciendo?

─ Durante la Edad Oscura cuando los actos de un vampiro, amenazaban con poner a toda nuestra raza... se le sometía a juicio. Se trataba de reeducarlo, y de protegerlo.─ explicó Stefan.

─ Sabes lo que pasará si no bebo sangre.─ dijo Damon con dificultad.

─ Te irás debilitando. Llegará un momento en que no puedas moverte ni hablar. En una semana tu piel se secará, y te momificarás.─ aseguró Stefan─ Un cadáver viviente. Ya no harás daño a nadie. Nunca.

─ ¿Y qué, vas a dejarme en el sótano para siempre?─le preguntó Damon.

─ Te he inyectado suficiente verbena para inmovilizarte. Cuando se detenga tu circulación te llevaré a nuestra cripta y en cincuenta años te reevaluaremos.─ explicó Stefan.

─ Soy más fuerte de lo que crees.

─ Siempre lo has sido. Pero no eres más fuerte que la verbena. Y los dos lo sabemos.─ dijo Stefan y la vibración del móvil de Kiare lo interrumpió.

Damon sabía a la perfección quien era, ya que tampoco era que Kiare hablase con todo el mundo y a parte, ella solo tenía dos familiares. Stefan colgó sin importancia, como había estado haciendo estos tres días. Damon sonrió para si mismo, él estaría rebotando por las paredes y le quedaría poco para venir con ella.

─ Lo siento mucho.

─ Más que lo sentirás cuando salga de aquí.

─ Tú lo has querido así.

Stefan se alejó de la celda de Damon y se quedó unos segundos delante de la de Kiare. Esta no se había despertado, ni siquiera se había movido. Stefan se acercó un poco a los barrotes y miró un poco más a través de ellos. Kiare estaba en el suelo aún con el vestido de la Fiesta de los Fundadores y su bolso estaba a unos pasos de ella. Stefan suspiró y salió del sótano.

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Zach bajó al sótano y antes de que Damon pensara en hacer algo, él le advirtió.

𝔗𝔥𝔢 𝔞𝔫𝔤𝔢𝔩 𝔬𝔣 𝔱𝔥𝔢 𝔡𝔢𝔳𝔦𝔩; 𝖙𝖍𝖊 𝕺𝖗𝖎𝖌𝖎𝖓.ᵏˡᵃᵘˢ ᵐⁱᵏᵃᵉˡˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora