= Cielo Rojo = [SOOJUN / YEONBIN]

Capítulo I: Falsos Compromisos

El castaño apretó los parpados cuando un molesto capitulo brillo dorado se coló a través de estos; le tomó otro par de segundos estar completamente despierto y una vez que abrió los ojos, se dio cuenta que aquella luz era el sol entrando por su ventana.

Kai pocas veces despertaba a la par del amanecer, usualmente se levantaba cuando todo seguía muy oscuro, para así poder llegar a tiempo al trabajo junto con Taehyun. Y hablando de él, bueno, él seguía durmiendo profundamente en la cama de al lado.

Intentando no hacer mucho ruido, Kai tomó algunas prendas y se vistió rápidamente para salir de la habitación. Una vez afuera, se encontró con su hermana saliendo de la propia.

– ¿Y ora tú? ¿Por qué no fuiste al trabajo? – preguntó confundida.

– Nos dieron el día libre, iban a tener alguna clase de evento familiar así que no necesitaban ahí.

– ¿Entonces Tae sigue aquí también?

– Sip.

Bahi asintió levantando las cejas y sin decir otra palabra, ambos se dirigieron a la planta baja.

– ¡Buenos días, papá! – saludaron al mismo tiempo entrando a la cocina.

– ¿Te ayudamos en algo? – preguntó Kai metiéndose a la boca un pedacito de la sandía que Hobi estaba picando.

– ¡Deja eso! – lo reprendió dándole un manotazo – Saquen todo del refrigerador para hacer el desayuno.

– ¡A la orden, jefe!

– Bahi, Kai, vayan a despertar a su padre y a Taehyun, por favor.

– De acuerdo – respondieron ambos y subieron nuevamente hasta quedar en medio de las tres habitaciones, intercalando miradas preocupadas entre las puertas.

Despertar a Yoongi y a Taehyun no era la tarea más sencilla del mundo, ni la más segura, menos si de su padre se trataba.

– ¿Piedra, papel o tijera para ver a quien le toca despertar a papá?

– ¡Ya estás hermanito!

– ¡Piedra, papel o tijera! – exclamaron mientras movían sus manos tres veces hasta obtener el resultado del juego.

– ¡Si!

– ¡No! – se quejó Bahi al ver que su jugada con tijeras perdió contra la piedra del castaño.

– ¡Suerte, hermanita! Trata de no morir

Se burló el Kai dándole a la menor unas palmaditas en la espalda antes de dirigirse a su propio cuarto

– ¡Taesito! – canturreó escandalosamente acercándose a la cama, pero el mayor ni se inmutó – ¡Tae, ya despierta! ¡Ándale ya amaneció!

– ¡Ugh! ¿Y eso qué? – se quejó Tae alargando la última silaba, todavía medio adormilado – Hoy no tenemos que ir a trabajar ¡Déjame descansar!