= Cielo Rojo = [SOOJUN / YEONBIN]

Capítulo V: Un lugar para esconderse

Y en efecto, en ese sábado por la tarde ya nada le hacía gracia a Kai, sus últimos días habían sido terriblemente aburridos y no es que el trabajo se haya vuelto odioso, o que el convivir con su familia no le gustara, solo que no pasaba nada emocionante, específicamente, no pasaba nada emocionante con Soobin desde hace rato.

Las primeras semanas de su romance escondido fueron perfectas, toda una luna de miel, pero si ya de por si el tiempo que compartían en sus encuentros furtivos era escaso, este cada vez se iba reduciendo más.

Las dos o tres horas que pasaban juntos, se transformaron en una cuando el peli azul comenzó a dedicarle más tiempo a la hacienda, luego pasaron a verse por unos treinta minutos al día, que después se acortaron a quince y ya ni siquiera eran diarios.

Finalmente en esa semana, Kai no había logrado estar con Soobin ni una sola vez. Previamente el joven alfa le había comentado que su carga de trabajo aumentó drásticamente, lo cual comprendía a la perfección, no le molestaba pues entendía que sus labores venían primero, pero para ese punto en el cual ya prácticamente no se veían ni hablaban por teléfono como antes, el castaño se estaba comenzando a desesperar.

Apenas había pasado poco más de un mes desde su primer beso y que su "relación" ya estuviese desgastándose así era preocupante. Eso sumado al hecho de que tampoco era una relación como tal dado a que nunca formalizaron nada, pasaban tiempo juntos como lo haría cualquier pareja pero sin ese título de por medio.

Kai detestaba eso, al inicio estaba consciente de que no sería algo oficial frente al público, pero ya le urgía aclarar que eran exactamente él y Soobin o si iban a avanzar en lo que sea que tuviesen.

El castaño sabía perfectamente que no debía ilusionarse, pero era imposible no mantener una esperanza de que aquel compromiso forzado se disolviera y ellos pudiesen estar juntos sin obstáculos.

El omega estaba decidido en hablar con él lo más pronto que se pudiera, para resolver sus dudas y además, dejarle en claro sus sentimientos al alfa de una mejor manera.

Luego de analizarlo un poco, encontró la solución perfecta de expresar sus emociones, en la cual resultaba ser muy talentoso. Al llegar a su escritorio, sacó de sus cajones todo el material necesario: acuarelas de múltiples colores, pinceles, lápiz, goma, etc.

Lo único que le hacía falta era el papel, que tontamente había dejado al fondo de otro cajón, donde guardaba muchos otros dibujos, bocetos y pinturas que no permitía ver a nadie más.

Para poder alcanzar su material restante, primero tuvo que sacar todas esas ilustraciones misteriosas, dejándolas sobre la cama e impaciente por iniciar con su nuevo proyecto, no se preocupó en guardarlas nuevamente.