Capitulo 4

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"La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde."
Giovanni Papini

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Decir que estaba molesta era poco. Estaba jodidamente furiosa. Quería golpear algo, lo que fuera con tal de desquitar mi molestia en algo.

Mi temperamento siempre ha sido una de mis grandes fallas, es algo que nunca negaré, aunque ciertamente he mejorado mucho mi control en ella pero eso no quiere decir que me quedé callada ante una falta de respeto a mi persona o a otros.

Seguía caminando por el pasillo que había venido con Laswell, la verdad que no sabía a donde se supone que tenía que ir, solo empezé a caminar por puro orgullo y rabia latente.

Entonces fui consciente de los pasos que me seguían y la voz que pronunció mi nombre un par de veces, y me detuve dando la vuelta para ver cómo el Sargento Mactavish estaba trotando y terminando de llegar a mi.

- ¡Hey!... Oye, caminas rápido eh. - Había soltado un suspiro y luego puso de nuevo esa sonrisa radiante en su boca, sonrisa que no me cae mal. Después de todo, este hombre me da las vibras de un Golden Retriever esperando ser premiado por una buena acción que haya logrado en el día o al momento.

-*Un Perro*...- Veo como su expresión cambia de alegre a confusión, entonces me doy cuenta que lo llame *Perro* sin pensar.

- ¿Qué?... ¿Qué fue lo que dijiste?...- Pregunto mientras ladeó la cabeza hacia un lado. Dios mío. Desvío mi cara hacia otro lado, mientras me muerdo los labios tratando de no reír.

¡Parece un perro, me muero de ternura!

- No... No fue nada... Importante, Sargento.- Trato de hablar mientras estoy aguantando las ganas de reír, eso se verá muy mal de mi parte, pero también agradezco de que no sepa Castellano/Español.

- Bueno, si estás segura... Lamento el comportamiento del Teniente Ghost.- Ante la mención del amargado de antes, mis ganas de reír se esfumaron tan rápido como llegaron. Y no tenía que verme al espejo para saber que la expresión en mi cara era de piedra.- LT es un hombre... Es complicado de tratar a veces, ¿sabes?...

Mis ojos se entrecierran en el rostro del Sargento, mientras veo como este rasca su nuca algo nervioso? Con su mirada en el piso.

- Aún así, no tenía y no tiene el derecho para hacer tal despreció hacia mi persona o a cualquiera.- Lo último lo gruñí molesta, el hombre frente a mí no tiene la culpa de *las burradas* de su compañero de escuadrón, así que trató de sacudirme el obvio disgusto.- Que tal si... Olvidamos eso y empezamos con mi recorrido?.

Le pregunto con una suave sonrisa la cual sentí que se hizo más grande en mis labios, al ver cómo el Sargento volvía a poner una gran sonrisa y sus ojos azules brillaban, mejor dicho todo él brillaba. Estoy muy segura de que esté hombre debe ser el lado motivacional y divertido del escuadrón, no tengo dudas de ello.

Un gran y lindo Golden Retriever.

- ¡Bien!... ¿Qué tal si empezamos por el comedor primero? - Juro que si sigue con esa aura de perrito le voy a terminar dando palmaditas en la cabeza, pero viéndolo bien, será algo difícil llegar, su altura debe estar aproximadamente cerca del 1.80 tal vez? No sabría decirlo, pero es muy alto, hasta ahora me doy cuenta que tenía que inclinar mi cabeza hacia atrás para poder verlo a los ojos o a su cara en general.

Tentaciones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora