Ellie y la Llave del Misterio.

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El Hogar del Misterio: Un Encuentro Inesperado.

Me encuentro en medio de un examen, pero mi mente está llena de pensamientos que no me dejan concentrar.

Intento leer las preguntas y encontrar las respuestas, pero la imagen de la llave, las palabras de Richard y mis sentimientos por Alex siguen rondando en mi cabeza.

Trato de bloquear todas esas distracciones y enfocarme en el examen, pero es difícil. Mis manos tiemblan un poco mientras escribo las respuestas, y mi corazón late rápido.

No puedo evitar sentir que todo se está volviendo más complicado de lo que esperaba.

Después de terminar el examen, me reuní con mis amigos en el patio como de costumbre. Estábamos todos ansiosos por discutir cómo nos había ido en la prueba.

Carlos fue el primero en romper el hielo. —¿Y bien, Ellie? ¿Cómo te fue en el examen?—preguntó con una sonrisa.

—Bueno, la verdad es que al principio me costó un poco. Había algunas preguntas que me tomaron más tiempo de lo que pensaba—

Sophie me miró con interés y preguntó:
—¿Te refieres a las preguntas de la segunda sección? Eran bastante complicadas.—

Asentí con gratitud por su comprensión.
—Exacto, esas mismas. Pero después de un rato, pude concentrarme y resolverlas.—

Melisa intervino con su característico optimismo.
—¡Eso es genial, Ellie! Lo importante es que no te diste por vencida y lo terminaste.—

Carlos asintió y agregó: —Tienes razón, Melisa. Además, todos sabemos que eres muy perfeccionista y siempre te exiges al máximo.—

Sonreí ante sus palabras de ánimo.

—Gracias, chicos. Aprecio mucho su apoyo. Sí, definitivamente me esforcé al máximo. Espero que haya valido la pena—.

Sophie asintió y bromeó: —Seguro que sí. Aunque, ¿te diste cuenta de que Alex terminó el examen muy rápido? Debe ser un genio—

Las risas llenaron el aire mientras compartíamos esa broma. —Bueno, no sé si es un genio, pero definitivamente es muy inteligente— dije con una sonrisa.

Tenemos que volver a clase—dijo Carlos con una mueca de resignación. —Pero al menos podemos distraernos pensando en nuestras futuras aventuras después de la graduación—

Nos levantamos y nos dirigimos a nuestras aulas, cada uno con sus pensamientos sobre el futuro.
A pesar de las incertidumbres, me sentí afortunada de tener amigos en quienes confiar y con quienes compartir mis inquietudes.

Juntos, enfrentaríamos lo que viniera y tomaríamos decisiones que nos llevarían hacia adelante.

(....)

Llegó el momento de encontrarme con Alex en la biblioteca, como habíamos acordado. Estaba emocionada por pasar tiempo juntos y compartir nuestras lecturas. Sin embargo, antes de que pudiera decir nada, Alex me sorprendió con una propuesta.

—¿Qué te parece si rompemos un poco las reglas y en lugar de leer en la biblioteca, vamos a tomar un helado?— sugirió con una sonrisa traviesa en su rostro.

Me reí ante su propuesta inesperada. —¡Vaya, Alex! Estás rompiendo nuestro acuerdo antes de que comencemos. Pero supongo que puedo hacer una excepción esta vez. Aunque te advierto, me gusta romper las reglas de vez en cuando—le respondí en tono juguetón.

Alex rió y asintió.

—Bien, entonces estamos de acuerdo. Vamos a disfrutar de un helado y romper un poco la rutina—.