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Un Fin de Semana Especial.

El fin de semana finalmente había llegado, y la emoción burbujeaba dentro de mí por el plan que había ideado con mi madre. Íbamos a pasar tiempo juntas, revivir nuestras viejas tradiciones y disfrutar de actividades compartidas. El sábado comenzó con un sentimiento de alegría y anticipación.

Las risas en el cine y el paseo relajante por el parque nos dejaron con una sensación de camaradería renovada. Las compras y la relajante experiencia en el salón de belleza parecían un recordatorio de que el tiempo pasado con mi madre era un tesoro. Mientras nuestras uñas se secaban, continuamos nuestra charla sincera y abierta.

El día avanzó y llegamos a una cafetería acogedora, donde nuestras conversaciones fluían con facilidad. Sin embargo, sabía que había una conversación pendiente que debía tener con mi madre, y este era el momento perfecto para hacerlo.

Pero justo cuando estaba a punto de abrirme sobre mi preocupación por Richard, algo inesperado ocurrió: Alex, el chico de la fiesta, estaba sentado en una mesa cercana. Mi corazón latió con fuerza mientras me preguntaba si debería saludarlo o simplemente actuar como si no lo hubiera visto.

Antes de que pudiera decidir, Alex se levantó y se dirigió hacia nuestra mesa. Su sonrisa amigable iluminó mi día mientras nos saludaba a mí y a mi madre.

—Hola, Ellie. Me alegra verte de nuevo— dijo con sinceridad.—

—¡Hola, Alex!—respondí con una sonrisa, sintiendo una mezcla de sorpresa y emoción.

Mi madre, observando nuestra interacción, decidió unirse a la conversación. —Así que eres el joven que Ellie conoció en la fiesta.—

Alex asintió, su mirada fija en mí. —Sí, eso soy yo. De hecho, estoy organizando una pequeña fiesta en mi casa esta noche. ¿Les gustaría venir?—

Miré a mi madre, buscando su aprobación. Sin embargo, en lugar de la respuesta que esperaba, noté una mirada de precaución en sus ojos.

—No iré a la fiesta, Ellie— dijo mi madre con firmeza. —Ese tipo de eventos no es para mí. Pero si quieres ir y divertirte, adelante.—

—Entonces, nos vemos allá Ellie.—

Después de un día lleno de aventuras, mi madre y yo regresamos a casa, sintiendo la satisfacción de haber compartido momentos especiales juntas. Mientras entrábamos por la puerta, mi madre no perdió la oportunidad de romper el hielo de manera chistosa.

—Bien, Ellie—dijo con una sonrisa traviesa,— asegúrate de mantenerte a salvo esta noche y no pases ningún límite con Alex.—

Me reí ante su comentario, pero también me sentí un poco avergonzada. —Mamá, en serio, no pienses mal. Solo quiero pasarlo bien.—

Mi madre soltó una risita y me miró con complicidad. —Tranquila, cariño. Entiendo lo que dices. Pero recuerda, yo también fui joven una vez.—

Sus palabras me tomaron por sorpresa, y no pude evitar reírme con ella. —¡Oh, vaya! Supongo que eso significa que tengo buenos antecedentes.—

Mi madre se rió aún más, disfrutando del momento de camaradería entre nosotras. —¡Exactamente! Ahora ve y diviértete, pero asegúrate de tomar decisiones inteligentes.—

Agradecí a mi madre por su apoyo y prometí cuidarme. Mientras nos abrazábamos en un gesto cálido, sentí un profundo sentido de gratitud por tener a una madre comprensiva y cariñosa. Me sentía afortunada de que ella me diera su bendición para la noche que se avecinaba.

Ellie y la Llave del Misterio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora