15) Quidditch

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Caminando en silencio, el ambiente en el castillo era más animado que de costumbre, la razón quedó clara cuando vieron al equipo de Gryffindor caminar pavoneandose, en el centro un Harry Potter, muy sonrojado, probablemente por los nervios. No había sido una sorpresa para nadie verlo vestido de tal modo y siendo escoltado por sus compañeros de equipo, a su amigo pelirrojo se le había escapado decir que era el nuevo buscador en el equipo de los leones, esto solo había sido confirmado McGonagall, quién le había regalado una Nimbus 2000 el día anterior, y aún que asombrados, nadie le dio más importancia; muchos estaban indignados en la forma en que las reglas no se aplicaron al niño, pero nadie se quejo, más que cierto ponse rubio, chillando incansablemente sobre su padre.
Entrando en el gran comedor, la vista de todos se dirigió a ellos, que veían con enojo y enojo al equipo de Slytherin, todos comiendo tranquilamente.
-¿Asustado Flint?, No escuché que consiguieras un nuevo cazador- se burló Oliver Wood, el capitán del equipo de Gryffindor y rival no oficial de Flint, ambos eran conocidos por odiarse con pasión y sus partidos de Quidditch siempre fueron los más agresivos, lo serían de todos modos, ambas casas odiandose lo aseguraba.
La sonrisa condescendiente que le dieron todas las serpientes fue la única respuesta que recibió el chico alto y bien formado, que giro sobre sus talones torpemente, su túnica escarlata meciendose con suavidad y una mirada amarga en su rostro.
Todo el comedor se mantuvo en silencio, no era un secreto que el anterior cazador de las serpientes se retiró de la escuela el año anterior y los estudiantes que solicitaron el puesto vacante habían sido rechazados sin interés. Todos estaban ansios por saber quién sería.
Unos pequeños pasos resonaron levemente en el silencio y muchos pares de ojos volvieron hacia Black, entrando en el gran comedor con la mueca desdeñosa que siempre traía consigo. Los engranajes de las serpientes comenzando a girar.
Izar se sentó en su lugar abitual, chocando levemente su hombro con el de Daphne.
-¿Dónde estabas?, Estos idiotas no dejan de preguntar por ti. Cómo si lo supiera- su voz amarga atrajo una sonrisa en Izar, que la vio levemente, inclinándose para que sus ojos se encontrarán.
-Tuve algunos contratiempos esta mañana, creí haberte dicho que llegaría un poco tarde-
-¿En serio?, Has estado raro está semana- interrumpío Blaise, analizando su comportamiento, al igual que el resto.
-No es nada- se encogió de hombros, comenzando a comer.
-Como sea, ¿Viste que la sangre sucia salió del hospital?- cuestionó Theo, viendo a la mencionada con ojos depredadores.
-Y parece que se alió con Potter y su amigo- asintió Tracey, algo incomoda al recordar los sucesos pasados.
-Realmente no importa, simplemente veremos qué no se salga de la línea otra vez- el chico Italiano compartió la mirada enloquecida de su amigo, ambos viendo cada movimiento de la niña.
-Eso es espeluznante-

El desayuno había terminado y casi al instante el mar de alumnado comenzó a levantarse, todos comenzando a salir del castillo, dirigiéndose al gran campo de quidditch, grandes carteles se alzaban en diferentes grupos, apoyando a sus casas; aún que en su mayoría eran tres casas contra Slytherin, todos estaban cansados de que las Serpientes fueran campeones indiscutibles desde hace años y querían que eso acabará.

-Debo irme- saludo Black por lo bajo.
-Suerte. Deberías dedicarme alguna anotación, ¿Quieres?- asintió Daphne, dandole una linda sonrisa burlona.
-No la necesito, pero gracias. Y de todos modos, planeo dedicarte la victoria solo a ti- se encogió de hombros Black, tomando su mentón suavemente, le coloco un rápido beso en la mejilla para después desaparecer entre el mar de niños, ninguno notando su desaparición.
-Ese idiota-
-Ultimamente estás más sonriente con Black- le Murmuró su amiga, viendo su sonrisa feliz. Eso hizo lo suficiente para que Daphne cambiará de emociones rápidamente y se sonrojara furiosamente, tratando de ignorarla, Tracey tenía el extraño gusto de molestarla en sus momentos felices, principalmente cuando se trataba de Izar y muy para su disgusto, la mayoría de veces estaba involucrado con el, no podía negar que el chico siempre podía hacer traer una sonrisa a su rostro. Muchos la habían invitado a salir en muchas ocasiones y sin embargo, ella nunca estuvo interesada, los idiotas no le llegaron a los talones a Black, el era atractivo, poderoso, divertido, rico y hasta cierto punto, atento y amable con ella, su coqueteo que lentamente la enamoraba le encantaba y a sus ojos ninguno de esos idiotas pudo estar a su nivel. Aun que no podia negar que también fue espeluznante ver a chicos mayores que ella invitándola a salir y contribuyó a qué sus rechazos fueran más fuertes y frios. Después de muchas insinuaciones y propuestas denegadas, se había ganado el apodo de la reina de Hielo por su actitud y por rechazar a todos los que le propusieron algo. El apodo se lo habían asignado definitivamente después de rechazar a Denisse, un chico de tercer año que se había puesto muy insistente. El chico termino en el ala del hospital, con una maldición de congelación que había vuelto cubitos de hielo sus partes privadas. Después de eso pocos se atrevieron a molestarla y los que lo hicieron, no recibían más que una fría mirada de ella y palabras tan cortantes, llenas de insultos, que no tenían más que irse, la chica solo sonreía con Black, un hecho que se hizo ampliamente conocido y por lo cual, su amiga molesto mucho más.

The Black House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora