28) Vacaciones de verano

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Sus ojos recorrieron cada parte del documento entre sus manos, los activos de la familia Black habían aumentado de una forma descomunal desde que inició con sus inversiones, Lord Fang estaba gratamente sorprendido con el y se lo hizo saber con una carta, adjuntando a su vez los libros mayores y todos los movimientos bancarios que había realizado en el último año.
Había vendido sus inversiones con la tienda de Madame Malkings y con lo obtenido se dedico a financiar las nuevas franquicias de Iltrez divine, abriendo nuevas sucursales, no solo en el callejón diagon, si no en distintos puntos del Londres Muggle, por supuesto, había decidido que la ignorancia no sería una barrera para las ganancias.
Lo mismo podía decirse de las nuevas empresas que financio y lentamente el país estaba dejando su estancamiento, algo que se volvió la comidilla no solo en el periódico mágico de gran Bretaña, si no también en los periódicos mágicos de todo el mundo.

Escribiendo con rapidez una carta de agradecimiento, observó atentamente el elegante bolígrafo en sus manos, habían sido uno de los nuevos cambios más que recibidos, todos estaban hartos de las plumas, los desgarros de pergamino y la tinta esparcida por todos lados y cuando se presentó el bolígrafo Mágico, junto con su papel común, prácticamente se había esfumado de sus tiendas, ¿Cómo a ningún hijo de Muggle se le había ocurrido la idea?, la respuesta era obvia, pudieron haber tenido la visión, no el apoyo, por lo que, en una forma de erradicar está ignorancia, muchos sangre sucia habían obtenido un empleo en la empresa de Black, con sus visiones avanzadas e ideas extraidas del mundo Muggle y la gloriosa magia del mundo mágico, todo simplemente seria posible y se haría más rico con el tiempo, aún con eso, nadie estaría al tanto que estaba detrás de la jugada, de serlo, sería la persona más indeseable en la mágica gran Bretaña, al menos por las familias pura sangre, y perdería grandes activos, al terminar grandes contratos de intercambio, venta y compra de materiales etc, para el resto de sus inversiones.
La forma en que lo logro había sido sencilla, utilizando a su goblin como enlace, se había puesto en contacto con un tal Edward Tonks, quién había firmado un contrato mágico vinculante para ser el representante de todos estos movimientos y sería respaldado por su familia, aún que realmente nadie lo supiera ya que el contrato se realizó en extremo secreto y nunca se llegaron a conocer en persona, el hombre ni siquiera sabía que hacía tratos con un Black.

Su vista volvió a la carta que había llegado ante el, hace poco un empleado había proporcionado una propuesta sobre un teléfono Muggle, no era mal idea, sería una forma más rápida y fácil de comunicarse, sin embargo era algo complicado y por lo mientras el proyecto seguía en planeación.

Doblando la carta, comenzó a bajar hacia la sala, en la cual el cuadro de su abuela descansaba.
—Izar, ¿Has estado muy ocupado últimamente?.
—De hecho lo he sido, abuela.
—Deberías asegurarte de tomar un descanso, si bien es bueno que mantengas tu progreso mágico y físico, y continúes haciendo los negocios que estás haciendo, también deberías tomar un descanso o podrías enfermar.
—Lo tendré en cuenta. Pero eso no es de lo que he venido a hablar.
—Lo se, ahora, ¿Que es lo que se supone que necesitas?.
—Vendra un amigo de visita y se quedará temporalmente en la casa.
El cuadro pareció levemente sorprendido, sin esperar nunca que Izar tuviera un amigo a tal grado de invitarlo a la casa.
—Por supuesto, puedes hacerlo. ¿Cuál es el nombre de tu amigo?.
—Blaise Zabini, de la más noble y antigua casa de los Zabini, en Italia.
Los finos rasgos de la anciana se arrugaron un poco, si bien los Zabini eran una familia noble y antigua, le desagradaba levemente la Condesa Zabini, mantenía un oficio el cual no respetaba y ganar fortuna de la forma en que lo hacía ponía en conflicto sus creencias, por un lado, respetaba a la mujer, uno siempre hacia lo necesario para obtener dinero, por otro lado, utilizarse a si misma le parecía una barbaridad y algo que una mujer digna no haría. Además eran Italianos, los Italianos eran muy odiados en el mundo, debido a conflictos pasados.
—Por lo menos es un pura sangre...
Murmuró por lo bajo la mujer, dándose vuelta en su cuadro para relajarse.
Izar soltó una leve risa entre dientes, ya había anticipado la respuesta de la mujer.
Se dio media vuelta para continuar con sus tareas, tenía muchas cosas que hacer, la última semana había estado muy ocupada, con todas sus inversiones y manejo de finanzas se había agotado mentalmente, por no mencionar su entrenamiento mágico, que había aumentado de nivel debido a la experiencia que había tenido con el señor oscuro, había recibido una maldición cruciatus y se negaba a qué volviera a pasar, mataría a quien lo intentará.

The Black House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora