09) Biblioteca de Hogwarts

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-Esa sangre de barro, arrogante y pretenciosa- murmuraba Blaise, realmente furiosa.
A su lado el resto caminó, todos compartiendo su enojo, aunque algunos por distintas razones.
-Tal vez deberíamos enseñarle su lugar- cuestionó Theodore, sonriendo con malicia.
-Tal vez- asintió Blaise, ambos comenzando a reír.
-Idiotas- Murmuró Izar, preguntándose por qué se juntaba con idiotas.

La cena había estado al igual que el día anterior, muy animada y con comida abundante, muchos alumnos platicando su día con amigos o familiares de años superiores, las pequeñas serpientes se sentaron, platicando tranquilamente, en el caso de Theo y Blaise, planeando, por otro lado, Izar disfrutaba de una caliente taza de té, perdido en sus pensamientos.
A su lado Daphne se encontraba en un estado similar.
-Sigo pensando que formarían una pareja perfecta- chillo soñadoramete Tracey, delante de ellos.

El toque de queda había comenzado y casi todos los alumnos descansaban en sus dormitorios, exhaustos por su primer día.

Izar avanzo en silencio en el oscuro pasillo, sus pasos silenciados y el mismo bajo un encantamiento de desilusión, su mirada vagaba entre los pasillos, había estado muy irritado por las escaleras movedizas desde la mañana y ahora lo comenzaban a fastidiar para que no llegara a la biblioteca.
Caminando a la par unos pasos lo alertaron de una nueva presencia, su vista se dirigió a la cautelosa chica caminando en su misma dirección.
Internamente se pregunto por qué Greengrass iria hacia la biblioteca tan noche, aun que no era de su incumbencia, aun asi, le intrigaba a la vez que lo irritaba, su falta de prevención al andar descubierta podia alertar de la presencia de ambos, asi que tomo una desición, pero antes de hacerlo, decidio ver un poco más, actuar sin información es una estupidez.
Llegando a la biblioteca, la puerta estaba cerrada con amuletos simples, algo muy sorprendente teniendo en cuenta los registros que debería tener dentro, algunos con siglos de antigüedad, sin mencionar el área prohibida. La chica se detuvo delante de la puerta, antes de comenzar a murmurar por lo bajo para después lanzar un operta, el hechizo golpeo y con un crujido audible se habían desbloqueado los grandes portones.
Ambos ingresaron en silencio, Izar notando inmediatamente su falta de experiencia.
No había detectado los amuletos de detección en la entrada, alertarian de su llegada y alguien vendría a comprobar tarde o temprano, aún que internamente se pregunto si era verdad, la chica era muy lista, eso había quedado claro. Analizando todo el panorama, la verdad lo golpeó; una sonrisa asombrada se deslizó en su rostro, observando la mueca de la niña, de hecho lo había engañado. Había notado los amuletos, deliberadamente había mantenido la puerta abierta al ingresar, dejado libre su única vía de escape, la chica sabia lo que hacía al pasar tan libremente por las barreras, antes, cuando murmuraba, era para detectar las barreras al alrededor, ella estaba perfectamente consiente que no se detectaria exactamente a la persona responsable de irrumpir, algo que desde luego el mismo sabía, por eso ambos habían pasado a través de los amuletos sin inmutarse.
Continuando con su camino, Daphne se detuvo en una sección importante, buscando libros de detección y ocultamiento.
Sus lindos ojos azules pasando a través de las portadas y títulos.
Izar paso de largo, decidió a hacer su propia investigación en lo que alguien venía a revisar.
Así fue, un rato después una luz lleno el pasillo y unos pasos audibles llegaron a sus oídos.
-Mocosos mocosos fuera de la cama, señora Norris, atraparemos a esos mocosos y los colgaremos de sus pulgares por romper el toque de queda- gruñía incansablemente el celador de la escuela.
Los ojos de Daphne se entrecerraron, viendo su hora de partir.
Su varita en su mano se tenzo, sus ojos viajaron hacia su lámpara, pero antes de que la apagará, sintió que una sensación la invadía y cualquier ruido exterior se apagaba, alguien había establecido un hechizo silenciador alrededor de ella, por lo que la habían atrapado, antes de que su mente llegará al límite, una voz se hizo presenté, interrumpiendo su tren de pensamientos.
-Eres muy descuidada, Greengrass, tu falta de prevención nos pudo haber costado a ambos- gruño una voz que había reconocido perfectamente.
-Black... ¿Que demonios hacer aqui?- gruño, lista para cualquier confrontación, sabía que el chico no podía hacer nada indeseado, su anillo de heredera la protegería.
Y sin embargo, eso no era lo mismo para los hechizos, estaba segura que el era extremadamente superior, por otro lado ella no fue una que caería sin pelear.
Aún que ambos habían estado en términos amistosos todo el día, no confiaban el uno en el otro.
-Vine a salvar tu lindo trasero y por consecuente, el mío, eres un Slytherin, si tú pierdes, nosotros perdemos, de algún modo-
Un sonrojo adorno las mejillas de Daphne, gruñendole a Izar por su descaro.
-¿Que quieres?- gruño ella, entendiendo de inmediato.
-Nada en específico, quería ver cuál era tu plan-
-Eso no es de tu incumbencia-
-¿Es así como le hablas a un superior?-
Eso la hizo gruñir aún mas, apretando los dientes.
-Bueno, mis disculpas Heredero de la más noble y ancestral casa de Black. Pero eso no es de tu incumbencia- sonrió falsamente, la mueca aburrida de Izar vaciló y una leve sonrisa se formó en sus labios, desapareciendo tan rápido como había llegado.
-Bien, tenía pensado ayudarte si tu plan me convencía, parece que no fue el caso-
Ella dudo, su mente tratando de ponerse al día de todo lo que estaba pasando. Un favor es algo común y mundano en el resto de casas, en Slytherin no fue así, un favor es un boleto para cualquier tipo de cosas, un favor puede ser desde conseguir algo, hasta deshacerte de alguien, ciertamente no muchos alumnos piensan en eso, pero Slytherin lo hace, teniendo en cuenta que ambos eran herederos de prominentes familias puras sangre, un favor valía más de lo que aparentaba, podrías vender el honor de tu familia al no pagar un favor.
Daphne parecía saber esto y realmente no quería deberle uno a Black, no que tuviera intenciones de aceptar en lo más mínimo, ella simplemente se retrasaba, tratando de buscar una salida dándole la mínima cantidad posible de detalles a Izar.
-Puedes permanecer ahí, pensándolo toda la noche o al menos hasta que Flich llegué con un maestro-
-Bien, tenía pensado escribir los hechizos de silencio, hechizos de no me note y desilusión, aprenderlos y después de lograr dominarlos hasta cierto grado, volver aquí-
-¿Y para que querías volver?-
-Eso no es de tu incumbencia- volvió a gruñir.
Izar soltó un suspiro falso, palmeandose la frente.
-Solo haces esto más difícil- Murmuró, pensando.
Unos nuevos pasos se escucharon, ambos asomando su cabeza para percatarse que simplemente la señora Norris estaba sentada en la puerta, esperando a que su amo volviera.
-Mierda- pensó Daphne, dándose cuenta demasiado tarde de su error, había intentado, en cierto modo, un poco de manipulación para que Black la subestimara, estaba consciente de que el chico tenía un objeto o sabía un hechizo que lo hacía indetectable, por lo mismo no se había dado cuenta de su presencia, no esperaba que Black se diera cuenta de sus planes y deliberadamente la hiciera retrasarse, ella había soltado lo que tenía pensado hacer por qué sabía que Black lo adivino de todos modos, al notar los libros que ojeaba, ese idiota la había forzado a deberle un favor ahora que necesitaba de su ayuda para escapar sin ser detectada por flich o el maestro que trajera, lo peor de todo era que ella no se había dado cuenta de su plan hasta demasiado tarde, el no la había subestimado, había sido lo contrario, ella lo subestimo a el.
Izar sonrió maliciosamente, viendo como la comprensión golpeaba el rostro de la chica, dejando en claro que había estado en lo correcto todo este tiempo.

The Black House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora