10) Clases de vuelo

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-Buenos días- saludo Izar, llegando ante Tracey Davis y Daphne Greengrass, la última que lo veía con una leve mueca.
-Buenos días Izar- sonrió Tracey, algo incomoda al notar la tensión entre ambos.
-Buenos días- Murmuró Daphne, sin interés.

El martes había sido un día muy esperado para los niños de primer año, ya que hoy sería su primer clase de vuelo y la mayoría estaban emocionados porque llegara.

La clase fue impartida por Rolanda Hooch, una mujer mayor con cabello rebelde y ojos amarillentos; pequeños y maliciosos, justo como los de una águila. En el aire los jugadores de Ravenclaw se preparaban, decidiendo entrenar desde temprano en la temporada a su nueva buscadora, una señorita asiática de segundo año llamada Cho Chang.

-Muy bien, todos montarán su escoba y flotaran, ¡Solo flotaran!-
La clase había estado llena de más animosidad de lo común entre las serpientes y los leones, esa misma mañana, durante la entrega del correo, a Neville Longbottom le había llegado una recordadora, donde los gryffindor estuvieron muy entusiasmados, aún que fueron rápidamente cortados por Malfoy, quién había estado alardeando desde el día anterior lo bueno que era con una escoba y sus habilidades como buscador, no solo eso, también se había burlado de Neville por su vieja recordadora, gracias a esto los leones estaban enojados con las serpientes, Black y sus amigos estaban concentrados en otras cosas, Malfoy no representaba más que la parte estúpida en la casa, no estaban particularmente interesados en lo que hablaran con el resto de idiotas dispuestos a escuchar sus estupideces.
El regocijo que los leones sintieron cuando Madame Hooch había dicho que Malfoy montaba mal había sido casi palpable y la animosidad comenzaba a llegar a niveles peligrosos, todo empeoró cuando el niño regordete Neville Longbottom perdió el control en su escoba, comenzó a elevarse y chocar por todas partes antes de caer y rebotar en el suelo, un crujido repugnante se hizo audible y el niño se levantó con una muñeca rota, siendo conducido por la señora hacia la enfermería.
-¡Nadie se atreva a volar, o estarán fuera de la escuela más rápido de lo que puedan pronunciar Quidditch!- había gritado, alejándose con el niño que lloriqueaba.

-¿Vieron la cara de ese idiota?- se burló Malfoy, tras haber recogido algo del suelo.
-Que incompetente es esa mujer- Murmuró Tracey por lo bajo, hablando con Daphne, a todos les había parecido una estupidez que la mujer no haya intentado salvar al niño rubio.
Era una bruja y tenía su varita, ¿Por qué no intentar salvar al niño de una caída?, Las cosas hubieran terminado considerablemente peor si el niño hubiera caído desde una altura mayor o hubiera aterrizado de una forma más desagradable, si fuera el caso, no dudaban que los Longbottom estuvieran tocando ya las puertas del castillo, eran una familia noble y antigua, casi bordeando lo ancestral, Rolanda Hooch sería la que se iría del castillo más rápido de lo que podía decir Quidditch.

Pronto la conmoción estalló atrás de ellos, las pequeñas serpientes peleando con las crías de león.
-¡Te dije que me la devolvieras Malfoy!- grito Harry Potter, viendo al niño rubio arrojar y cachar la recordadora del niño sapo.
-Vaya, parece que Malfoy ya no tiene dinero y ahora no le queda de otra más que robar- se burló Theo, viendo un objetivo divertido.
-¿Tal vez deberíamos darle unos galeones?- cuestionó Blaise, comenzando a sacar de su bolsillo.
-Creo que aceptar limosnas es más aceptable y honroso para ti, que tener que estar robando, Malfoy-
La cara del pomposo rubio comenzaba a alcanzar colores rojos nunca antes vistos.
Si bien estaban rompiendo el trato de frente unido al insultar a Malfoy delante de los leones, ambos chicos habían estado irritados desde la mañana, con los constantes insultos entre Daphne y Izar, habían estado peleando todo el desayuno y estaban irritados, ¿Que mejor objetivo para desquitarse si no Malfoy?, Además, aquí nadie creería la palabra de los leones o de Draco para el caso y no se meterían en problemas por burlarse de él, ventajas de tener tan buenos antecedentes familiares.
-Si sigues como vas, podrías terminar siendo adoptado por los Weasley- soltó una carcajada Theo, siendo seguido por algunas personas.
El amigo Weasley de Potter se puso rojo de furia, siendo detenido por sus otros dos amigos, al igual que Malfoy, era demasiado tonto para comprender que no podía hacer nada contra ellos.
No muy diferente al pelirrojo, Malfoy se había colorado de tal forma que parecía un tomate. Sin embargo, Black siendo Black, había sido el responsable de terminar las burlas y poner el último clavo al ataúd.
-Que interesante reacción habría al saber de un Malfoy, heredero de una noble y antigua casa, robándole abiertamente a un heredero de mayor estatus-
La sangre acumulada abandono rápidamente su cara, el niño comenzó a elevarse, sin prestar atención, siendo seguido por Potter, la habia vuelto a cagar a lo grande, 3 veces, en 3 dias, no podía ser peor.
-Parece que todo es política para ti- Murmuró Daphne por lo bajo, viendo en otra dirección.
Los ojos de Izar se entrecerraron, esto se estaba pudriendo rápidamente.
Los otros tres suspiraron, aquí iban de nuevo.
Aún que se estaban divirtiendo con Malfoy, no pudieron evitar admirar el movimiento político de Izar como el resto que había hecho, probablemente Daphne tenía razón, era pura política, había interrumpido su diversión, pero había hecho añicos a Malfoy en el proceso, burlarse de él ahora sería más fácil.
-Aun que no tan divertido- bufó un Theo triste.
En el aire, Malfoy había parecido llegar a la conclusión que si se deshace de la evidencia, entonces no habría ningún problema. Una estupidez teniendo en cuenta que podría considerarse una destrucción de reliquias familiares. Arrojando la esfera en su mano, Potter paso a un lado a toda velocidad, tomando la en una maniobra alocada, girando sobre su escoba y deteniéndose antes de impactar con la ventana de una torrecilla.
La boca de muchos se abrió, los ojos de los Ravenclaw que se habían detenido para ver el espectáculo de los primeros años se habían abierto con asombro, todos estaban impactados.
Potter comenzó a descender, sus compañeros de casa corriendo hacia el para vitorearlo, las pequeñas serpientes no estaban interesadas, Black y Daphne continuaban mandandose miradas sucias y los otros se preguntaban que mierda pasaba entre ambos.
Pronto el partido en el aire se reanudó al ver a Madame Hooch regresar al campo, ella observó a toda la casa de leones alejada de la posición original e inmediatamente se dio cuenta como vitoreaban a un Harry Potter montado en su escoba.
Camino furiosa hacia ellos, antes de que un destello llamará su atención, una Quaffle desviada se dirigió con velocidad a una alumna de Slytherin distraída.
Todos escucharon la advertencia y las miradas volvieron hacia la Quaffle, apunto de golpear a Daphne.
Izar estiró la mano, tomando la bola a milímetros de la chica, en lo qué hubiera sido un impacto muy desagradable y doloroso.
Su seño se frunció, fulminado con la mirada a los chicos en el aire, nadie atacaba a uno de los suyos, intencional o accidentalmente.
La pelota fue devuelta con una fuerza aterradora, justo como había sido lanzada, golpeando a un cazador que se tambaleó en su escoba, una nariz rota y mucha sangre saliendo al instante.
Madame Hooch corrió hacia Izar, sin importarle en lo más mínimo lo que había hecho o el regaño que estaba apunto de hacer.
-¡Por dios!, Eso fue increíble, ¿Dime qué sabes volar?-
Cuestionó, izar asintiendo de acuerdo.
-Se-
-¡Excelente!, Lo cuadrare, lo cuadrare, hablar... Dumbledore... Pruebas... ¿Tal vez?... Debería convencer...- comenzó a murmurar incansablemente la mujer, perdida en su propia emoción para después darse media vuelta y comenzar a caminar hacia el castillo.
-¡Tienen el resto de hora libre!, Dejen las escobas en su lugar y estén libres de retirarse!- indico, nuevamente perdiéndose en sus murmullos.
-Mierda Daphne, ¿Estás bien?- cuestionó Tracey, saliendo del aturdimiento que les había provocado la mujer loca.
-Estoy bien- Murmuró la chica, igual de perdida.
-Esa fue una buena atrapada-
-¡Diablos si! Y la forma en que golpeaste a ese idiota- felicitaron sus amigos, emocionados con la hazaña.
-Lo hice por política- escupió Black, sus fríos ojos plateados encontradonse con los azules como el hielo.

Potter había sido olvidado a un lado, perdidos en la hazaña de Izar, y para ser justos el mismo Potter se había olvidado, hasta que una severa McGonagall entro en el campo.
-¡Señor Potter, venga conmigo!- indicó, comenzando a avanzar, un abatido Potter paso entre todos, habia pensado que se había escapado limpio tras su pequeño espectáculo, ¿Quién contaba con que McGonagall hubiera estado atenta?.

Pronto el castillo estaba animado, las hazañas de ambos niños como el centro de muchas platicas, la emoción que generaba el posible nacimiento de dos genios del Quidditch se apagaba un poco al saber que uno de ellos era Black, aún que los más aficionados estaban sorprendidos y realmente no les importaban mucho las identidades. Los chismes aumentaron cuando se vio al capitan del equipo de Ravenclaw con la nariz rota y una pequeña conmoción, dirigiéndose al ala del hospital, presuntamente herido por el ataque de Black y las dudas comenzaron nuevamente, ¿Cuánta fuerza debería poseer para lograr tal acto?.

Por otro lado, la mesa de las serpientes no podía estar más alejada de la emoción, Black se había encargado de hacer que las pequeñas acciones de Malfoy llegarán a los oídos correctos dentro de la casa, amaba el hechizo de compulsion, solo tenía que sugerirle a las niñas de Gryffindor que hablaran cerca de ellos. Contrario a lo que se creería, muchas veces las familias con un mayor estatus no eran las que dirigían la casa, si bien ayudaba el nombre de tu familia y sus contribuciones, eso no significó que dirigirias todo, como Malfoy creía que funcionaba. El poder no siempre era el que estaba a la luz y no todo era lo que aparentaba, muchas veces los verdaderos líderes se escondían, pero toda la casa sabían quienes eran, ellos habían demostrado su valía y a eso se debía su poder dentro de la cámara de las serpientes. El hechizo de compulsion funcionó de modo que cuando las niñas de Gryffindor hablaron cerca del verdadero poder, todos en la casa se enterarían y la noticia se esparciría rápidamente, no era tonto pensarlo, se sabía que las niñas de Gryffindor eran chismosas, por lo que la veracidad si bien en duda, era fácil de confirmar, sentenciando a Malfoy al demostrarse lo verdadero que era.
Black se palmeó en la espalda, complacido por un trabajo bien hecho, lentamente comenzaba a enterrar la reputación de Malfoy en la casa y en unos meses no sería más que un paria, esto también ayudaría con la interacción con los años menores, el niño no tenía mejores cosas que hacer que meterse con un montón de niños de otras casas y por eso los odiaban, aún que esto no le importaba, si había alguien que le interesaba. Para el, Potter podría ser otra pieza en su juego de ajedrez y no se arriesgaba a perderlo por culpa del pomposo rubio. Como Daphne había dicho tan amablemente, el niño ya tenía más influencia que el y en muchos años esto aumentaría más, simplemente el niño era demasiado tonto para comprender su alcance o alguien lo mantenía en las sombras.
Su tren de pensamientos analizando todo, a su lado sus amigos charlaban animadamente, con excepción de Daphne, resultaba interesante como en menos de un día ahora ambos niños arrogantes se llevaban mejor con la mestiza, que Black con Greengrass, la misma le seguía mandando miradas sucias ocasionales, pero a él no le pudo importar menos, tenía cosas más importantes en las que pensar.

The Black House Donde viven las historias. Descúbrelo ahora