El olor de aquel pay de manzana invadía el lugar.
El sol de la tarde se asomaba por las ventanas del gran comedor.
Aquel niño albino miraba a sus pequeños compañeros comer gustosos. Ese postre vaya que era la estrella del lugar, pues todos devoraban con gran alegría su dicha rebanada.
-¿Te la vas a comer?.- Preguntó _____ señalando el trozo de pay de su amigo.
-¿Eh? Ah... No lo sé.- Respondió el infante quien se había quedado absorto en sus pensamientos un tiempo mirando la rebanada, la cual se encontraba totalmente completa. Ni un solo bocado había dado.
-Bueno si no lo sabes, yo si.- Dijo esta tomando la rebanada del chico de la nada.- Y yo sé que ahora es mío.- Dijo sonriente mirando la rebanada con total deseo, con la cara algo sucia de migajas y un poco de dulce del postre.
-¿¡Eh!? No, ¡es mía!.- Tomó al instante de nuevo su plato del lugar de _____, para ponerlo de nuevo en su lugar correspondiente.
-¡Dijiste que no la querías!.- Dijo molesta y juguetona su amiga
-¡Dije que no sabía!.- Este al momento sacó su lengua a su amiga
-aaahh...- Respiró en señal de sorpresa abriendo la boca.- Te voy a acusar con Rogger.
-¡Y yo le diré que intentaste robar mi pay!.- Dijo molesto en tono amenazador.
El chico río por lo bajo recordando lo adorable y gracioso que se veía el rostro manchado de su amiga por su postre favorito. Sonrió un poco sosteniendo la carta. Se sentó normal, recostó su cabeza en el reposo del sillón y se acomodó para ir más profundo en su mente.
De nuevo se había metido en sus recuerdos y como si de un sueño se tratara, este empezó a recordar de forma lúcida sus momentos con su única amiga.
El frío ahora los invadía un poco. Las hojas de los árboles caían y los niños se lanzaban a las montañas de hojas marchitas que habían soltado los árboles del lugar, así como también habían sido puestos a barrerlas y recogerlas.
El pequeño Near parecía no ser del bando que disfrutara de jugar con las hojas; simplemente barría y barría con tal de terminar rápido para olvidarse de sus obligaciones. En ese momento escuchó los quejidos y súplicas de un niño que igual hacía sus tareas a lo lejos.
-Mello ya te dije que no puedo darte las llaves de la puerta.-
-¿Eh? ¿Por qué no? ¿Acaso eres cobarde otra vez?.-
-N-No soy cobarde, es solo que... Está mal que quieras salir solo del orfanato de esa manera.-
-Oh... vamos amigo, no seas aguafiestas, siempre es la misma historia contigo. Sinceramente no podía esperar menos de ti. Tiene sentido que todos se burlen de que aún te orinas en la cama.-
.-¡E-eso no es cierto!.- Dijo el niño apretando con cierta fuerza el rastrillo que usaba para llevar a cabo su tarea, pareciera que buscara ocultarse detrás de este.
-Entonces demuéstralo entregándome las llaves.- Dijo este en un tono más burlón y harto a la vez.
Near miraba desde lejos con cierto disgusto. Le era irritable tener que escuchar y mirar a Mello.
Justo en ese instante se escuchó un sonido en el bulto de hojas que había recogido el albino. No había sido muy fuerte, pero se escuchó como si algo hubiera caído dentro de este. Near volteó al momento para ver qué era, percantándose que de repente el monto de hojas era un poco más alto de lo normal. Se acercó entonces y...
-_____ ya sé que estás ahí.-
La pequeña al momento empezó gruñir, ocasionando que su amigo se riera un poco por aquella reacción.
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La primavera que jamás llegó. (Near y tú)
RomanceEl invierno. Aquella época tan fría y distante. Pareciera que mi alma y corazón se haya consumido por el frío que está evoca en su temporada. Aquella que pareció iluminar mi camino, quizá me habrá condenado a la soledad Yo que tanto busqué el rumbo...