Capítulo 6 "La memoria intrusa"

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El sol de la mañana alumbraba la tierra. Para unos siendo un día especial, un día esperado o un día con buenas expectativas; la esperanza y la alegría predominaba. Para otro puñado de gente está luz solo significaba un día común y corriente, aquellos que no traen diferencia u ocurrencia alguna, solo un día más de rutina, nada fuera de lo normal. Luego está el otro sector de gente, aquellos ni siquiera la luz del brillante sol pareciera poder alumbrar la incertidumbre del destino; aquellos que parecieran haber sido totalmente despojados del más mínimo destello de esperanza de encontrar algo bueno. Este día solo era igual a miedo e incertidumbre.

Pensamientos así pasaron por la mente de aquel niño albino, quien para su corta edad era incluso más maduro que varios adultos. Veía a las personas pasar mientras se dirigía al final del aeropuerto; prestaba atención a sus miradas y notaba como aquel día, podía ser todo lo contrario para una a otra persona.

Esto lo llevó a centrar su mirada en una familia; una madre con 2 hijos quienes corrían a abrazar a quien parecía ser su padre. Un momento enternecedor, lleno de esperanza y felicidad para esas personas.

-Señor Near.- Aquel albino quien veía tales diferencias de la vida, en silencio volteó a ver a quien lo llamaba, percatándose de aquella gran diferencia y que esa misma suerte no era para el. -He de comunicarle que su cita ha sido cambiada de localización.-

-¿Cambio de localización?.- preguntó notoriamente sospechoso y confundido el calvo bigotudo acompañado de Near

-Así es.- Contestó uno de los guardaespaldas.-

-Tenemos órdenes de llevarlos a la casa blanca. El señor presidente quiere hablar personalmente con usted sobre el caso Kira.- Dijo otro de los guardaespaldas, mostrando un documento que dictaba a esto al director Meison.

El director Meison tomó el documento para verlo con cierto detenimiento y comprobar que tales noticias fueran así

-Mmm, está bien.- contestó el calvo luego de no haber encontrado anomalía alguna en el escrito.

Near junto con el director Meison, subieron a una camioneta negra blindada, la cual los transportaría de forma segura a aquel establecimiento tan importante de los Estados Unidos. El viaje no pudo ser más pesado y asfixiante, pues el silencio predominaba y las miradas tenían esa pinta tan pesada del día oscuro. Near solo apartó la mirada y procedió a distraerse en la ventana del vehículo, viendo pasar las cosas a su alrededor.

Cuando el pesado viaje acabó alfín, Near y el director fueron escoltados a la casa blanca. Los llevaron a la sala principal del establecimiento, en la cual se ubicaba internamente la oficina presidencial, solo está siendo separada por una puerta y una sala de espera en el corredor de esta. El director junto con los guardaespaldas entraron primero, dejando a Near un breve y a la par, un significativo tiempo solo.

El joven albino se sentó. Veía pasar a las personas nuevamente haciendo cada quien lo suyo.

Había ruido...

El ambiente era pesado...

Todos corrían o caminaban...

Hablaban...

Nuevamente hay ruido y a la par... Hay silencio.

El silencio era ruidoso...

Un corto sentimiento de inconsciente estrés se hizo presente en el. Llevó su dedo a su cabello para tomar un mechón y de ahí procedió a estrujarlo mientras le daba vueltas a la par; al no ser suficiente, decidió sacar nuevamente su paquete de cartas escritas por aquella quien alguna vez le llenó de vida. Se detuvo un momento al darse cuenta que probablemente no tendría el suficiente tiempo para disfrutar de alguna de las cartas, talvez ni siquiera para terminar de leerla.

La primavera que jamás llegó. (Near y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora