Valeria Mikaelson, la hija adoptiva de Klaus, la cual nadie conocía, ya que Klaus la protegía demasiado. Cuando Damon y Stefan le quitaron la daga a Elijah, Valeria estaba en la mansión, para Elijah se convirtió en su pequeño tesoro.
Me levante rápido y me di una ducha, me vestí a todos prisa y baje a la cocina, abri la nevera pero lo único que había era una manzana.
—que pobreza—exclame y tome la manzana, le di un mordisco y fui a la sala donde había dejado mi maleta.
Tome la maleta y salí de la casa, comencé a caminar a paso rápido, si no me apuraba llegaría tarde.
Termine de comerme la manzana y vote las semillas a la caneca que me encontré por hay, mire mi reloj en mi muñeca, me quedaba un minuto para llegar.
Salí corriendo lo más rápido que me permitía mis piernas, cuando llegue estaban por cerrar el portón, entre por un lado antes de que lo cerraran.
Corrí por los pasillos pero me estrelle con alguien y caí al suelo, levante mi miraba.
—rubia oxigenada—dije al ver a Caroline, esta me miro con desagrado, y pasó por un lado mío—perra—susurre, me puse de pie, y sacudí mi pantalón, fui al casillero y saque los libros que necesitaba.
Mire mi horario, quien putas ponía economía a la primera hora, cerré el casillero con fuerza y Stefan apareció enfrente mío.
—¿y tu que?—pregunte mirandolo mal.
—Klaus me mando a cuidarte—respondió.
—no sabía que necesitaba guardaespaldas—dije volteando, comencé a caminar por los pasillos hasta llegar al salón, Stefan entró conmigo, lo que más me fastidiaba de mi papá era que siempre mandaba a alguien a cuidarme.
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—puedes dejar de seguirme?—pregunte, Stefan me había seguido todo el día.
—no—respondió el con una sonrisa más falsa que mi papá diciendo que no quería hace híbridos
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Suspire, y seguí caminando afuera del instituto, donde estaban las mesas, no me fije y me enrede con uno de los escalones, antes de que tocara el suelo Stefan me agarro de la cintura.
—estas bien?—pregunto ayudándome a enderezarme
—si...si gracias—dije nerviosa, Stefan quito sus manos de mi cintura, y se separo un poco de mi.
—controla tu corazón—Stefan fijo su mirada en mi pecho, pase saliva y seguí caminando, me senté en una de las sillas y coloque la maleta sobre la mesa.
—¿y como vas con Elena?—dije, pero el me miro de mala manera— a verdad, se fue con tu hermano.
—ja-ja—dijo Stefan mirándome mal.
—oye, pensé que no tenias sentimientos, papá me dijo que te habías quedado sin humanidad—dije mirando mis manos.
—volvieron, pero no le dijas a tu padre—dijo Stefan
—como si me importara—respondí como si nada, no era de mi importancia los planes de mi padre, pero Stefan había sido un estúpido, se había dejado controlar de Elena, esa perra, solo los utilizaba y con su carita de ángel, ellos hacían lo que ella quería.
—¿has tenido novio?—mire confundida a Stefan, ¿por que había salido con esa pregunta?
—si, tuve como dos, pero papá los mato, ¿por que preguntas?
—me pareces una chica muy linda, y que no tengas novio es algo raro—dijo Stefan encogiendo los hombros, ¿me había dicho que era linda? Stefan Salvatore, había dicho eso.
En eso sonó el timbre lo cual me saco de mis pensamientos, tome la mochila y me puse de pie.
Stefan venia detrás mío como perro guardián, seguía pensando en lo que me había dicho, pensaba que era linda, una sonrisa de escapo de mi boca.
Entre al salón, y me senté de primeras, siempre lo hacía, pero no porque me gustará, sino porque no veía nada si me hacía más atrás.
Stefan se sentó a mi lado, saqué mi cuaderno junto con un lápiz y los coloque sobre la mesa, Stefan tomó el cuaderno y comenzó a ojearlo.
—que orden—dijo con burla, rápido le quite el cuaderno de sus manos.
—cierra la boca—espete, era cierto que no tenía un buen orden en mis cuadernos, pero no me gustaba que los miraran.
