No me atreví a perder el tiempo, mis manos se plantaron por sí mismas en su pelo, mis dedos corriendo desesperadamente a través de su mata de rizos brillantes gracias a los rayos del sol que iluminaba la habitación. Sus manos encontraron su camino por mi cintura mientras me jalaba más cerca de él, hasta que no hubo espacio entre nosotros. Nuestros cuerpos eran un caliente enredo, y sorprendentemente estaba bien con eso. El olor de su colonia y el ligero olor a cigarrillos se desmoronaban mientras su lengua me exploraba cuando nos besamos apasionadamente sobre su escritorio, olvidando el mundo que nos rodeaba.
Sus manos se deslizaron por mi trasero, dándole un duro apretón haciéndome gemir en su boca. Él era embriagador y no importa lo mucho que lo intente, no podía negar la atracción que sentía hacia éste hombre. Mi profesor, mi vecino. Mis pensamientos se desvanecieron cuando sus manos encontraron su camino a mis muslos, separándolos aún más antes de atraerme aún más hacia él, su bulto duro rozando mi centro húmedo. Esto se sentía absolutamente maravilloso y eso que ni siquiera hemos follado. Mi tanga azul pálido estaba ahora en sus manos cuando las arrancó.
"Interesante ropa interior, pequeña, siempre lista para papi" Asentí con la cabeza mientras él sonrió, metiendo la ropa interior en su bolsillo antes de inclinarse y besar mi cuello, tomándome por sorpresa. Su boca dejó duros besos en mi cuello mientras chupaba puntos que seguramente dejaron marcas. No me podría importar menos. Se estaba burlando de mí, sus manos recorriendo mi cuerpo mientras mi humedad se acumulaba entre mis muslos, goteando sobre su escritorio.
"P-papi, por favor." Se rió por mis suplicas, sus grandes manos volvieron a recorrer mi cuerpo, cayendo sobre mis muslos antes de desaparecer de nuevo por encima de mi falda, cada vez más arriba. No podía esperar más, necesitaba liberación. Agarré sus manos, y las llevé hasta mi muslo, sorprendiéndolo.
"Tan ansiosa." Él gimió mientras lo sentí frotar mi centro. Gemí, dejando caer mi cabeza en su hombro para evitar gemir. Por mucho que esto estaba mal, la emoción de ser descubiertos hacía esto aún más sexy de lo que jamás pensé que podría ser. Sin previo aviso, de golpe metió un dedo en mí, sin perder el tiempo, aumento su ritmo. Los gemidos escaparon de mis labios agrietados mientras me aferraba a su camisa, tratando de controlarme y no meternos en problemas. "Shh, pequeña, no quieres que atrapen a papi ¿cierto?" Negué con la cabeza rápidamente, él meó otro dedo dentro de mí haciéndome gritar de dolor, siendo amortiguado por su camisa.
"Más rápido, papi." Gemí, él besó la parte superior de mi cabeza antes de acelerar. Esto no era mi primera vez, pero no era nada como lo que he experimentado. En realidad nunca he llegado al orgasmo las otras veces, los fingía. Pero esto era el paraíso, estaba en el séptimo cielo. Él bombeaba dentro y fuera de mí rápidamente y se sentía tan jodidamente bien.
"Tan apretada, bebé. Solo para papi" Asentí con la cabeza. Me agarró la mandíbula y me besó con dureza antes de hacerme mirarlo a los ojos, siguió bombeando dentro de mi centro húmedo. "¡Dilo!" Chasqueó cuando tragué saliva ruidosamente.
"Sólo para papi." Gemí fuertemente y él besó mi frente. De repente, sentí sus dedos deslizarse hacia afuera haciéndome gemir de frustración.
"No puedo dejar que te corras todavía." Él se flexiono mientras se agachaba, agarrando mis muslos y separándolos. Mi respiración se enganchó a los eventos ocurridos en la actualidad. Mantenía relaciones sexuales con un hombre que básicamente me dobla la edad, que está casado y es mi maestro. Estaba loca por haberlo dejado llegar hasta aquí, pero de alguna manera, esto se sentía bien, más que bien.
Lo sentir lamer y besar mis ya magullados muslos, cada vez más cerca y más cerca de mi centro húmedo. Necesitaba liberación y la necesitaba ahora. Agarrando sus rizos, lo empujé hacia mí, ganando una risa profunda de sus labios.
"Paciencia, bebé. Sólo las chicas buenas pueden correrse." Amenazó, mirándome a través de sus largas pestañas. Todo lo pude hacer fue realizar movimientos con la cabeza para sentir mientras él bajaba su cabeza hasta mi entrepierna. Estaba perdiendo el control, su aliento mentolado jugando conmigo.
Finalmente, sentí su lengua resbaladiza pasar por mi clítoris, dejándome sin aliento y más excitada que nunca. Él no perdió el tiempo, lamió mi centro, su lengua trabajando de manera misteriosa, ocasionando una erupción de gemidos en mí. Dio un paso atrás, metiendo la mano en sus bolsillos, sacando mis bragas.
"La única forma de mantenerte callada, pequeña." Dijo haciéndome abrir los ojos. Santa mierda. Me metió las bragas mojadas en la boca antes de volver a sus rodillas y mi entrepierna.
Su lengua se deslizó de arriba hacia abajo, pasando por todo mi centro, lamiendo la excitación que se había acumulado en los últimos minutos. Miré al reloj para encontrar que teníamos solo cinco minutos de almuerzo restantes.
De repente, lo sentí mordisquear mi clítoris haciéndome arquear la espalda, no era capaz de controlar mis gemidos. Gracias a Dios por las bragas en mi boca. Entonces, sus dedos encontraron su camino de regreso a mí, entrando más y más duro, los gemidos salían de mi boca y no había forma de detenerlos .Esto era mejor que cualquier cosa que jamás había experimentado antes. Esto era tan nuevo para mí, podía ver por qué la gente lo hacía todo el tiempo, esto era maravilloso y relajante. Sentí la acumulación de presión en el fondo de mi estómago, estaba dispuesto a correrme.
"Córrete para papi, bebé." Y con eso, me dejé llevar. Mis ojos se cerraron cuando la euforia maldijo a través de mi cuerpo, haciéndome sentir débil y vulnerable bajo su toque. Sentí que retrocedió, mis piernas todavía estaban temblando cuando abrí los ojos. Estaba ahí parado, sonriendo mientras se chupaba los dedos, bañados por mis jugos. Joder, ya estaba humedeciéndome de nuevo. Saqué las bragas de mi boca, colocándolas junto a mí.
"Eso fue un increíble, papi." Susurré, mi respiración siendo irregular mientras se acercaba a mí, deslizando mi tanga de nuevo por mis piernas.
"¿Ahora sabes quién tiene el control, pequeña?" Preguntó. Asentí poniéndome de pie en el suelo justo en frente de él, mis piernas aún temblando.
"Papi lo tiene."
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Teach me, daddy-español-
FanficHistoria en la que un profesor casado de veintinueve años se involucra en una caliente aventura con su estudiante de dieciséis. Va0802