Capítulo 2. "Nuestro momento"

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No dejaba de llorar, estaba temblando, fue demasiado real.

Siento cómo mi corazón golpea contra mis costillas, ¿cómo pude haber soñado eso?, sentí que lo perdía para siempre y que no regresaría nunca.

Estaba mi cuarto obscuro, solo distinguía aquella lámpara de lava que me regaló él.

Recuerdo cuando me habló por primera vez, fue hace al rededor de un año más o menos, recibí un mensaje por facebook al cual no le tomé mucha importancia, era solo un mensaje de un chico.

Era rápido al contestar mis mensajes, eso me gustaba, y, ¿a quién no?, eso demuestra interés.

Comenzamos a hablar más seguido, casi al punto de estar todo el día mensajeandonos. Decidimos vernos al poco tiempo, y él, por Dios, era hermoso y alto, algo que me encantaba en los chicos, me puse muy nervioso.

Recuerdo que estaba temblando y él me agarraba la mano y no dejaba de mirarme a los ojos, pienso ahora que lo hacía a propósito, sonrío como tonto al pensar eso, me dio un beso, ese beso tan lindo y lento que jamás olvidaré.

Empezamos a salir más veces, y poco a poco se fue convirtiendo en la persona que quería para el resto de mis días, me había enamorado de él completamente, sonreía con cada mensaje suyo, me decía que no había visto una sonrisa más hermosa que la mía, era un chico muy lindo y caballeroso.

Cuando me pidió que fuera su novio, me di cuenta que mi debilidad tenía nombre y apellido, sí, fue hace una semana, el primero de agosto para ser precisos.

Tenía un plan, nunca me lo esperaba, llegué donde me iba a encontrar con él, luego caminamos un poco y me dijo que debía vendarme los ojos, eso despertó curiosidad en mí, seguíamos caminando mientras él me guiaba.

Después de unos segundos me destapa lo ojos y lo primero que veo es a él, después volteo hacia abajo y había una manta color azul cielo, un plato con ensalada, unas copas con jugo de uva y un pequeño flan, no podía creerlo, había hecho esto por mí.

El día estaba nublado, corría aire, el día era perfecto. Después de acabarnos la ensalada y parte del flan, me miró a los ojos y tomó mi mano.

-Este es nuestro momento.- dijo con el tono de voz más tierno del mundo.

Asentí con la cabeza.

-Esto es perfecto.- dije mirándolo a los ojos y sonriendo.

-¿Quieres ser mi novio?- me susurró al oído.

Quedé sorprendido, no pensé que me lo fuera a pedir en ese momento, tardé unos segundos en decirle que sí.

Me sentía la persona más feliz del mundo, nos dimos un beso y nos separamos lentamente.

-Prométeme que esa mirada será solo para mí y para nadie más.- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Solo tuya.- le dije dejándole un beso en la mejilla.

Esa fue una de las mejores semanas que había tenido en toda mi vida, salíamos a platicar, a comer, al cine.

Nos vimos casi toda la semana, pero este sueño, ¿por qué fue que soñé con esto?

Me fijo en la hora y son las cuatro de la mañana, recordé que hoy nos íbamos a ver, no sé si sea buena idea contarle este sueño, ha tenido problemas con su familia, y aunque no sea gran cosa pueda que se preocupe un poco, creo que es mejor que esto quede en el olvido.

Un corazón en peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora