Capítulo 12: Un Hada en acción

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Sariel:

Deseaba descansar, pero permanecer dos meses encerrada era mucho con demasiado, ese fue el Castigo de Ares ya que Demond intervino, por fin lo conocí y me sentí tan protegida una especie de conexión como la que experimente con Said la primera vez que lo ví.

En cuanto a Ares es bastante malvado quería llevarme a un aquelarre para que ayudará a las brujas en las torturas que le hacían a los humanos que tenían de esclavos, ese era el castigo que me iba a dar y no lo niego estaba aterrada de solo pensar en esas "torturas" me dejaban una tristeza grande en el corazón ¿¡Por qué tanta maldad!? ¿Que les deja eso? En mi opinión no deja más que un alma funebre, podrida y cargada de maldad que va creciendo día tras día y contaminando a quien se atraviese en el camino. Gracias al cielo y los dioses Demond tomo el control y solo me dejó en la habitación donde le prometí que no saldría de ahí y justo Ares tomo el control para estipular esos dos meses, faltan dos días exactos para cumplirse los dos meses aunque si me preguntan se han sentido como dos años, de vez en cuando Nana se queda conmigo conversando pero otras veces solo la veo cuando deja la comida y enseguida se marcha.

Una tarde le pregunté por la chica cabello rojo y con tatuajes que ví en la escalera cuando llegue con Ares y solo me dijo que era Pamela Obreiv una chica que pertenece a una familia bastante rica eh importante en la manada, pero sentí que me ocultaba información y no se por qué haría eso, en realidad la chica me pareció bastante rara y más la mirada que me dió cuando Demond me llevo a la habitación no tiene una buena vibra, en cuanto al Alfa Damián pues me pareció un hombre bastante guapo y Tony el beta de Ares me pareció muy amable una sola vez lo ví cuando me trajo la cena ya que Nana estaba ocupada con unas personas que habían llegado, no tuvimos una charla muy larga ya que me dijo algo como que "no se le permitía estar cerca de mí por el bien de su pellejo" .

¡Una clara amenaza de Ares, porque Demond ni Said harían algo así!.

Suelto un suspiro y me observo en el espejo de cuerpo completo, noto mi piel blanca como la nieve creo que estoy más pálida con estos meses de encierro, mi cabello lacio está más largo ahora me llega a mitad de los glúteos y creo que eh aumentado unos kilos y lo digo porque varias de mis Lycras ya me quedan demasiado ajustadas pero es lógico porque no salgo de aquí, me dirijo al closet y tomo una bata roja me llega a mitad de muslo, ajusto los tiros para que el escote quede bien y no muestre demasiado, tampoco es como si tuviera visita a cada momento pero igual no soy muy fanática de mostrar mucho, paso la mano por mi abdomen sintiendo la textura algodonosa de la tela ¡Es muy linda!.

Un pequeño ruido me saca de mi ensoñación, fue como el rebotar de una canica contra un piso, observo para ambas partes y no veo nada, me dirijo a la pequeña sala de paredes de cristal y noto que el ruido proviene de ahí, me acerco con cautela a la ventana y mis ojos se abren grandes y me quedo con la boca abierta al observar lo que hay del otro lado.

¡Morgana en miniatura!

¿Cómo hizo eso?

Me apresuró para abrir la ventana y así dejarla pasar, observo el destello azul que hacen sus pequeñitas alas de color azul, me dejan hechizadas y maravillada, me agachó hasta quedar al nivel de la ventana, la observo y veo que se ríe, tiene cabellos ondulados en las puntas las cuales son de una tonalidad azul.

- ¡Hola Sariel! - me dice con un tono de voz bastante agudo pero a la vez dulce, me deja más asombrada - ¡Oh vamos quita esa cara de payasa!.

La veo cruzarse de brazos y se ve tan graciosa así que me puse a reírme, porque verla hacer un berrinche con ese tamaño tan diminuto se veía tierna y graciosa, más cuando las mejillas y las orejitas se le pusieron rojas.

El Ángel de la Manada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora