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Veías la pelea desde lejos, estabas temblando mientras pensabas en si ayudarlo o intervenir con su batalla pues podrias salir herida o solo ser una carga lo cual no te gustaba.
¿ǫᴜᴇ́ ʜᴀʀᴀ́s? ¿ǫᴜᴇ́ ʜᴀʀᴀ́s?
—¡Sesshomaru! — Reaccionaste corriendo hacia él, veías aquella forma tan gigante y con ojos rojos que te daba escalofríos, meneaba su cola haciéndote retroceder siendo invadida por un incontrolable viento.
— Perderá el control de si mismo —
—¿Qué debería hacer? — preguntaste notando la forma en la que Sesshomaru acababa con él haciéndolo sufrir de la peor manera, sin duda lo estaba disfrutando como a nada, no había algo más genial para él que salir ganando de una batalla que no empezó.
— Sigue a tu corazón — de golpe poso su dedo incide sobre tu corazón haciéndote retroceder.
—Sesshomaru — corríste hacia ellos dos alistando tus flechas para lanzarlas cuando sea necesario. Entonces un estruendo en el suelo te hizo retroceder de golpe cayendo al suelo mientras veías como de él salían varios demonios cubriendolos como si fuera una esfera. Te atacaban y acababas con cada uno de ellos hasta que no te quedaban más flechas y quedaste vulnerable.
Sesshomaru salió de aquella esfera con mucha sangre sobre él, antes de que pudiesen hacerte daño él llegó y acabo con todos ellos.
Sesshomaru no estaba con su forma original, sin embargo mantenía aquellos rojizos ojos y marcas sobre su piel, comenzó a repugnarlo de todas las formas posibles para volver a romper cada extremidad que él quiera.
— ¡Usa el collar en Sesshomaru! ¡Ponte el otro y conecten! — Apretaste con todas tus fuerzas aquellos collares y volviste a mirar a Sesshomaru — ¡Date prisa, la vida de tu ser amado corre peligro! — Volteaste a verla viendo como se fue con el viento.
Quedaste frente a él, sabías que no iba a dañarte, lo sabias perfectamente, que no sería capaz, y él sabia perfectamente lo que querias hacer, y por supuesto no se negaría. Su cuerpo pide del tuyo de una manera normal, ambos pueden llegar a necesitarse de una manera muy intensa que al mismo tiempo que rosen sus pieles habrá un gran cambio en cada uno.
ᴇsᴛᴀ́ɴ ᴜɴɪᴅᴏs, ʏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s.
—Sesshomaru — susurraste al tenerlo cerca de tí, podías sentir tu respiración un poco descontrolada, podías ver sus uñas que apenas tocaban tus ropas y como la saliva salía de sus labios.
ɴᴜɴᴄᴀ ᴛᴇ ʜᴀʀɪ́ᴀ ᴅᴀɴ̃ᴏ.
Te acercaste aún más acariciando sus mejillas para así poder ponerle el collar haciendo que de su cuerpo salga un fuerte vapor mientras él veía hacia arriba suspirando relajadamente. Él cayó en tus brazos con los ojos cerrados y algo cansado, caíste de rodillas al suelo sosteniendolo mientras lo acomodabas en tu regazo.
ᴀᴍʙᴏs ᴇsᴛᴀ́ɴ ᴍᴜᴄʜᴏ ᴍᴀ́s ᴄᴇʀᴄᴀ.
— Si uno muere, el collar desaparece — escuchaste un susurro al mismo tiempo que el viento chocó con tu piel.
— ¡____, Amo bonito! — jaken corrió hacia ustedes con los ojos llorosos y los brazos extendidos — ¡Amo bonito! — lloriqueo.
— Estará bien... — sonreíste intentando cargar a Sesshomaru tanto como podías y llevarlo a otro lugar.
— ¿Qué es ese collar qué traen puesto? — pregunto viendo aquel collar que colgaba de ambos cuellos, que sería imposible que ambos o alguien se los quite.
—Después te lo digo — suspiraste cansada tocando aquel collar de figura extraña pero ciertamente hermosa. Pusiste a Sesshomaru en unas hojas sobre su estola acomodando su melena que estaba sobre su rostro.
— tengo algo que decirte —
—¿A qué te refieres? — preguntaste armando una fogata para mejorar la temperatura — ayudame en buscar más ramas — lo hizo.
— Olvidalo —
—¡oh vamos, dime dime dime! — Te pusiste a su altura deseando que te lo diga pues te había dejado con aquella duda y querias saberlo.
— No y ya vete a dormir — te empujó hacia otro lado yéndose detrás de un árbol. Te sentaste al lado de Sesshomaru abrazando tus piernas. El sueño te llegó bastante rápido ladeando tu cuerpo de un lado a otro cayendo sobre la estola de Sesshomaru, no querias moverte pero sabias que debías, sin embargo tus ojos se cerraron y tu cuerpo dejó de responder.
Despertaste notando la luz del sol pegar con tu rostro alumbrando tus facciones haciéndolas aún más bellas de lo normal. Notaste como esos ojos amarillentos te veían con detenimiento y como su piel chocaba con la tuya, al mismo tiempo de la forma en la cual sujetaba un mechón de pelo tuyo como si lo estuviera acariciando.
