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— ¿Se van sin mi? —
— Niña tonta me asustas —
— Oh vamos, también me asuste — reiste volteando a ver a Sesshomaru que estaba al lado tuyo — Buen dia, Sesshomaru — Volteo a verte sin decirte nada.
A lo lejos pudieron divisar un pueblo no tan grande ni tan pequeño con variedad de aldeanos trabajando en el lugar, entonces notaste como Sesshomaru seguía caminando recto. Cuando llegaron te diste cuenta de la forma en la que los veían. Sin embargo, miraban a Sesshomaru con miedo e incluso con odio.
— Detenganse — Se acercaron varios soldados deteniendolos — Entreguen a la Mujer o serán decapitados — apuntaron directamente a su rostro sin titubear ni un segundo. Tus pelos se pusieron de punta al momento que te señalaron, pensabas que otra vez iban a haber conflictos y que fuera culpa tuya.
— Paren de inmediato — Atrás tuyo apareció un sujeto muy alto y de gran masa muscular — Toda Mujer que pise estas tierras se quedará aquí para siempre — volteo a verte tratándose claramente de tí.
— ______ Ponte detrás mio — Jaken susurro cerca tuyo, no querias hacerlo pero necesitabas pensar y analizar a todos los que se encontraban ahí para asi recién atacar sin que salgas herida y seas una carga.
— Le pedimos que nos de a la Mujer — Te señalo por unos segundos, entonces fue ese momento en lo que varios hombres se acercaron a ustedes — En cambio le daré unas mujeres para pasar una increíble noche —
— No necesito de sus porquerías — Sesshomaru se dio media vuelta dispuesto a irse de ahí sin dejar de verlos amenazantemente. Lo seguiste sujetando con fuerza las flechas que cargabas en la espalda, pero por un momento en donde te desconcentraste te sujetaron de la ropa jalandote con fuerza antes de que pudieras pisar un pie fuera del lugar.
— No queríamos que fuera por las malas — Estaban a punto de cargarte pero aprovechaste en darle una patada y librarte de su agarre, sin embargo vinieron todavia más que fueron acabados por Jaken que no dudó en matarlos.
Te alejaste sujetando tu arco y acomodando una flecha para clavarla en su cabeza haciendo que toda la sangre salga desparramada y manche tu vestimenta y rostro.
Observaste a tu alrededor y a continuación tus manos que se encontraban con sangre, próximamente sentiste como el cuerpo cayó directamente a tí haciéndote retroceder sintiendo aún más como el liquido chocaba con tu piel.
— Detente Sesshomaru — lo detuviste al ver cómo ahorcada a uno de ellos y cómo quería matar al resto, sin embargo te pusiste a ver a tu alrededor dándote cuenta de la cantidad de niños que se encontraban ahí y cómo derramaban bastantes lágrimas al igual que la mayoría de las mujeres — N-no los mates, sería mejor irnos — Dijiste viéndolo directamente pensando en la forma en la que iba a ignorarte y acabar con todos los que se encontraban ahí. Sin embargo, Sesshomaru se quedó viendote sin decir algo, hasta que te tomó en brazos tan repentinamente creando un humo alrededor mientras se elevaban en el cielo.
— ¡TE MALDIGO SESSHOMARU! — Aquel sujeto grito con todas sus fuerzas viendote directamente. Jaken lo golpeo para después irse corriendo a la dirección donde ambos se estaban yendo.
— ¡Amo bonito no me deje! — corrió hacia el bosque sin perderlos de vista. Veías tu alrededor memorizando el lugar por el cual estaban pasando por encima, hasta que sentiste como estabas por caerte.
— ¡Ay Sesshomaru! ¡Me voy a caer! — Te sujetaste de su estola y a la vez jalando de su pelo.
— Sujetate bien — Acomodo su melena sujetandote como un saco de papas sobre su hombro, sentias como saltaba y saltaba puesto a que tu cuerpo se movía hacia arriba cada vez que lo hacia.
Al llegar notaste como había parado en un Prado lleno de flores muy bellas. Sin embargo, Sesshomaru se dirigía a unas rocas a lo lejos y como entraba a una cueva grande y oscura. Al entrar sintió como un viento paso con firmeza y como de el salieron varios demonios que volaron por todo el lugar volando hacia lo primero que vean como alimento.
Al verlos ir hacia tu dirección retrocedíste un poco entre abriendo ambos ojos con sorpresa, tomaste tu arco y tus flechas para intentar acabar con ellos, pero el suelo en el que te encontrabas comenzo a temblar haciendo que sueltes aquella flecha con torpeza que por suerte si llegó a acabar con la vida de uno de ellos que estaba cerca tuyo.
— Maldición — al no sentir el suelo fue cuando lo viste frente a tí, su aspecto oscuro y muy gigante que incluso superaba a todos los anteriores que se habían enfrentado. Al no darte cuenta que te tenía sujetada, en ese momento no tenias un arma a tu disposición puesto a que cayó al suelo.
Aquella cosa estaba dispuesta a comerte y saborear cada cosa que ofrece tu carne, te dirigía a sus filosos dientes, no obstante no paso nada, no sentiste como tu carne era masticada, al abrir los ojos te diste cuenta de la forma en la que Sesshomaru lo había cortado en pedazos en tan solo segundos.
Antes de caer al suelo sentiste de nuevo como te cargaba, volteaste a la dirección a la que se estaba dirigiéndo notando que era aquella cueva de la cual habían salido varios demonios. Dentro de aquel lugar se podía ver la cantidad de monedas y joyas de valor por el suelo e incluso en el fondo de la cueva.
— Entonces, esto era lo que protegían — Te acercaste agarrando aquellas monedas viendolas fijamente — Pero son muy antiguas — las dejaste en el suelo nuevamente.
— Entonces si sabes pensar — Sesshomaru tomó una espada en manos, puesto a que estaban en buen Estado que podían ser utilizadas. se acercó hasta estar frente tuyo y entregartela. — para que puedas defenderte — La agarraste un tanto dudosa viendo su filo y el reflejo que te otorgaba, al igual que su punta y un buen mango de color oscuro.
— Ay amo bonito, pensé que se habia olvidado de mi — hablo con los ojos lagrimosos acercándose a él, pues ambos ya habían salido de aquel lugar, tú sin dejar de ver aquel objeto que tenias en manos.
— ¿Sabes manejarlo, no? —
—No, pero sabre —
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