séase de ausencia '

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Oh, de ésta tristeza que berrea cuál infante que demanda ser estrechado.
La devastadora soledad que asoma su súplica, vociferando improperios desbocados colmados de ira contenida.
¿Qué podría estarme esperando tras la puerta, que no sucumba a la culpa tardía de un impulso no sucedido?
Aquel que visita después, el arrepentimiento que poco teme y al qué poco le importan las heridas consecuentes a la renuncia por indecisión.
Trasnochamos abordo de un atardecer de similitudes alternas, simplezas que duelen al concebirse existentes.
Miras delante y una parte de tí perece fragmentada, puesto que nada ocurre dos veces, nada vuelve a ser, nunca se visita el ayer físico a través de la necesidad.
Y las dudas nos alejan de lo que florece al hacernos marchitar.

de violetas y pesadumbres náufragasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora