La tenue luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas improvisadas de la furgoneta, bañando el pequeño espacio en un resplandor suave. Wooyoung estaba acurrucado en la camilla con su mirada perdida en uno de los ventanales, viendo como un rayo de luz calentaba su rostro mientras luchaba contra los fragmentos de sueño que apenas alcanzó durante la noche.
San se encontraba a su lado, espalda y espalda rozándose entre sí. Este, medio adormecido, se giró lentamente sobre sí mismo. Parpadeó mientras se ajustaba a la luz que inundaba el interior, y sus ojos se posaron en la espalda del menor. La necesidad de conexión y cariño lo impulsó a tender la mano y acariciar suavemente la delicada línea de su cintura, haciendo pequeños círculos como una expresión de afecto en la tranquilidad de la mañana.
El castaño, quien había cerrado los ojos momentáneamente con la esperanza de que el sol retrocediese y el sueño venciese la batalla, tuvo una reacción inmediata e inusual. Su cuerpo se tensó y su piel se estremeció bajo el toque de San, su mente se inundó de imágenes que preferiría olvidar, pasando por su columna un estremecimiento que le hizo revivir una sensación desagradable. Retiró la mano del pelinegro con un gesto rápido y se alejó escasamente, con un grito ahogado y una mirada afligida.
San se quedó desconcertado, pero comprendió en un instante la razón detrás de la repentina actitud del menor. Un profundo pesar se apoderó de él al darse cuenta de cómo su gesto bien intencionado había desencadenado recuerdos, no precisamente bonitos, de la noche anterior.
—Perdóname —dijo con urgencia. Su expresión era apenada—. Ha sido instintivo y no creí que... no quise...
—No, no, no —le cortó rápidamente agitando sus manos—. No pasa nada. La verdad, no sé porque reaccioné así, no has hecho nada malo.
Wooyoung cerró los ojos con fuerza y se pasó una mano por el cabello, intentando recomponerse. Su cuerpo se había movido inconscientemente, como si hubiese estado alerta todo este rato. Ahora se sentía mal porque no deseaba que su novio pensase que no quería que lo tocase, y por otra parte, San estaba asumiendo que el castaño realmente no estaba bien.
—Yo sí lo sé, lo de ayer te afectó —le dijo con sinceridad—. No tienes por qué ocultarlo. Si no estás bien, simplemente dímelo, por favor. No quiero que estés incómodo conmigo, sabes que yo nunca te haría algo que te causase dolor.
—Lo sé, nunca pensaría algo así de ti. Y lo de anoche... creí que no me afectaría tanto. De hecho, mi mente no está trastocada, el problema es mi cuerpo. Ha sido un impulso, como si todavía estuviese en aquella habitación, con él.
—Entonces sí es tu mente.
—Puede ser, pero por ejemplo ahora estoy bien, no es que esté pensando en ello. Solo ha sido en ese momento en el que he notado que alguien me rozaba —miró que el mayor no se había quedado muy convencido—. No te preocupes, en serio. Estoy bien.
A continuación, se acercó a sus labios y los juntó con los suyos, como si quisiese demostrar con actos sus palabras. Fue un mero contacto entre pieles, sin apenas movimiento. El pelinegro acarició ligeramente su cabeza y le dedicó una sonrisa apenada. Wooyoung se propuso olvidar lo ocurrido anoche, no merecía la pena pensar en ello. Lo cierto era que, a pesar de que pasó un desagradable momento con aquel hombre, el castaño tenía mucha fuerza de voluntad y era capaz de superar experiencias traumáticas con más facilidad que el resto.
—No es por nada —volvió a hablar mientras se levantaba con una energía más animada—, pero tenemos esto hecho un asco. Vendría bien que recogiésemos toda esta mierda.
—Nah, solo es ordenar un poco por ahí y ya está.
Dentro de la furgoneta reinaba un caos. Latas de cerveza vacías yacían esparcidas sobre el suelo, como testigos silenciosos de noches pasadas. Montones de ropa desordenada se apilaban en un rincón, así como también un desfile de colores y texturas cubría los asientos y el área circundante, formando un collage ecléctico. Los ventanales, un poco empañados, dejaban ver las marcas de los dedos como señas de sus encuentros. El olor a comida callejera y el aroma de sus cuerpos impregnaba el aire, recordándoles constantemente que este espacio era su hogar en movimiento, donde el desorden y la intimidad solían coexistir.
ESTÁS LEYENDO
Claws and Bets | Woosan
Fanfiction"En cada golpe prohibido, se teje un hilo de deseo y sacrificio." ✿ Historia corta ✿ Inspiración: concepto de Outlaw / Bouncy Inicio: agosto 2023 Final: octubre 2023 #1 woosan (17.10.2023) #1 jungwooyoung (18.10.2024)