3. Callejon Diagon

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CAPÍTULO 3: CALLEJON DIAGON

POV HERMIONE

Estoy asombrada con todo lo que veo a mi alrededor mientras caminamos por la calle de adoquines, las tiendas no son lo que yo imaginaba, aunque no estaba segura que iba a encontrar cuando acepté venir, y hay lugares para conseguir de todo, mascotas, lechuzas, producto para hacer pociones, tiendas de uniformes y ropa, una gran librería. El bar parecía muy tranquilo en comparación con este lugar, lleno de ruidos, voces y movimientos.

−Tengo que ir a Gringotts, Hermione. Pero antes te ayudaré a hacer algunas compras. Dejaré lo que toma más para que tú lo hagas por tu cuenta y me dé tiempo de alcanzarte. No quiero que te alejes demasiado.

Yo asiento y él me lleva a la tienda de calderos y pociones. El olor del local me descompone, pero trato de soportarlo, hay muchos productos que huelen a podrido. Severus por suerte no me hace leer la lista, él sabe lo que debo comprar y no hay muchos clientes en este momento. Él pide un caldero de peltre de medida dos, un set de ampolletas de cristal, una balanza y un surtido con todos los elementos que necesitaré para pociones. El que creo que es dueño del local, guarda todo en varias cajas protegido y me lo entrega en una bolsa, deseándome un buen comienzo de año. Severus paga con algunos galeones y sickles; en otra tienda compra un telescopio y permite que yo elija el modelo que deseo entre las opciones que tienen, escojo uno de tono bronce, que tiene un diseño muy lindo; me pregunta si falta algo del equipo y le digo que solo la varita mágica, por lo que me lleva a Ollivander, una tienda que según la leyenda existe desde 382 antes de Cristo y promete fabricar las mejores varitas.

−¿382 antes de Cristo?

−Así es. Ollivander es la única tienda de varitas aquí y ha pasado de generación en generación desde esa fecha.

−Es sorprendente.

En el mundo muggle es todo un logro si una empresa sobrevive tres generaciones con los mismos dueños de la familia sin quebrar y ellos... Simplemente supera todos los límites con sus milenios de existencia. La tienda no es atractiva a la vista, de hecho, en la vidriera del frente solo hay una varita apoyada en una base y encerrada en un cristal. El interior es muy oscuro y me cuesta ver algo hasta que mis ojos se acostumbran a la escasa iluminación.

Un hombre mayor se acerca a nosotros apenas entramos, nos observa fijamente sonriente. Sus ojos grises tan acuosos, por partes más blancos me indican que puede estar sufriendo de cataratas y por ende no tener tan buena visión.

−Severus Snape, que placer volver a verlo.

−El placer es mío, señor Ollivander.

−¡Qué casualidad! Si hubiera venido diez minutos antes se hubiera encontrado con su ahijado. Encantador niño. No tardó mucho en encontrar su varita ideal y se fue feliz. Fabricada con madera de espino, de veinticinco centímetros de largo, con núcleo de pelo de unicornio y elástica. Marrón y con mango negro, de aspecto clásico bastante elegante.

−Parece que es adecuada para Draco. -Comenta Snape con una sonrisa.

−La varita elige al mago, ya lo sabe de sobra. Aún recuerdo cuando vino usted hace muchas décadas atrás. La suya también tiene el mismo estilo clásico y completamente negro. Una sólida varita de 34 centímetros, hecha con pino y con nervio de corazón de dragón en el núcleo. Excelente para hechizos. Nunca necesito cambiarla, ni la perdió.

−Afortunadamente, señor Ollivander, sigo usando la misma desde los once años.

−Me alegro por usted, profesor Snape.

Yo siempre creí tener buena memoria, pero este hombre, estoy segura que me supera. Aunque una parte de mi mente también piensa en sus descripciones. Los dragones y los unicornios existen, no son un invento de las obras de fantasía.

Luz Verde [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora