婚約|SaneGiyuu.¹

II

—————
¡Tomioka Giyuū!
🌊
———

La noche fue tranquila.

Ambos cenaron, tomando su tiempo y, eventualmente, tomando diferentes caminos. Tomioka había sido el único en quedarse en la cocina, con su plato vacío frente a él.
Él necesitaba un momento para pensar en todo lo que pasó en tan solo una noche, parecía surreal, como si en cualquier momento Giyuū fuera a despertar en su antigua finca. El pilar no podía dejar de pensar en la forma en la que Shinazugawa lo había mirando con calma, ciertamente extraño en él, y el como el delantal de cocina lo había hecho ver menos agresivo.
Tomioka estaba seguro de que era un sueño, y de así serlo, era el mejor que nunca haya tenido. Si cerraba los ojos, aún podía ver a Sanemi moverse de un lado a otro al compás de una tomada inaudible para el pilar, podía oír la voz rasposa, pero que intentaba sonar suave, cuando lo habia recibido con un aura tan cálida.
Aquello solo lo hacía desear aún más fuerte que todo mejorará, que Sanemi le dijera que lo ama y que deseaba pasar su vida junto a él por mucho tiempo. Era estúpido, Tomioka lo sabe, pero decide aferrarse a la idea de que, tal vez, todo estaría bien.

Pensó nuevamente, recordando a sus niños. Tanjiro y Nezuko habían recibido su carta hace horas atrás, ya que aún seguían en la finca mariposa, con Kocho, Mui, por otro lado, debía seguir en su misión. Tomioka cuestiono muchas veces lo que podría pasar con sus niños ahora que viviría con alguien más y estaría casado, se preguntaba si ellos aún lo querrian, si lo visitarían, o si nunca más los vería.
Era exagerado pensar así, pero Giyuū realmente se preocupaba por lo que podría pasar. No sé perdonaría perderlos por tan solo no saber cómo distribuir su tiempo y necesidades.
Tomioka no podía estar pendiente de ellos, más que nada con el tipo de trabajo que lamentable llevaban, pero sabía que ahora no solo era el trabajo, sino el matrimonio, lo que los podría llegar a separar por falta de tiempo.

Con un fuerte suspiro, decide preocuparse por otras cosas, como el nombre de la finca. La finca del pilar de agua llevaba una placa a las afueras con su apellido, Tomioka, y la del pilar del viento también tenía una placa con el apellido, Shinazugawa. Tal vez era otro tema que debía discutir con Sanemi, pensó Giyuū, tomándose de la cabeza con su mano izquierda mientras que soltaba un ultimo suspiro. Eran las doce de la noche, y aún no lograba sentirse cansado o mínimamente adormecido, su cuerpo era el único que le exigía un descanso, pero no era como si Tomioka fuera a hacerle caso.
Con lentitud, se retiró de la cocina para buscar algo en que enfocarse mientras esperaba que su mente hiciera su magia y lo hiciera dormiste, sea desmayandolo o simplemente haciéndolo sentir cansado, cualquiera de las dos opciones era lo suficientemente buenas a parecer de Giyuū.

El largo pasillo que había tenido que cruzar en primer lugar ahora parecía corto, y Tomioka se sentía estúpido por haberse puesto tan nervioso en cuanto había llegado. Sabía que habían sido los nervios de ver a Shinazugawa en un lugar tan privado como lo es un hogar, si algo hubiera salido mal entonces estarían condenados a verse las caras gran parte del tiempo. Aún así, trato de olvidarse de eso y siguió caminando hacia la izquierda, dónde se hicieron presentes más habitaciónes y que se podía levemente ver dos pasillos más. Tomioka avanzo con cuidado, esperando hacer el menos ruido posible para evitar molestar a Shinazugawa, ya que sabía que cualquier sonido que el hiciera era excusa para que el peliblanco comenzará a gritarle, y explorar un poco el interior de la finca. Supuso que Sanemi ya lo había hecho, ya que al vez había llegado horas antes que el, asi que se sintió menos culpable de investigar solo, a pesar de que Tomioka se moría por caminar lado a lado con Sanemi en la finca mientras hablan sobre la decoración o el orden de las habitaciones, como si fueran una simple familia doméstica. Si, Tomioka se moría por hacer las cosas más sencillas si eso significaba estar con Sanemi.