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 El día que Hana había estado esperando finalmente había llegado. Con Yoongi, su novio, habían compartido 2 años llenos de amor y momentos especiales, y estaban a punto de celebrar esta ocasión con un día en la playa, uno de los lugares favoritos de Hana.

Esa mañana, Hana se levantó con un sentimiento de emoción y anticipación. La playa era su refugio, un lugar donde podía sentir la brisa del mar en su piel y escuchar las olas rompiendo en la orilla. Para la ocasión, eligió un atuendo cómodo y veraniego. Su cabello caía en bucles sueltos por su espalda, y llevaba un pantalón corto de mezclilla con una blusa de rayas azules y blancas. Bajo su ropa, lucía un bikini negro que había elegido con cuidado días antes.

Mientras esperaba a Yoongi, se encontraba sentada en su sofá. Acariciaba el pelaje de su fiel compañero, Manchitas, quien la miraba con sus ojos curiosos. Hana le habló cariñosamente.

—Manchitas, saldré hoy con Yoongi —le dijo mientras el minino emitía un maullido, como si estuviera respondiendo. —No hagas desastres, ¿ok? —añadió con una sonrisa antes de volver su atención a la televisión.

En la mesa de café frente a ella, su celular comenzó a sonar, mostrando una foto de ella y Yoongi en la feria. Hana contestó la llamada con alegría.

—Hana, ya estoy abajo —dijo Yoongi al otro lado de la línea.

—Sí, ya bajo —respondió Hana con entusiasmo.

—Ok.

Después de colgar, Hana se levantó del sofá y se dirigió hacia su habitación para tomar unas últimas cosas antes de encontrarse con Yoongi. Luego, se despidió cariñosamente de Manchitas y salió de su apartamento con una sonrisa de emoción en el rostro.

Al llegar abajo, encontró a Yoongi esperándola junto a su auto. Su corazón dio un vuelco al verlo, y sus ojos se encontraron con una mezcla de amor y anticipación.

—Hola, hermosa —dijo Yoongi con una sonrisa radiante.

—¡Hola! —respondió Hana, emocionada. Se acercaron y compartieron un cálido abrazo antes de que él abriera la puerta del auto para ella.

Durante el trayecto hacia la playa, la conversación fluyó con facilidad. Se reían, compartían anécdotas y hablaban sobre lo emocionados que estaban por pasar el día juntos en ese lugar especial. El sol brillaba en el cielo, y la emoción crecía a medida que se acercaban a su destino.

Finalmente, llegaron a la playa, y Hana se sintió como si hubiera entrado en su propio paraíso. El sonido de las olas, la brisa salada y la vista del mar extendiéndose hasta el horizonte la llenaron de alegría. Escogieron un lugar para desplegar sus toallas y se sentaron cerca del agua.

Pasaron el día disfrutando de cada momento. Caminaron por la orilla del mar, se sumergieron en el agua, construyeron castillos de arena y compartieron risas y conversaciones profundas. Comieron un almuerzo improvisado de bocadillos y frutas frescas, y se relajaron bajo el sol mientras el tiempo parecía detenerse a su alrededor.

Conforme el día avanzaba y el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Hana y Yoongi se relajaron sobre la arena mientras observaban el hermoso atardecer. Los colores cálidos del cielo reflejados en el mar crearon un espectáculo magnífico.

Yoongi, por su parte, había estado planeando una sorpresa aún mayor para Hana en ese día tan especial. Mientras observaba el atardecer desde su departamento, preparó todo meticulosamente. Había traído consigo un anillo de compromiso, listo para dar un paso más en su relación con Hana.

Justo cuando el sol comenzaba a desaparecer en el horizonte y el cielo se tiñó de tonos rosados y dorados, Yoongi decidió dar el paso.

—Hana —dijo Yoongi con ternura, llamando su atención.

Ella se giró hacia él con sorpresa en sus ojos al verlo arrodillado frente a ella.

—¿Yoongi...? —preguntó Hana con una sonrisa nerviosa en su rostro.

Yoongi tomó un respiro profundo antes de hablar. —Hana, estos últimos meses han sido los más maravillosos de mi vida. Tu presencia, tu sonrisa y tu amor han llenado cada día de alegría. Y hoy, en este lugar tan hermoso y significativo, quiero hacerte una pregunta muy importante.

Hana sintió su corazón latir con fuerza mientras observaba a Yoongi con atención.

—¿Te casarías conmigo? —preguntó Yoongi, sacando el anillo de compromiso y ofreciéndoselo a Hana con amor y esperanza en sus ojos.

Las lágrimas de felicidad llenaron los ojos de Hana mientras miraba el anillo y luego a Yoongi. La emoción la embargó, y en ese momento, supo que su respuesta era sí.

—¡Sí, Yoongi, sí! —exclamó, llena de alegría.

La playa pareció iluminarse con su amor mientras Yoongi deslizaba el anillo en el dedo de Hana. Se abrazaron con fuerza, compartiendo un beso lleno de emoción y significado.

El atardecer se convirtió en el escenario de su compromiso, un momento que sellaba su amor y su compromiso de pasar el resto de sus vidas juntos. Mientras el sol se hundía en el horizonte, Hana y Yoongi comenzaron un nuevo capítulo en su historia, lleno de amor, aventuras y promesas eternas.

El Pianista; myg [ADAPT.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora