El Pianista; myg [ADAPT.]

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Con el transcurso de los días, la conexión musical entre Hana y el misterioso chico del piano se había convertido en una parte constante de su rutina. Cada vez que escuchaba las primeras notas resonando desde el apartamento vecino, su corazón latía un poco más rápido, y sin pensarlo dos veces, se unía a la melodía con su suave canto, como si estuvieran comunicándose a través de las notas y las palabras.

Un tranquilo domingo por la mañana, con la universidad fuera de su agenda, Hana decidió abastecerse de provisiones en el mercado. La lista que había escrito se convirtió en su guía, y se centró en recoger lo que realmente necesitaba, sin distracciones. La comida enlatada para Manchitas fue una de sus principales prioridades, ya que su fiel compañero peludo merecía siempre lo mejor.

Mientras regresaba a su apartamento con sus compras en mano, pasó por delante de una acogedora cafetería en la esquina. En el rincón de su mente, pensó haber reconocido a alguien en su interior, pero no estaba segura. La curiosidad picoteó su mente, como si el destino estuviera tratando de jugar con ella, pero decidió resistirse a la tentación momentáneamente y siguió su camino.

El sol de la mañana pintaba un suave resplandor sobre la ciudad mientras Hana llegaba a su hogar. Dejó las bolsas en la cocina y dedicó un momento a acariciar a Manchitas, quien la saludó con afecto. La melodía del piano seguía resonando en su mente, una sutil melodía de fondo para sus pensamientos mientras organizaba sus compras.

Esa tarde, mientras disfrutaba de una taza de té y hojear un libro, su mente volvió a la imagen fugaz de la cafetería y la posibilidad de haber visto al misterioso chico. ¿Debería haberse acercado? ¿Habría sido él?