El Pianista; myg [ADAPT.]

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La tranquila noche del viernes envolvía el departamento de Hana en una atmósfera de paz. A diferencia de la mayoría de las personas de su edad, no sentía la necesidad de sumergirse en el bullicio de la vida nocturna. Su primo SeokJin había intentado persuadirla una y otra vez para salir de fiesta, pero Hana prefería la serenidad de su hogar, acompañada únicamente por Manchitas.

Descansando en el sofá, sosteniendo una taza de chocolate caliente entre sus manos, Hana se dejaba envolver por el calor reconfortante y las imágenes en la televisión local. Una semana había pasado desde el día en que escuchó por última vez la cautivadora melodía del piano proveniente del apartamento vecino. La pieza había dejado una impresión duradera en su mente, y anhelaba volver a experimentar esa conexión única.

El chocolate caliente desapareció poco a poco, y Hana decidió que era hora de relajarse y retirarse a su cama para descansar. Sin embargo, antes de poder hacerlo, el familiar sonido del piano llenó el aire nuevamente. Su corazón dio un vuelco de sorpresa y emoción. No solo reconoció la melodía, sino que también pudo identificar la canción que el misterioso chico estaba interpretando. Era una de sus favoritas, una canción que había cantado una y otra vez en su habitación a lo largo de los años.

Impulsada por una sensación de atrevimiento y una extraña conexión, Hana no pudo resistirse. Se puso de pie, abandonando su taza vacía en la mesa, y comenzó a cantar la letra de la canción suavemente mientras acompañaba la música del piano. Las palabras fluían de sus labios con facilidad, como si hubieran estado esperando este momento para ser liberadas. Cada nota que emitía se mezclaba con la melodía del piano, creando una armonía inesperada pero perfecta.

Cuando finalmente llegó al final de la canción, Hana se quedó apoyada en la ventana, su respiración agitada por la emoción. No estaba segura si el misterioso chico la había oído o siquiera estaba al tanto de su presencia. La incertidumbre la llenaba, pero al mismo tiempo, se sentía como si hubiera compartido un momento íntimo y mágico con alguien a quien nunca había conocido cara a cara.

El joven pianista se levantó del banquillo, apagó las luces y desapareció de la vista de Hana, al igual que antes. Pero esta vez, en lugar de retirarse a dormir, Hana permaneció en su lugar, mirando hacia la ciudad iluminada en la distancia. Había algo en esa conexión musical, en la forma en que su voz se había entrelazado a través del espacio junto a la melodía, que la dejaba reflexionando sobre las posibilidades inexploradas y los lazos que podían formarse de maneras inusuales.

La noche se desvaneció lentamente mientras Hana seguía perdida en sus pensamientos, sintiendo como si hubiera experimentado algo mágico y significativo. Finalmente, se alejó de la ventana y se deslizó bajo las sábanas, llevando consigo la melodía y la memoria de ese momento especial. Mientras cerraba los ojos, se permitió soñar con el día en que finalmente cruzaría caminos con el misterioso chico del piano.

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Yoongi en multimedia 🥰