El patio de Gemma estaba decorado con muchos globos lilas y plateados. Su pequeña Lucy para ella era su princesa, así que como parte de las decoraciones se podían mirar pequeños castillos y tiaras adornando las mesas y repisas donde iría la comida.
Samantha estaba ayudando a acomodar unos cupcakes en unas charolas y Gemma estaba dándole unos últimos detalles al pastel.
- Osvaldo y tú me han salvado con respecto al evento de mañana, eh. Les debo una.
- No te preocupes, mi sobrinita estará bien conmigo. - contestó sosteniendo una charola.
- ¡Con los 2!... Samantha, yo sé que ustedes no se toleran del todo, pero has un esfuerzo por mí ¿si? - preguntó suplicante.
- Bien. - suspiró - Sólo por Lucy y tú, lo pienso soportar.
Gemma solamente sonrió. Sabía que aunque ellos 2 terminaran sin una pierna o sin un ojo, su hija terminaría intacta.
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En el patio, Osvaldo platicaba con su primo Carlos, hermano de Gemma.
- ¿Enserio le cambiaron el pañal ustedes? - preguntó asombrado.
- Fue bien horrible, mien. Sentía que me lloraban mis ojos con aquella peste.
- ¡Me imagino! Aunque jamás creí que ustedes 2 se apoyarían para hacer... algo. Enserio. Parecen ser enemigos eternos.
- Y lo somos. El idiota ayer me dejó hacer casi todo a mí. - dijo Rivers mientras caminaba con 2 charolas de cupcakes en sus manos.
- ¡Ya quisieras, minion miedoso!
- Sólo porque vengo cargando los cupcakes no te meto una merecida putiza. - contestó Rivers concentrada en acomodar los postres.
El Mariana estaba por dirigirse a donde estaba Samantha, pero Gemma le bloqueó el paso con Lucy en sus brazos. La bebé tenía puesto un bonito vestido lila, unos zapatitos morados y una pequeña tiara plateada con flores que era sostenida por sus rizos.
- ¿Cargarías a la princesa unos minutos, por favor?
- ¡CLAAAARO! ¡Ven, hermosa! - exclamó estirando sus brazos a la bebé.
- ¡VOY! - le gritó Rivers divertida.
- ¿Tú qué? Feo Tamagotchi. - contestó mirándola serio. - Hablaba de mi Lucy, obvio.
- Ash, ni una broma aguantas. ¡Qué amargado es tu tío, Lucy! - dijo Samantha tomándola de los cachetes.
- ¿Amargado? Ya verás. - dijo retador.
Gemma y Carlos habían entrado de vuelta a la casa y Rivers fue la que se quedó para ver a Osvaldo aventar a la cumpleañera en el aire haciéndola reír.
Unas cuantas veces más y la bebé estaba subiendo sus bracitos emocionada.
- ¡Mariana! No la agites tanto, Lucy comió hace poco.
- ¿No ves que se divierte? ¡No molestes!
Escasos segundos después fueron suficientes para que Osvaldo mirara un líquido blanco salir abruptamente de la boca de Lucy para terminar en su cuello y parte de su rostro.
Rivers no pudo evitar echarse a reír de la cara de asco del pelinegro. El día se ponía mejor.
- ¡Advertido estabas! Ya no te molestaré más... - dijo risueña entrando de nuevo a la casa.
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En la cocina, Osvaldo estaba tallando su playera con un trapo húmedo. No podía creer su suerte.
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El Mariana x Rivers - La familia que no soñé
RomanceRivers tiene contacto frecuente con su amiga Gemma, a quien conoce desde la infancia. Hace tiempo fue esa misma amiga quien le presentara a su primo Osvaldo, con quien comenzó una relación de amor-odio. Después de que una noticia llegue a cambiarle...
