Capítulo 11

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Samantha no sabía qué decir. ¿Y si le había llamado por otra cosa? Sí, con suerte sería eso.

- Ah, J-javier. ¿Cómo estás? - contestó fingiendo alegría.

- Un poco... confundido.

- ¿Ah, si? ¿Por?

- Hace unos minutos miré en internet lo que parece ser una foto tuya vestida de novia. - hizo una pausa - ¿hiciste una apuesta o qué?

Valiendo ma...

- Eh, no. No es eso. Es que... Prefiero que hablemos en persona ¿si? ¿Te parece?

- No entiendo por qué ocuparíamos vernos, pero bueno. Si no andas lejos, en una hora puedo ir a tu departamento. 

-  Ok. Te veo allá. 

Colgó el teléfono y volteó lentamente hacia atrás desde donde sus amigos la miraban preocupados.

- ¿Todo bien, Sammy? - preguntó Ari. 

La mencionada sólo negó con la cabeza. Lucy era una excelente razón para lo que acababa de hacer, pero... ¿podría con todo lo que veía venir? Quizás Javier no querría volver a mirarla ni en pintura y sumado a eso, tenía menos de 24 horas para planificar dónde viviría con su ahora esposo y su casi hija. 

Ah, no ¡había más! Sus padres ni enterados de que su hija se había casado de un día para otro. 

Pero entenderían su prisa ¿no? 

Una voz la sacó de sus pensamientos.

- ¡Minion! 

- ¿Eh? 

- Andas en la pinche luna, mien. Debemos irnos de aquí o habrá fotos de sobra de quien quiera que nos reconozca aquí. 

Era cierto. Estaban bastante expuestos en ese lugar. Lo mejor era irse cuanto antes. Ya medio mundo sabía de su supuesta "futura boda", pero sus seguidores aún no se enteraban de que ya se había casado hace casi media hora y con nadie más ni menos que el Mariana. 

- Te veo en la casa de Gemma ahorita. Debemos hablar. - mencionó Osvaldo.

- Bien. Pero que sea rápido porque ocupo ir a mi departamento en un rato. 

- ¡¿Y A DÓNDE SE IRÁN DE LUNA DE MIEL PUES?! - exclamó Roier queriendo romper la tensión en el aire.

Ari que era quien estaba cerca, agitó su bolso en el aire dándole un golpe en la cabeza.

- ¡¿No lo quieres gritar más fuerte, pendejo?! - contestó Osvaldo molesto. 

- ¡Era nomás para relajarnos! Ni aguantan nada, pinches aguafiestas...

- En lugar de eso, cualquiera que nos reconozca armará un escándalo. ¿Que no entiendes eso? - dijo Ama regañándolo con la mirada. 

Aldo sabía que no podían seguir perdiendo tiempo ahí y fue quien intervino.

- ¡Ya pues, YA! Nosotros nos llevamos al novio y ustedes a la novia. Los dejaremos en casa de la prima de Osvaldo y ya de ahí nos vamos los demás a...

- ¿Al karaoke? - preguntó Ari con una gran sonrisa.

- ¿A comer sushi? - sugirió Rocío. 

- Me vale madre a donde vayan a ir ustedes después. ¡VÁMONOS YA!

Ante el claro enojo de Osvaldo, todos los demás enmudecieron. Lentamente comenzaron a caminar hacia sus autos. 

- ¿Piensas aguantarlo con ese pinche genio? - susurró Roier a Samantha.

El Mariana x Rivers - La familia que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora