Capítulo 12

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Qué ganas le daban de golpearlo, enserio. 

Justo cuando tenía todo listo para una pequeña velada con su sobrina y Samantha, se le ocurría a este fulano aparecerse. Tenía que ocurrírsele algo rápido o se podría ir olvidando totalmente de su plan. 

- Eh, S-Samantha estaba algo cansada, igual yo le aviso que viniste. 

El otro lo miró con sospecha y quiso insistir. No se pensaba rendir tan fácil.

- ¿Al menos podría saludarla?

- No creo que se pue...

- ¿Javier? ¡Hola! ¿Qué haces aquí? - saludó la castaña con una sonrisa.

Osvaldo maldijo en voz baja su suerte. Esperaba que Rivers se hubiera tardado más en bajar las escaleras y así no se hubiera encontrado con esa indeseada visita.

- Yo vine a traerte esto - le extendió el pequeño ramo de flores mientras ponía una cara desanimada - y quería invitarte al cine, pero ya el Mariana me dijo que estás cansada, así que...

- ¡No, ni al caso! Deja tomo mi bolso, mis zapatos y nos vamos ¿ok? - dijo dirigiéndose presurosa a las escaleras.

El pelinegro suspiró con bastante molestia que no pudo disimular. Su plan se había jodido ahora sí.

- Vaya, creo que no estaba cansada realmente. - dijo Javier burlón en voz baja.

Osvaldo le cerró la puerta al otro en la cara, dejándolo afuera. Algo en él definitivamente no le agradaba y seguramente Gemma pensaría lo mismo. 

Todo esto es por Lucy, lo estás haciendo por Lucy... - pensó dándose ánimos.

Al cabo de un par de minutos, escuchó unos pies bajando rápidamente las escaleras. 

- ¿Y Javier? - preguntó Samantha buscándolo con la mirada.

Osvaldo se tensó instantáneamente.

- Está afuera.

- ¡Qué grosero! ¿No lo invitaste a pasar?

- No quiso. - respondió nervioso.

Rivers se agachó a darle un beso a la bebé que estaba en el sillón muy concentrada comiendo fruta.

- Nos vemos en un rato, Lucy. Cuida que tu tío no haga travesuras ¿si?

El pelinegro estaba cruzado de brazos sintiéndose realmente incómodo. Pensó en lo que podría pasar... ¿y si Javier le pedía a Rivers ser su novia? ¿Y si la volvía a besar? 

Ahora eran esposos, tenía todo el derecho del mundo de preocuparse ¿no?

- Oye, Rivis. Yo pasaré por tí cuando salgan de la película.

- ¿Como por qué o qué? Javier puede traerme sin problema. - dijo mirándolo confundida.

- No no no no, te prometí a tí y a tus padres que te cuidaría. No quiero que te pase algo y tu papá ahora si me mate.

- No andes exagerando otra vez, mojón. Nada va a pasar ¿ok? Nos vemos al rato.

La castaña caminó a la salida, intentando ya irse.

- ¡Minion! ¡No te atrevas a salir de esta casa!

- Obsérvame. - desafió cerrando la puerta tras ella.

El Mariana recargó desganado su cuerpo en el sillón. Se cubrió el rostro con ambas manos sin entender el por qué de su propio comportamiento. 

Miró a su costado, a donde su sobrina levantaba su manita ofreciéndole un pedazo de manzana.

El Mariana x Rivers - La familia que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora