20. Reconstruyendo

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Diciembre 2021

El invierno llegó y con el las vacaciones, me encontraba en Madrid, supervisando el último congreso del año, había sido un año duro, lleno de trabajo.

— Oye tú ¿Qué vas a hacer estas vacaciones? No me digas que nada porque has trabajado muy duro este año—Habla Ana

— Pues iría a ver a los niños, pero están con su abuela este invierno, Stephen esta con su esposa y pues no voy a ir a molestar por muy bien que me lleve con los dos, no sé ya veré, me quedaré en casa y ya—Respondo mientras me cambio de zapatos

— Ve a casa—Sugiere ella

— A eso voy—Digo obvia

— No tonta, a casa de verdad, con tus padres, ya es hora ¿No crees?—Pregunta ella

— Lo había pensado pero ¿Cómo me presento allí? ¿Con qué cara? Y sobre todo después de todo este tiempo—Respondo

— Pues con la que tienes, ve y ya, no seas tonta—Dice Ana y yo solo emito un sonido de afirmación

Termine de recoger mis cosas y me dirigí a casa, Ana tenía un vuelo esa misma madrugada para volver a su país y pasar las fiestas con su familia.

Me acosté en mi cama mirando el techo con la idea de si debería hacerle caso a Ana, la verdad es que ya era hora de afrontar el pasado.

— Decidido—Susurre y me levanté de la cama decidida a comprar un billete de avión hacia mi ciudad.

Lo compre esa madrugada para la mañana siguiente, así que fui hacia mi armario y comencé a hacer la maleta.

Me dieron las cinco de la mañana, entre la maleta y prepararme, así que cogí mis llaves y fui con dirección al aeropuerto.

El trayecto hasta la casa de mis padres me pareció eterno, pero una vez el piloto informo que nos encontramos en la ciudad el corazón me empezó a latir muy rápido.

— Son las 7 de la mañana, les va a parecer raro que alguien toque tan temprano—Digo mirando el timbre de la casa, me decido y timbro.

Minutos después escucho como descuelgan el telefonillo.

— ¿Si?—Escucho desde el otro lado

— Soy yo, Jane—Respondo

No escucho nada más de parte de la otra persona, solo abren la puerta.

Empujó la puerta y cuando pongo un pie en ese portal un olor muy particular a vainilla inunda mis fosas nasales, entrar a este portal me da tanta nostalgia, hay tantos recuerdos aquí.

— Buenos días Jane—Saluda Juan el conserje del edificio

— Buenos días Juan ¿Cómo estás?—Pregunto

— Bien, bien, gracias a Dios seguimos vivos, hacía mucho tiempo que no te veía—Responde

— Ya, pasaron cosas que me obligaron a salir de aquí, pero pues estoy aquí de nuevo, ya nos veremos Juanito, felices fiestas—Digo y me subo al ascensor

Una vez el ascensor se abre salgo de el, la luz no esta encendida, pero en la oscuridad puedo distinguir a toda mi familia en la puerta. 

— ¡Jane!—Grita Asher y viene corriendo a abrazarme, pero la verdad es que yo no reconocía a este hombre

La última vez que lo vi yo le sacaba una cabeza y el ahora me saca casi tres.

— Hola Asher—Respondo abrazándolo y los dos comenzamos a llorar

Un amor sin más//Jude Bellingham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora