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Estábamos sentados en silencio, yo miraba por la ventana hasta que alguien se acercó.

—¿Estás bien?—me preguntó Cheong-san.

—Debería preguntártelo yo a ti.—le conteste mirando el patio.—Era tu mejor amigo.—dije hablando de Gyeong-su.

—Tu mano.—dijo y levanté la mano que tenía los nudillos con sangre por los golpes que había pegado.—No estas bien.—me dijo triste.—Quería preguntarte algo.—me dijo Cheong-san.—¿Qué pasó con Su-hyeok?—me preguntó.

—No se de que me hablas.—conteste mirando al patio.

—Antes no llevabas esos chupetones en el cuello.—dijo señalando mi cuello con la mirada.—Te separaste con Su-hyeok del resto y los traes al igual que el.—me dijo.

—No paso nada.—dije un poco desanimada por lo que había ocurrido.

—Me puedes contar todo.—insistió Cheong-san.—Nunca le diría a nadie.—me prometió.

—Tuvimos sexo.—le dije al oído para que nadie escuchara.

Se quedó de piedra y tardó en procesar.

—¿Nam Ji-yeon con Lee Su-hyeok?—me preguntó en shock.—¿On-jo sabe?—me preguntó y negué.

—No le digas a nadie.—le pedí y cada uno nos sentamos en un lugar.

Estábamos todos en silencio.

—Yo no escuché nada.—dijo Cheong-san rompiendo el silencio.

—¿Te refieres a gritos?—le pregunté y este asintió.

—Cuando la Na-yeon salió y la maestra fue tras ella.—empezó a decir.—No se escuchó nada más de ahí.—

—Pues eso quiere decir que están vivas.—dijo Dae-su pero nadie dijo nada.—Podrían decir algo...—dijo un poco triste.—Hablo con la pared.—

—Yo tampoco escuché nada.—aporté.

—Eso quiere decir que están bien.—dijo Joong-yeong mientras jugaba con una cantimplora rosa.

—¿Y Na-yeon se lo merece?—le preguntó Ji-min.

—Sigue siendo una persona.—le conteste molesta.—Y en parte tenemos la culpa...—dije y todos me miraron.

—¿Culpa?—me preguntó Ji-min.—Ella es una asesina.—dijo Ji-min.—Ella mató a Gyeong-su y se victimizó.—nos empezó a contar Ji-min.—Y la señorita Park se fue por ella cuando salió por que no le hicimos caso.—nos dijo molesta.—¿Qué hicimos nosotros?—preguntó Ji-min y todos nos quedamos en silencio.

—Se que es raro decir esto.—interrumpió Su-hyeok.

—Pues no lo digas.—le contestó Woo-jin golpeándolo en el estómago y el hizo una mueca.

—¿Alguien más necesita ir al baño?—preguntó Su-hyeok.

Al final todos teníamos que ir solo que Dae-su tenía que hacer otra cosa pero empezamos a preparar un baño como On-jo lo dijo.

Estaba pegando cosas en la cristalera para que no se viera pero me caí hacia atrás y noté que alguien me agarraba en brazos como princesa.

—Casi muero.—dije con los ojos cerrados por el susto.

—Casi.—dijo Su-hyeok y abrí los ojos.

—Tendrías que haberme dejado caer al suelo.—le dije molesta.—Aún te odio.—dije traté de bajarme de sus brazos pero no me dejó.

—No parecías odiarme cuando te daba bien duro en el salón de artes.—me susurró al oído y me miró a los ojos.

Sus ojos pedían otra ronda pero estaban nuestros compañeros.

Tenemos un pasado [Lee Su-hyeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora