Let's go
To another coast
Take me somewhere we can be alone
Baby, that way we'll get comfortable
There's nothing to lose except our clothes
And I really wanna let you know
That I can never let you go
'Cause I just wanna be only yours
Maye - Yours
*******************************
El amanecer filtraba su luz suave a través de las cortinas, iluminando el espacio tranquilo donde me encontraba. Desperté, recordando rápidamente donde estaba, sintiendo la suavidad de las sábanas y la sensación cálida de su cuerpo aún cerca del mío. Giré la cabeza con cuidado y me encontré con su rostro en reposo, sus rasgos suavizados por el sueño. Era como una obra de arte, una imagen que solo yo tenía el privilegio de contemplar ahora mismo.
Mi mirada recorrió cada detalle: el rizo rebelde que caía sobre su frente, la curva de su mejilla, sus labios entreabiertos en un gesto de tranquilidad y su barbilla partida. Sentí una calma mientras la observaba dormir, como si mi corazón supiera algo que yo no.
Un suspiro escapó de sus labios y una sonrisa coqueta curvó sus labios mientras seguía en el mundo de los sueños. —Deja de mirarme, Valentina —dijo con su voz suave y juguetona, aunque sus ojos permanecían cerrados.
Mi sonrisa se extendió y fingí sorpresa. —¿Yo? No estoy mirándote. —respondí en un tono casual, tratando de ocultar mi propia sonrisa.
Ella rió suavemente, sus ojos aún cerrados. —Siento tu mirada sobre mí.
No pude contenerme más y reí junto con ella. —¿Es tan obvio? —dije, sintiendo cómo la complicidad entre nosotras se profundizaba.
Finalmente, abrió sus ojos y nuestras miradas se encontraron. Le sonreí, y sin decir una palabra más, me acerqué y nuestros labios se unieron en un beso tierno y suave. Fue como un acuerdo silencioso, una manera de sellar el momento que estábamos compartiendo. Sentí su suave aliento mezclarse con el mío, conociendo otra faceta de la sensual chica que vi bailar anoche, una más dulce. Y si soy sincera, una que me gustaría seguir conociendo.
Después del beso y algunas caricias, decidimos que era hora de levantarnos. Tomamos un baño compartido, las risas, los roces y los besos llenando el espacio con una energía ligera. Nos vestimos con tranquilidad, nuestras sonrisas reflejando la conexión que habíamos encontrado.
Mientras nos arreglábamos, me acerqué a Juliana, la abracé por la espalda y le susurré al oído —¿Qué te parece si te invito a desayunar? —Su mirada se iluminó y aceptó con una sonrisa radiante.
Salimos juntas hacia una cafetería que quedaba a una cuadra de su apartamento, compartimos un desayuno simple pero delicioso. Entre conversaciones y gestos, recordamos la noche pasada y todo lo que habíamos disfrutado. Podía sentir la felicidad vibrando en el aire mientras compartíamos risas, confidencias y nos empezábamos a conocer más.
El futuro se extendía ante nosotras como un lienzo en blanco, lleno de posibilidades y aventuras por vivir juntas. Mientras terminábamos el desayuno, nuestras miradas se encontraron y pude sentir esa conexión otra vez, igual que cuando la vi bailar.
Podía sentir que estábamos en el comienzo de algo hermoso, una historia que tal vez estaba destinada a escribirse con capítulos de amor, alegría y complicidad.
Tomé la mano de Juliana y le sonreí. Nos levantamos de la mesa, listas para explorar cada rincón de esta conexión única. Solo quedaba esperar y ver hacia dónde nos llevaba este nuevo capítulo en nuestras vidas.
********************
KC😊✨
ESTÁS LEYENDO
Al ritmo de tu mirada
Fiksi PenggemarHistoria corta. Valentina sale con Lucía a divertirse y en la discoteca, conecta con los ojos de una pelinegra que la hechiza y las llevará a pasar una noche de pasión. Cada capítulo es acompañado por una cancion.