Un matrimonio sin amor

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Para Rhaenyra, enterarse que su omega destinada se casaría con su propio padre, fue como si mil espadas atravesaran su corazon, lo peor de todo es que su padre lo sabía.

Si Viserys hubiera podido elegir el no hacerle daño a su querida hija, lo hubiera hecho a pesar de todo, sin embargo, el consejo exigía más herederos, pues aunque Rhaenyra era una alfa bastante capaz, seguía siendo una mujer, y claro que los hombres del reino exigían un alfa hombre hecho y derecho como dictaria la ley de los Targaryen, sí no se casaba con Alicent, lo obligarían a casarse con Laena, una beta aún más pequeña que la Lady Hightower.

Tal vez fue ésto lo que llevo a que un día antes de la boda, Rhaenyra se encontrara en los nuevos aposentos de la futura reina y la hiciera suya, ahí, en la cama de su padre, con cuidado de no dejar marcas pero con todo el amor palpable entre ambas, y cuando Alicent dio aviso de estar en cinta, Rhaenyra era la más feliz, pero la más desdichada porque jamás podría estar al lado de su hijo como lo que verdaderamente era, en lugar de ser su madre, sería tratada como una hermanastra para su primogénito ¿Cómo sabía que era suyo? Fácil, la sangre de Aegon le llamaba,y cuando nació el pequeño y regordete bebé, éste constantemente la buscaba entre el aroma de Viserys y Alicent, y cuando no la encontraba hacía una enorme rabieta.

Mucha gente pensaba que Aegon y Rhaenyra simplemente eran hermanos que se querrían mucho y podrían convivir en paz, pero la alfa sabía que había un lazo mucho más fuerte entre ambos.

Las peleas comenzaron cuando Alicent volvió a quedar embarazada, pero esta vez Rhaenyra sabía que no era suyo, no era fruto de su amor como con Aegon, sabía que era de su padre... tuvo dos hijos con el seguido del suyo, Aemond y Heleana, eran bebes adorables, la alfa no podía evitar querer alejar a su propio hijo de ese par que no llevaban su sangre, pero tampoco era tan cruel como para hacerlo.

Decidió casarse con Laenor luego de darse cuenta que Alicent jamás consideraría huir con ella, que ella era la única que sentía un verdadero amor entre ambas, mientras que a Alicent comenzaba a llenarla un hambre de poder inducido más que nada por su padre, Otto Hightower; tuvo una boda valiria con el omega, y dado a que no podía acostarse con el sin sentir que su alfa se caía a pedazos de dolor, le permitió acostarse con el alfa que el quisiera para poder tener herederos.

Gracias a esto, nacieron Jacaerys, Lucerys y su precioso Joffrey, Rhaenyra los amaba más que a nada en el mundo a pesar de que no llevaran su sangre, desgraciadamente sus hijos no heredaron ningún rastro valirio de Laenor y esto dio oportunidad a que se hablara sobre la legitimidad de sus retoños, claro que no en presencia de la heredera, pues esta les arrancaría la lengua a cualquiera que osara a llamar bastardos a sus hijos.

Estar lejos de Aegon fue un tormento, más cuando lo volvió a ver en el funeral de Laena Velaryon, pues su hijo se había convertido en un chico sin valores, lleno de resentimiento y criado por una madre narcisista, le dolió darse cuenta que ya no era más ese niño adorable que solía buscarla y robarse ropajes suyos para tener su olor cerca.

Ese día recuerda perfectamente como Alicent la lastimo por el incidente entre Lucerys y Aemond, fue el día en que su amor por ella terminó cuando la vio dispuesta a arrancarle un ojo a su propio hijo, cuando ella jamás podría herir a ninguno de sus hermanastros a pesar de todo, así fue como ambas poco a poco dejaron de sentir lo que en el pasado era lo único en lo que pensaban, Rhaenyra se concentro en su propia familia, mientras que Alicent cada día que pasaba sentía un horrible tormento en su corazón por haberle hecho daño a la persona que más amaba en el mundo.

Ese día recuerda perfectamente como Alicent la lastimo por el incidente entre Lucerys y Aemond, fue el día en que su amor por ella terminó cuando la vio dispuesta a arrancarle un ojo a su propio hijo, cuando ella jamás podría herir a ninguno de su...

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En la actualidad, Laenor había muerto tras haber sufrido la pérdida de su alfa destinado, Harwin Strong, quien se rumoreaba había sido asesinado, Laenor no pudo con la desdicha y murió de un infarto en los brazos de Rhaenyra, y ella poco después contrajo matrimonio con su tío, Daemon Targaryen, quien fácilmente pasaba como alfa a pesar de ser un omega, era fuerte, tenaz y despiadado, nadie en su sano juicio sería capaz de intentar hacerle algo sin que su vida estuviera en riesgo; tuvo otros dos hijos con el, a quienes llamaron Aegon y Viserys.

Aegon ll a veces odiaba ver a su "hermanastra" feliz, y no sabía porque, simplemente odiaba que ella estuviera viviendo con una bonita familia, unos bonitos hijos mientras que el no se sentía nada apegado a su madre o a su padre incluso, Viserys incluso trataba mejor a Aemond y Heleana, pero a él ni siquiera lo miraba, pero estaba bien con eso, nunca lo considero un padre, nunca sintió un apego que Aemond decía tener con el.

Por eso cuando la vio ahí tan radiante en aquella cena que su padre había organizado, no pudo evitar verla con odio, y aunque sentía la mirada penetrante de su madre en su persona, no le importo.

-Brindó por nuestros chicos fuertes- habían sido las palabras de Aemond, y Aegon no pudo evitar sonreír con mofa ante la molestia de su sobrino Jacaerys, un alfa bastante correcto, como lo odiaba a él también, tenía toda la energía de Rhaenyra en el, mientras que su sobrino Lucerys, al ser omega era un poco más sumiso, pero no era débil, había que admirar eso, por eso no fue gentil con el cuando lo golpeó contra la mesa en aquella disputa.

La mirada entristecida de Rhaenyra no había pasado de largo por Aegon, y aún así el no entendía por qué su hermanastra lo veía de ese modo, ni el porqué él se sentía mal cuando la veía triste, aunque nunca se molesto en investigarlo.

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- Controla a tus hijos, Alicent, ya no son unos niños que puedan hacer lo que se les venga en gana- Le dijo Rhaenyra a la castaña una vez ambas estuvieron a solas- No dudaré un segundo en ponerle un alto a Aemond si continua molestando a mis hijos

- Aegon también es tu hijo- Dijo Alicent con sus ojos lagrimeantes y el ceño fruncido- ¿No te preocupas por el, por su futuro? Aegon merece ser rey

- Jamás me diste la oportunidad, Alicent... nunca pude estar cerca de mi hijo, te ofrecí huir lejos pero fuiste una cobarde que decidió seguir tras las órdenes de papi, tu hambre de poder pudo más que el amor que yo sentía por ti.

- ¿Sentías? ¿Ya no me amas? -Algo se había movido con dolor en el corazón de la Hightower, quien rogaba internamente que Rhaenyra la tomará entre sus brazos y la besara como solía hacerlo antes.

-No, Alicent, ya no te amo... -Dijo fríamente Rhaenyra con tal de hacer que el dolor en sus palabras no se notara- lo que sentí por ti alguna vez fue hecho cenizas, tu destruirte lo que teníamos... ahora si me disculpa, su alteza, debo irme con mi omega- Le dio la vuelta a la reina, recorriendo los pasillos hasta que llegó a la habitación donde se hospedaba ella y Daemon.

La reina ahogo un sollozo en su mano antes de regresar a sus aposentos, Aegon la había visto irse, sin entender porque estaba llorando, pero tampoco le intento buscar el sentido.

Después de todo, su madre lloraba todo el tiempo.


Notas del autor:

Bueno, saque otro fic pero esta vez de The house of the dragon, espero les guste absbsba dejen una estrellita y sus comentarios que estaré leyendo, chaito!

El verdadero padre del rey (Rhaenicent)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora