El verdadero padre del rey (Rhaenicent)

La vida en Dragonstone

Aegon despertó, sintiéndose extrañamente tranquilo por el hecho de que lo primero que escucho al despertar no fueran los gritos de su madre omega.

Irónicamente, extrañaba un poquito eso, le recordaba su propia miseria, sin embargo, ahora era todo lo contrario, una sirvienta tocó su puerta para recordarle que hoy desayunaria con su herma... con su madre, rayos, aún no se acostumbraba.

Se puso un atuendo negro y rojo, mirándose en un espejo con ligera sorpresa, nunca en su vida se imagino vestir de esos colores, pero ahí estaba y era la realidad.

Bajó al comedor y miró a todos ahí, estaba su madre, Daemon, las hijas del mismo y sus ahora hermanos, inclino ligeramente la cabeza antes de sentarse en una silla que estaba al lado de la heredera y en frente de Lucerys.

- ¿Cómo has dormido, hijo?- Preguntó Rhaenyra mientras tomaba una de las manos del menor, el cual dio un leve saltó por el repentino agarre, pero suspiro y se calmó antes de asentir un par de veces.

-He... dormido bien, gracias-Murmuro antes de que acercaran la comida y todos comenzarán a comer en silencio- Estaba pensando en traer a Sunfyre en un par de días, cuando las cosas ya se hayan calmado

-Eso suena bien, no puedes dejar a tu dragón allá después de todo- Rhaenyra sonrió y siguió comiendo con calma, aunque era un poco incómodo dado al silencio que había en la mesa, escuchándose sólo la plata de los cubiertos chocando suavemente entre sí por el constante corte de carnes.

Aegon carraspeo su garganta antes de tomar su copa de vino para tomar un sorbo, desde que había llegado a Dragonstone no había bebido ni una gota de alcohol, y relamio sus labios antes de notar que su hermanastro Jacaerys lo miraba fijamente, ah, sin poder evitarlo le sonrió de manera ladina, era ya una costumbre que tenía, lo que si le extrañó fue como Jacaerys desviaba su mirada mientras sonreía por lo bajo también.

-Hermano- Llamó su atención Lucerys- Amm... tal vez te gustaría ir a pescar, soy muy bueno en ello y puedo enseñarte si gustas.

Para Aegon no fue difícil comprender que Lucerys quería comenzar a llevarse bien con el, quizás era incómodo para el menor pero no negaría que le había calentado un poco el corazón.

-Claro, después de comer podrías enseñarme que eres digno de ser heredero de Driftmark- Menciono con una leve sonrisa antes de ver la sonrisa de roedor de Lucerys mostrarse a través de sus labios, su madre también sonrió al observar que sus hijos comenzaban a convivir de una manera tan sana.

Y asi el desayuno pasó en un silencio, pero ahora no era incómodo, era un silencio necesario y muy bien aceptado, un silencio reconfortante.

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Rhaenyra acariciaba el vientre de Daemon con una leve sonrisa, estaba segura de que sería una preciosa niña, algo se lo decía.

-Nuestra pequeña Visenya es muy inquieta- Susurró la heredera con cariño- Señal de que será una princesa fuerte- Exclamó antes de acercarse y dejar un beso en la frente de su esposo

-Nyra... Yo no estoy tan calmado con el hecho de que hayas dejado que nuestro retoño se haya ido con ese... borracho de Aegon- Escupió Daemon con un rostro duro, Lucerys no era hijo nacido de su vientre pero lo quería como si lo fuera, por eso fue tan difícil para el que se fuera solo con el primogenito de su esposa.

-Daemon, mi amor, no te preocupes por ello, con Aegon lejos de Alicent ya no hay nadie que le pueda envenenar el alma, por favor, no hagamos de este lugar otro King's Landing para el- Tomó las manos de su esposo para besarlas, a pesar de que Alicent era su destinada, jamás negaría que amaba a su esposo como a nadie en el mundo, el era su presente y su futuro.

El mayor suspiró y asintió un par de veces, dejándose llevar por el reconfortante aroma de su alfa antes de acercarse a abrazarla y recargar su frente en su cuello.

-Mi señora- Una de sus sirvientas se acercó con un par de hojas de papel en mano- Es para usted- Exclamó mientras le entregaba el papel doblado y callado con cera.

Rhaenyra le dio una mirada a Daemon, quien salió del cuarto para ir a ver a sus hijos más pequeños, y en su ausencia, la mujer abrió ambos papeles unidos y comenzó a leer la primera pagina, era la letra de Alicent, el solo verla hizo que el corazón se le hiciera pequeño.

" Mi querida Rhaenyra, hemos tenido nuestras diferencias y sé que en todos estos años lo único que he hecho no es más que causarte dolor, he lamentado todo el sufrimiento que te hice pasar, el alejar a Aegon de tu lado fue el peor error que pude cometer, debí irme contigo y vivir una vida juntas lejos de todo, sé que lo hubieras hecho por mi.

Por eso, querida mía, esta carta no es más que una suplica de una madre desesperada y de una omega abandonada, por favor, Rhaenyra, ahora que el fruto de nuestro amor sabe toda la verdad, te pido que reconsideres poner a Jacaerys Velaryon como el heredero al trono, tu verdadero hijo merece ese derecho.

Podrás pensar que soy egoísta por pedirte esto, pero piensa en lo mejor para el reino, sé que harás lo correcto.

Siempre tuya, Alicent Hightower. "

Rhaenyra terminó de leer la carta y cerró sus ojos con tristeza al ver que la segunda página era aquella hoja que había arrancado, las risas de Alicent se escucharon como ecos en su cabeza, y el recuerdo de su sonrisa cuando ella le entregó dicha hoja no hicieron más que golpear duramente su corazón.

Estaba herida y molesta, como se atrevía Alicent a jugar de ese modo, de verdad, ¿No le importaba lo que opinara su hijo? Simplemente, la princesa no podía concebir en lo que se había convertido la bella omega con la que solía comer pasteles y hablar hasta el cansancio, jamás podría concebir en lo que él poder había convertido a su preciosa destinada.

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Notas del autor:

Hola! Espero que les haya gustado el capítulo de hoy absbab perdón si quedó algo corto, este capítulo no tiene mucho avance a decir verdad, pero como pudieron ver, ya se empezaron a estrechar los lazos familiares y tal vez... los románticos también?