Capítulo 7: Problemas
— Parece que te llevas muy bien con los argentinos, ¿verdad, Memo?
— ¿Qué...?
— Nada, te vi hablando con ellos hace un rato. Incluido tu amigo, el chaparrito con el que estabas platicando en el jardín durante el evento. No nos vayas a traicionar, ¿eh?
La osadía del mayor metiéndose en sus temas personales, molestó e indignó al de rizos que, olvidándose del respeto que tenía que mantener ante su superior, no se contuvo a empujar a éste para que no le bloqueara el paso.
Sin embargo, antes de que Guillermo pudiera avanzar y dejar al mayor atrás, fue interceptado de un jalón en su muñeca hasta dejarlo arrinconado contra la pared.
— ¡Oye, mocoso! Ten más cuidado con faltarle al respeto a tus mayores. —contestó Oswaldo molesto mientras sometía al otro contra la pared.
El poco espacio que separaba a ambos y la reacción molesta del mayor, intimidaron un poco a Memo. Sin embargo, estaba harto de esos tratos que consideraba injustos, por lo que, armado de valor, se animó a responder.
— ¡Deja de meterte en mi vida! Me importa una mierda si no te agrado, pero no tienes derecho a meterte en mis cosas.No tienes ningún derecho de reclamarme lo que hago. Ya tienes la maldita titularidad aquí, y puedes burlarte de mí diciendo que sólo vine a cargar tus maletas. Así que... ¡¿Qué más quieres de mí?!
Contrario al puñetazo que esperaba recibir por parte de Oswaldo, Memo sintió su barbilla ser atrapada por la mano del mayor que apretaba con fuerza y saña su mandíbula hasta impedirle hablar.
— Te odio... Te odio como no tienes idea. —exclamó Oswaldo con una voz firme y tranquila que asustó bastante a Memo, mientras fijaba su mirada en los ojos del más joven.
Aquella actitud tenía bastante desconcertado al joven de rizos, pues parecía que tenía a una persona completamente diferente frente a él. No era el mismo deportista que se hacía respetar entre el resto de jugadores y el público. Y eso empezaba a causarle cierto miedo.
Sin embargo, aquellas actitudes extrañas se quedaron cortas cuando Memo se dio cuenta que Oswaldo acaba con el poco espacio que los separaba, acercándose peligrosamente a su cuerpo. Momento en el que además pudo distinguir el olor a alcohol.
"Está ebrio", pensó, atribuyendo el extraño comportamiento de Oswaldo a su estado.
— Oye... Estás mal... Mejor ve a descansar. Después hablamos ¿Está bien? —dijo mientras intentaba alejarse de él sin emplear violencia ni movimientos bruscos que pudieran alterar al otro.
Nuevamente los intentos de Guillermo por liberarse del peso del mayor fueron inútiles, pues fue retenido de nueva cuenta por el peso de éste contra la pared.
Oswaldo atrapó una vez más la mandíbula del más joven y, tomándolo desprevenido, se acercó hasta sus labios con la intención de que rozaran con los suyos.
Pese a lo desconcertado y asustado que se encontraba, la mente de Memo reaccionó rápido ante la situación, empujando una vez más a su superior hasta conseguir zafarse de él.
— Que... ¡¿Qué demonios te pasa?! —exclamó alzando la voz— Vuelve a intentar eso y...
Guillermo interrumpió sus palabras al ver que el mayor lo observaba bastante divertido.
— Memo... —habló Oswaldo acercándose al más joven— ¿Por qué estás asustado? No es la primera vez que besas a un hombre.
El más joven sintió que la sangre se le congelaba al escuchar las palabras del otro.
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Mi amigo, el mejor (MessiXOchoa Fanfic)
FanficEn un campeonato infantil de futbol celebrado en Guadalajara, Guillermo conoce a un niño llamado Lionel con el que hace una promesa que marcará sus futuros y que llevará a ambos a conocer la ilusión y también la decepción del amor, además de todo lo...