Mi amigo, el mejor (MessiXOchoa Fanfic)

Capítulo 3.1: Para Memo

Hola~ Antes de empezar tengo que aclarar que este capítulo es como un 'bonus' de la primera parte del fic (o en un anime la OVA especial jaja) que va antes del capítulo 4, aunque se puede leer después de éste o incluso de capítulos que vienen más delante. 

El capítulo 3 significó el cierre de la primera parte de la historia, ya que estoy participando en un concurso de fanfics en el grupo de Facebook (🇲🇽MECHOA: El padre de los shipps fifas🇦🇷), así que de momento he anulado la publicación del capítulo 4, PERO NO HA DESAPARECIDO, lo activaré en la semana, además de publicar el siguiente. 

Como a la historia le queda todavía mucho y no iba a terminar a tiempo, decidí cerrar con el capítulo 3 y el bonus para el concurso~ 

Agradezco a todos los que han apoyado el fanfic y espero que este capítulo especial que se centra en la perspectiva de Lionel les guste. 

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Capítulo 3.1: Para Memo

3 de agosto de 1995

El clima era favorable. Para su suerte aquel día no hacía tanto calor como el anterior y el cielo se veía cubierto por algunas nubes, lo que permitía a sus compañeros desenvolverse mejor en el campo de juego.

El partido tenía poco de haber comenzado y su equipo ya llevaba la ventaja con un gol de su propio pie, lo cual motivaba bastante a sus compañeros y por supuesto, al mismo Lionel.

Los aplausos y ovaciones a su equipo no se hicieron esperar por parte del público, el cual en su mayoría era conformado por familias de sus compañeros, así como del equipo rival.

"Que silenciosos se escuchan esos aplausos", pensó mientras volvía a su posición en el campo.

Por supuesto que le encantaba que sus compañeros y el público en general ovacionaran su actuación en la cancha, pero esa sensación de soledad no dejaba de estar presente. Extrañaba a su familia.

Le dolía mucho que ni sus padres ni su querida abuela que siempre lo había apoyado en el futbol, lo hubieran podido acompañar a tan importante evento. Pero, comprendía las razones.

Lio era pequeño y ni siquiera había llegado a los 10 años, pero entendía que su familia vivía rodeada de problemas económicos y que eso siempre les impedía costearse algunos gustos y lujos.

Si estaba parado en una cancha extranjera era gracias al apoyo de su familia y entrenador que, luego de darse cuenta de las increíbles habilidades del menor con el balón, había conseguido lo necesario para poder tramitar su pasaporte y ayudarlo para pagar su boleto de avión. Era un niño cuyo talento no debía ser desperdiciado.

Antes de retomar su posición como central, el pequeño volvió a dirigir su mirada a las gradas encontrando en su mayoría rostros que jamás había visto, a excepción de los padres de sus compañeros, hasta que una silueta pequeña llamó su atención al destacar por la alborotada melena llena de rizos esponjados.

"Es él... Vino a verme como lo prometió", se dijo asimismo en sus pensamientos, sin poder evitar esbozar una tímida sonrisa para saludar al niño que desde lo lejos le correspondía el gesto.

No entendió la razón, pero ver el rostro del niño con el que había jugado el día anterior lo hizo sentir muy feliz, cómo si pudiera llenar ese vacío que lo había abrumado minutos atrás.

Sí, no era su familia, pero ver qué lo estaba apoyando como lo prometió, alegraba su corazón.

Imaginaba también que quizá estaba ahí porque verlo jugar le ayudaría a formular alguna estrategia para su equipo, pues se enfrentarían al día siguiente. Sin embargo, los ojos y sonrisa del niño de rizos expresaban tanta sinceridad que era imposible dudar de sus intenciones.