Mi amigo, el mejor (MessiXOchoa Fanfic)

Capítulo 6: Inseguridad

Capítulo 6: Inseguridad 

— Lio, yo...

Embelesado por las pupilas de los ojos que no había visto en años, Guillermo se sintió hipnotizado, presa de sus deseos e ilusiones que no le permitían mirar ni tampoco pensar con claridad, dejándose llevar por el momento al verse tentado no sólo a revelar sus verdaderos sentimientos, sino a invadir los labios ajenos.

— ¿Qué pasa? —cuestionó confundido Lionel al notar que su amigo no le quitaba los ojos de encima.

— No... No pasa nada, sólo me distraje un momento. Lo siento es que todavía estoy asimilando que nos hayamos encontrado aquí. Qué extraño, ¿no?

Guillermo retrocedió un paso, recapacitando lo que estaba a punto de hacer.

— Sí, tenés razón. Es un poco extraño. —respondió el otro con una leve risita.

La conversación de ambos se vio interrumpida por un joven que a paso seguro se acercó hasta Lionel.

— Oye, Lio. El director quiere que vengas, vamos a tomar una foto grupal y quiere que estemos todos. —dijo el joven dirigiéndose a su compañero de equipo, notando que se encontraba con otro muchacho que no le parecía familiar.

— Ah, sí. Enseguida voy. Gracias.

— Bueno, te veo allá.

Antes de retirarse el joven del equipo argentino le dio un vistazo rápido a Memo, analizándolo con curiosidad.

— Parece que tu equipo te necesita.

— Sí. Creo que será difícil poder hablar con tranquilidad aquí. Ah... —Lionel hizo una pausa mientras observaba el cielo— Me gustaría, si es posible, platicar un rato más con vos... ¿Podemos vernos en el hotel más tarde?

Memo sintió su corazón latir de emoción al escuchar la propuesta de su amigo.

— ¡Claro! Claro que podemos vernos más tarde. Yo también quiero platicar más contigo. —respondió sin disimular la evidente felicidad que sentía en ese momento.

— Bien. Entonces, Memo. Nos vemos más tarde... ¡Ah! Espera... —hizo otra pausa mientras sacaba algo de su bolsillo— ¿Podés darme tu número celular? Para contactarte más tarde y eso... No quisiera molestar a tus compañeros.

Guillermo notó un leve sonrojo en las mejillas del más bajito, recordando lo que su amigo Andrés le había contado de Lionel y la noche anterior, imaginando que en realidad sentía algo de vergüenza.

Aquella idea le provocó cierta ternura.

— Sí, claro. Tú también dame el tuyo. —dijo sacando su propio teléfono— Además, no me gustaría volver a perder contacto contigo otra vez.

En cuestión de segundos ambos intercambiaron números, los cuales guardaron entre sus listas de contactos.

— Bueno, Memo, me voy. Te veo más tarde.

Con un simple gesto de su mano derecha, el mexicano se despidió de su amigo, viendo como se alejaba de él una vez más hasta entrar al salón y perderse entre la multitud.

Suspiró en complicidad de la soledad ante las diversas ideas que llegaban a su cabeza.

Procesaba aún el hecho de su reencuentro con Lionel y que no había pasado nada malo como pensaba. Aunque también tuvo que regañarse mentalmente al recordar lo que estuvo a punto de hacer.

"Es tu amigo y no puedes hacerle eso. Los amigos no se besan. No quiero que piense que soy raro".

El resto de la velada en la fiesta ocurrió sin mayor eventualidad, a excepción de las palabras dedicadas por los mismos miembros del comité, aumentando la adrenalina que sentían los jugadores por el campeonato.