–Llegó el gran momento, el tan esperado día de su graduación del instituto, el punto culminante de años de esfuerzo y dedicación. Aquí se definiría su futuro, el camino que tomaría su vida a partir de ese instante. ¿La aceptarían los invitados? ¿Con quién le tocaría pasar el resto de su vida sirviendo? ¿Alguien la elegiría como su sirvienta, no solo por su habilidad y destreza, sino también por su corazón y dedicación? El miedo y la emoción se entrelazaban en su pecho, mientras esperaba con ansia el veredicto que decidiría su destino.––Ella se paró frente al espejo, ajustando bien su uniforme, sonriendo al recordar los momentos que la llevaron a este día especial. Se acordó de su primera semana en el Instituto, cuando se sentía perdida y asustada, pero también emocionada por el nuevo capítulo que estaba a punto de comenzar. Recordó las noches de estudio con sus amigas, las risas y las lágrimas compartidas, los proyectos y los exámenes superados. Y ahora, aquí estaba, a punto de graduarse, lista para enfrentar el mundo con confianza y determinación. Mientras se daba un último vistazo en el espejo, sus ojos brillaban con orgullo y emoción, sabiendo que este día marcaba el comienzo de una nueva aventura, llena de posibilidades y un sueño por cumplir.–
–Ya Listas todas las proximas graduadas... con su uniforme bien puesto, paradas en dos grandes grupos a un lado de la gran puerta principal de apertura... listas para servir a sus invitados. Las puertas se abren y empiezan a entrar las personas mas importantes, primero los dioses mas importantes del Olimpo, luego los humanos mas importantes de todos los tiempos, luego Reyes, Emperadores, Gobernadores y demas personas de la realeza actuales y de la antigüedad–
–Stella estaba nerviosa, pero lograba mantener la compostura con esfuerzo, gracias a su entrenamiento y experiencia en servir a los demás. Sin embargo, nunca había imaginado que se encontraría en una situación como esa, rodeada de tanta gente importante y poderosa reunida en un solo lugar. La magnitud del evento y la presencia de nobles y dioses la abrumaba, y aunque intentaba mantener la calma, su corazón latía con fuerza en su pecho.–
–Ya pasada una hora sirviendo a los humanos en la fiesta, había llegado el momento de un pequeño descanso para ella y algunas más... el aire estaba lleno de risas, charlas y música mientras los invitados disfrutaban de la diversión. Stella se había ido a sentar a un rincon sola para descansar... desde el inicio había sentido varias miradas sobre ella, pero no tuvo tiempo ni interés en saber de quién se trataba–
–En el Gran Salon De Fiestas Del Instituto, reyes y nobles se mezclan entre ellos disfrutando de la música y las bebidas exquisitas, al igual que los dioses, aunque la mayoría se mantenía alejados de los humanos. El olor de los alimentos ricos y exóticos, sumado al aroma a flores y perfume impregnaba el ambiente. Como una de las sirvientes más jóvenes, en su momento de descanso mientras se encontraba sentada en la esquina observando a todos y cada uno, intentando no llamar demasiada atención. De repente, nota cómo alguien la mira directamente a los ojos y sonríe amablemente ... provocandole un leve escalofrío que recorre su espalda–
–Quien sea que la haya estado mirando, ya estaba más cerca, por lo que supone que debió ser algún dios... ya que la zona de descanso donde estaba ella estaba mas cerca de los dioses por lo que estos le tapaban la vista a los humanos. Después de unos minutos, un dios se acercó sin hacer ruido ni llamar la atención del resto de los invitados ni de la joven. Stella ve como un dios aparece al lado suyo, por lo que ella se asusta ya que la tomó por sorpresa–
–Con su corazón latiendo a mil por hora en su pecho, Stella levanta la mirada hacia el ser divino que la observaba.– ¿Te importaría un momento de tu tiempo?– le pregunta la deidad en voz baja. –Sí, estoy para servirles– respondió ella, sorprendida pero también intrigada por su presencia aquí en la fiesta. Ella no había visto a ningún dios antes acercarse, ni mucho menos hablar con humanos, menos si eran Sirvientas... solo para pedir alguna cosa.–
–El dios de cabellera medio verde con sub-tonos negros se sentó junto a ella, colocando sus manos juntas detrás de su cabeza entrecerrando un ojo– Mis... "amigos" te han estado observando bastante y me causó intriga, ¿qué será lo que vieron en una simple mortal? – el dios se inclina hacia adelante, su respiración cálida y húmeda contra su oído.–Yo te observo porque hay algo especial en ti, –me dice en voz baja. –Un "poder" innato que no todos poseen... ya tendremos tiempo a descubrir que es exactamente –Su aliento caliente hizo que Stella se ruborizara ligeramente, pero no podía negar la curiosidad que lo impulsaba a descubrir lo que era ese poder. , el dios se levanta y se va a su lugar dejándola sola nuevamente, ignorando todo lo que acababa de suceder, pero aun así la siguen viendo fijamente.–
–En ese momento, otro Dios se acercó a ella, su imponente figura llamó su atención. Era alto y de cabello negro como la noche, con unas marcas rojas en el rostro que parecían arder con un fuego interno. Stella se sorprendió al ver que otro Dios se acercaba, y rápidamente bajó la cabeza, haciendo una reverencia educada y respetuosa. Con voz suave y sumisa, preguntó–
-¿Se le ofrece algo, mi señor? ¿En qué puedo ayudarlo?"
–El dios sonríe levemente, y con un gesto de delicadeza y elegancia, tiende su mano hacia la joven sirvienta. Su voz es suave y melodiosa, como la música que llena el salón.–¿Me haría el honor de bailar esta pieza conmigo, señorita?–pregunta, con un brillo de amabilidad en sus ojos. La mano extendida del dios parece invitarla a un mundo de ensueño, donde la música y el movimiento se fusionan en una danza mágica.–
//CREADOR: Rio//
//Perdón por lo corto,,, no se me ocurrió nada más para empezarlo xd//
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La Esclava Del Olimpo - El Juego De Caza
FanficStella, una joven que fue abandonada al nacer acepta la ayuda de unos desconocidos "trabajando" como sirvienta sin saber lo que le esperaria... sin saber que es lo que descubriría. Entrando en un "juego de caza" que la pondría de cabeza.