Capitulo 2: Un Baile Especial

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–La joven criada, con ojos que brillaban como estrellas en la noche, titubeó por un instante, pero sabía que su deber era obedecer sin cuestionar. Aunque su corazón le gritara preguntas, su posición le exigía aceptar sin réplica alguna.–

Stella: Pero... pero yo soy solo una sirvienta. Al ser usted una deidad... no sería apropiado que alguien de mi posición bailara con un ser tan elevado como usted. No estoy a su altura...

–El Dios azabache esbozó una sonrisa enigmática, su diversión era palpable en el tono de su voz y en la curva de sus labios, pero sus ojos revelaban una determinación inquebrantable, una resolución que no admitía negativa.–

– Te aseguro, mi querida, que en este salón de graduación, las jóvenes de tu posición deben mostrar obediencia. Así que, considera mis palabras como un mandato... una órden directa

–Sus cálidos ojos marrones centellaron con una chispa de picardía típica en su persona cuando, con un gesto lento y deliberado, anclinandose,, extendió su mano una vez más, invitándola a aceptar su oferta.–

–Ven... déjese llevar por la música y permítame acompañarla en éste baile

–Con la vacilación aún en su corazón, pero sintiéndose impulsada tanto por la curiosidad como por los nervios del momento, sin mencionar su innegable encanto, colocó lentamente su pequeña palma contra la más grande de él mientras lo miraba fijamente a través de los párpados entrecerrados llenos de determinación no solo de cumplir su pedido... pero también explorando qué más podría estar escondido debajo de sus bromas compartidas a nivel de la superficie, sentian como si estuvieran solos juntos bajo un cielo iluminado por la luna... como si el resto del mundo desapareciera por un momento y solo quedaran ellos dos bailando en una pista vacía, a pesar de estar rodeados de almas alegres a su alrededor.–

–La melodía suave y seductora de la orquesta en vivo envolvía el salón, y la pasión de su compañero de baile parecía transmitirse a través de su mirada y su tacto. Ella sintió cómo su corazón aceleraba su ritmo, al igual que sus pies deslizándose sobre el suelo pulido. La mirada de él brillaba con una mezcla de esperanza y deseo, y ella se sentía cada vez más emocionada por su respuesta. Al principio, su cuerpo temblaba ligeramente, como si estuviera aprendiendo a confiar en el ritmo, pero pronto se afianzó en la cadencia, moviéndose en perfecta armonía con él.–

–Sus brazos la envolvían con suavidad, guiándola con un tacto cálido y firme hacia el ritmo de la música. Stella podía sentir el latido de su corazón contra su pecho, un ritmo que parecía sincronizarse con el suyo propio. Mientras bailaban, él la miraba fijamente, con una intensidad que la hacía sentir desnuda... o vulnerable, pero Stella no apartaba la mirada, devolviéndole la intensidad con una mezcla de curiosidad e intriga. En medio de su baile, hubo un momento de silencio entre ellos, un momento en que el mundo pareció detenerse, y Stella se preguntó si esto era lo que él veía en ella, si esto era lo que la hacía especial a sus ojos.–

–La música fue un velo sobre el momento, cubriendo todos sus sentimientos y deseos con su melodía sutil. A medida que se movían juntos, Stella notó cómo la energía entre ellos se intensificaba. El dios la guiaba suavemente, sus pasos fluidos y elegantes, pero al mismo tiempo poderosos y sensuales. Su mirada se posó en sus ojos con una mezcla de fascinación y admiración, como si estuviera mirando el universo entero a través de sus ojos, haciéndola sentir tan hermosa como nunca antes.–

–En medio de la gran sala abovedada, Stella y el dios se encontraron en la mitad de la pista de baile, con todas las miradas puestas en ellos dos, las chicas la miraban con envidia y pensaban "¿¡cómo una simple sirvienta llegó a bailar con un importante dios como él!?". Ella estaba embebida en el ritmo de la música, pero sus ojos no podían apartarse de él. Su cuerpo se movía suavemente, con gracia y fluidez, como si fuera propio de una divinidad. Se sintió deslumbrada por su belleza y encantada por su compañía. Mientras su cuerpo seguía el ritmo de la música, su corazón empezó a latir tan fuerte que casi olvidó dónde estaba.–

La Esclava Del Olimpo - El Juego De CazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora