En el corredor, los papeles se alzaron en una danza inesperada, una sinfonía caótica de hojas que giraban como hojas de otoño a merced del viento. Entre los revoltosos fragmentos de papel, resonaron exhalaciones de frustración y retumbos de quejas, formando una especie de coro de lamentos y maldiciones. Entre esas voces discordantes, se destacó un enérgico "¡Fíjate por dónde vas!" que emergió en un coro disonante, entrelazándose con el sonido del papel crujiente.En ese momento, sus miradas se encontraron, las dos almas chocaron en una sincronía inexplicable. Ví, con sus cejas fruncidas en un gesto de irritación, y Caitlyn, con una mirada de desconcierto genuino. Un inusual momento de conexión se tejía entre ellas, como un hilo de comprensión que las unía más allá de las circunstancias accidentales.
Los ojos de Ví irradiaban irritación contenida, su enojo a punto de estallar como una tormenta reprimida. Mientras tanto, Caitlyn se encontraba absorta en un mar de confusión, las olas de la perplejidad azotando las orillas de sus pensamientos. Sin embargo, sus ojos captaron un destello de cabello rosado, y la memoria del primer día de clases reverberó en su mente. Como las primeras luces de un amanecer, las conexiones se iluminaron en su mente, revelándole la identidad de aquella que tenía frente a ella.
"Entonces es ella", susurró en sus pensamientos, como si las palabras fueran un eco en el bosque de su mente. La imagen de una cabellera rosada flotando en el viento, asociada con un deportivo distante, había dejado una huella en su memoria. Una chispa de reconocimiento prendió en su conciencia, como una estrella titilante en el vasto firmamento de sus recuerdos.
En el universo de pensamientos de Ví, la molestia dominaba. Observó los gestos perplejos de la persona que tenía enfrente, y una agria sospecha nubló su mente. ¿Habría sido el golpe tan brusco como para trastornar a esa chica? Los engranajes de su mente giraron, intentando descifrar la expresión atónita que veía frente a ella. Sin embargo, cuando percibió cómo esa mirada vacía gradualmente cedió ante la comprensión, su enojo pareció atenuarse. Las tensiones en su semblante se relajaron y, en un gesto que parecía salido de la nada, preguntó con gentileza si estaba bien. Era como si las capas de irritación se hubieran desprendido, dejando al descubierto un rincón inesperado de compasión.
En tanto, Caitlyn se debatía entre la sorpresa y la vergüenza. El carmesí del rubor se extendía por sus mejillas como un atardecer en el horizonte, pintando el cielo de su rostro con tonos cálidos y apasionados. Mientras sus labios se entreabrieron para pronunciar una disculpa, el murmullo de ruidos circundantes atrapó su atención.
Las palabras quedaron suspendidas en el aire cuando Ví se levantó apresuradamente, como una corriente que reúne sus fuerzas para continuar su camino. Un gesto fugaz, la yema de sus dedos rozando su propia cabeza, dejó una incógnita en el aire. Y con un silencio denso como la niebla de la mañana, Ví se esfumó del escenario, como un personaje enigmático que entra y sale de un cuento antiguo.
Caitlyn, a su vez, comenzó a recoger los despojos del caos, las hojas de papel yacen desperdigadas como hojas que caen en el bosque de su vida. Sus dedos rozaron la textura crujiente de los documentos, mientras su mente divagaba entre los fragmentos de aquel encuentro fugaz. Cuando por fin recuperó su posesión, su camino se desplegó ante ella, una senda que parecía etérea en su naturaleza incierta.
El tapiz de su día estaba tejido de encuentros inesperados, y en la distancia, una figura se escondía detrás de una columna como una sombra entre los árboles. Caitlyn continuó su camino, su mente revoloteando como un pájaro cautivo en busca de respuestas, dejando atrás un eco de pasos en el corredor.
Con el sol en lo alto, la universidad seguía girando en su constante danza, cada rincón albergando historias que se entrelazaban en un telar infinito de conexiones. El destino, con sus hilos invisibles, había tejido un encuentro y lo había dejado a merced de dos almas errantes, esperando para escribir un nuevo capítulo en la historia de sus vidas.
En las sombras del pasillo, Heather permanecía oculta como una bruma en la penumbra. Su presencia era tan etérea como una hoja de otoño que se desliza entre las ramas en un suave susurro. Sus ojos, como dos faros brillantes de intriga, se posaron en el encuentro entre Ví y Caitlyn, observando cada interacción con una mezcla de anhelo y obsesión.
Cada detalle de Ví, grabado en su mente como un cuadro meticulosamente pintado, parecía cobrar vida ante sus ojos. Sus cabellos oscuros y sus gestos, cada uno como un trazo de pincel que dibuja la esencia de su ser. Y allí, en el epicentro de la escena, estaba Ví, su obsesión cautiva, interactuando con Caitlyn en una danza de circunstancias que escapaban a su control.
Sus dedos se aferraron a la columna, como si estuviera buscando una ancla en medio de la marejada de emociones. La sorpresa en el rostro de Ví, la confusión momentánea en los ojos de Caitlyn, todo quedó registrado en su mente como un fresco en la historia de su obsesión. La chispa de reconocimiento entre las dos, la corriente invisible que parecía envolverlas, todo despertó una mezcla de celos y deseo en el corazón de Heather.
Un torbellino de pensamientos la arrastró hacia un abismo de reflexión. ¿Qué significaba ese encuentro? ¿Era solo una casualidad o algo más profundo? La imagen de Ví mostrando una expresión de sorpresa y cuidado hacia Caitlyn hirió el rincón más oscuro de su mente. La duda se arraigó como una sombra persistente, cuestionando su lugar en la vida de Ví, cuestionando la importancia que ocupaba en su corazón.
En sus fantasías, había imaginado a Ví como un ser inalcanzable, una musa inmortal que solo se manifestaba en sus pensamientos. Pero ahora, frente a ella, en una interacción con otra persona, Heather comenzó a comprender la complejidad de la vida de Ví, un mundo que ella no podía controlar. El manto de la realidad había caído, revelando las fisuras en su ilusión.
A medida que las palabras de Caitlyn y Ví se desvanecían en el aire, Heather se encontró en un cruce de emociones. La rabia y la envidia luchaban con la tristeza y la resignación. Su obsesión había sido desafiada por una fuerza imprevista, una presencia que había entrado en el escenario de su obsesión y había alterado el curso de las cosas. Una sensación de vulnerabilidad la invadió, como si estuviera parada al borde de un precipicio, mirando a lo desconocido.
Finalmente, Heather apartó la mirada de la escena, como si no pudiera soportar el peso de lo que estaba presenciando. Los pasos de Caitlyn se alejaron como ecos en el viento, y Ví desapareció en la distancia, llevándose consigo la parte más profunda de su ser. Heather permaneció allí, como una figura escondida en las sombras, tratando de comprender la naturaleza intrincada del corazón humano y el destino ineludible que estaba tejido en el tapiz de sus vidas entrelazadas.
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Nota: Hola a todos los que pasan a leer este fic, una actualización más espero que les guste y que tengan un excelente inicio de semana!
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Bajo El Mismo Cielo ( Fan Fics Caitlyn X Vi )
FanficBueno primero que nada me disculpo anticipadamente por ortografía y dramática, esto de la dislexia es difícil, es la primera vez que escribo algo así que espero que les guste. Me inspire a escribir de Caitlyn y Vi hasta ahora creo que me encantó ver...