cuatro. ♡

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habían pasado tres días desde la broma de la ducha, y aunque al principio a taerae le causó gracia ver la cara molesta de los de danza y el contraste con su cabello rosa, después sus ojos iban hacia el quinto chico de la mesa.

se preguntaba por qué no lo delató, sabía que las cosas habrían sido muy distintas si en ese momento en que lo vio dentro de las duchas le hubiera dicho a los demás que él estaba ahí. probablemente ni siquiera tendrían el pelo rosa. pero no, él eligió esconderlo, esconderse con él, y ayudarlo a salir.

sabía que los de danza sospechaban que ellos eran los culpables, más que nada por la cantidad de bromas que ya se habían hecho, pero sabía que no estaban seguros porque sus ojos solamenre mostraban irritación, lo de todos los días, y hanbin parecía a veces tener la vaga idea de que tal vez ocurrió un accidente con el shampoo. eso le decía a taerae que el alto chico de oscura cabellera no les dijo que él había estado ahí, y eso lo dejaba pensando.

¿querría algo a cambio? ¿lo usaría en su contra? taerae simplemente quería que le dijera por qué lo hizo.

misma razón por la que había estado distraído últimamente, y claro que sus amigos lo notaron.

ricky fue el primero en preguntar, en receso mientras estaban en la cafetería. taerae simplemente negó con la cabeza y dijo que estaba pensando en algún proyecto falso que tenia. después, como era de esperarse, matthew preguntó directamente si algo había pasado, y no se quedo con la respuesta sencilla, siguió insistiendo hasta que taerae le dijo que había tratado de pensar qué podrían hacerles los de danza como venganza, lo que sirvió como cambio de tema y eso hizo que matthew siguiera hablando por la siguiente media hora.

hao fue el último, pero no porque no le importará, sino porque él sabía leerlo, cuando algo le pasaba a taerae, hao lo sabía. suponía que no se había acercado antes porque no sabia exactamente qué le sucedía a su amigo, así que cuando le pidió hablar después de clase sabía que se había hecho una idea que era equivocada, porque no había forma en que hao supiese realmente la razón de su distracción.

— ¿te gusta alguien de danza? — taerae casi se ahoga con su propia saliva al oírlo decir eso. hao se mantiene serio, dando a entender que no estaba bromeando.

— ¿de qué hablas?

hao se cruzo de brazos. — llevas no sé cuánto embobado con la mesa de los de danza en el receso. — taerae frunce el ceño, más que nada para disfrazar la expresión de vergüenza que iba a aparecer. ¿era tan obvio? — pero, no te preocupes. sólo que, siendo tu amigo, quiero decirte que eso no va a funcionar.

— hao, no me gusta nadie. — asegura. — ¿y por qué dices eso? ninguno de nosotros ha salido con alguien de danza, no sabes eso realmente...

— esta bien sí no me quieres decir, pero no nos llevamos bien y eso puede complicar las cosas si hay una relación de por medio. — taerae vuelve a fruncir las cejas en confusión. no entendía por qué decía aquello. hao suspira y deja caer sus brazos a cada lado de su cuerpo. — tranquilo, no le diré a los demás. — el chico le da una sonrisa antes de dar suaves palmadas en su hombro, y antes de que taerae pudiese negarlo, hao se da media vuelta y entra al edificio.

taerae pensaba que lo olvidaría al día siguiente, así que no le dio importancia.

🩹﹕─ 𓈒 ♡̷̷̷ ◟ ࣪

gunwook mordió su labio cuando escuchó a hanbin contar su plan de “venganza”; habían terminado de prácticar, y ahora con el rosa fuera de sus cabezas, los chicos habían empezado a pensar en qué hacer para vengarse de los de club de música.

sin embargo, gunwook realmente no estaba poniendo atención, primeramente porque todo ese tema le parecía tonto, y segundo porque cada que hablaban del club de música sus pensamientos iban hacia un lindo chico de cabello castaño y bonitos ojos. gunwook creía que estaba perdiendo la cabeza.

no había contado a nadie sobre lo que sucedió en las duchas, y sí era sincero, no sabía exactamente por qué.

— ¿por qué tan distraído? — gyuvin susurra a su lado. gunwook voltea a verlo y niega con la cabeza, fingiendo estar prestando atención a lo que hanbin decía.

gyuvin le dio una curiosa mirada antes de dirigir sus ojos al mayor.

— ¿todo claro? — hanbin se pone de pie, mirando a los cuatro chicos delante suyo. todos asienten, gunwook también, y eso hace que hanbin suelte una pequeña sonrisa.

cuando gunwook aceptó formar parte del plan no creyó que sería justo ese día, pero ahora se encontraba siguiendo la ancha espalda de jiwoong por los pasillos, una guitarra en sus manos. sí, hanbin había tenido la “brillante” idea de esconder los instrumentos del club de música. gunwook suponía que sabia sus horarios por ser el presidente escolar, pero de todas formas algo dentro suyo le decía que se lo sabía de memoria.

— ¿a dónde vamos? — trata de susurrar, pero cuando sale de sus pensamientos y busca a jiwoong delante suyo, el mayor ya no esta. se detiene en medio del pasillo, buscando a cada lado para ver si es que habían entrado a alguno de los salones, pero no hay nadie.

escucha voces acercándose a donde estaba y sabía que no eran sus amigos, así que hace lo primero que se le ocurre y entra a una de las aulas vacías, soltando un suspiro de alivio cuando oye a la gente pasar sin notarlo.

— ¿eso es mío? — gira sobre sus pies con pánico y, para su gran suerte, ve al mismo chico que vio en las duchas la última vez.

gunwook sólo podía empezar a pedir perdón en ese momento.

tropiezos | gunraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora