seis. ♡

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dos semanas para el festival.

hao había estado insistiendo en alargar las practicas, y ninguno dijo algo al respecto porque no tenían más que hacer en realidad.

las bromas habían parado hace tres días, después de que matthew haya dado la idea de hacer que el piso de la sala de danza este resbalosa, para taerae fue gracioso verlos caer una vez entraron, pero después la regresaron de engañandolos para ir al patio como si fuera pedido del consejo escolar, sólo para arrojarles globos con agua justo el día donde las duchas estaban cerradas.

pararon porque el director parecía estar dándose cuenta de lo que hacían, y en algún momento llegaron a un silencioso acuerdo mutuo de parar, al menos hasta el festival.

sin embargo, eso no hizo que los encuentros con aquel alto chico de cabello negro desaparecieran, incluso se hicieron más frecuentes. taerae lo veía en el pasillo, casi chocaba con él en la cafetería y lo vio más de una vez en las gradas de la cancha en ocasiones donde iba ahí a repasar algún tema de la clase. era extraño, pero no le desagradaba.

se miraban de reojo, no hablandose o diciendo algo sobre la presencia del otro. pero taerae puede recordar la vez que vio a los de danza resbalar en su sala, lo vio reír al conectar miradas, fue sorpresivo al principio, pero después él mismo se encontró riendo la vez de los globos de agua, así mismo mirándolo directamente.

sin duda, era extraño, pero ninguno parecía querer aclarar qué era exactamente lo que sucedía.

— ¿ya puedo contarles? — matthew apoya su cabeza en su hombro y eso, más la voz de ricky, lo trae de vuelta al presente y fuera de sus recuerdos.

estaban en casa del de cabellos blancos, a petición del mismo porque algo había pasado el viernes y tenía que contarles. palabras de ricky.

hao asintió, mirándolo desde el otro sillón individual. matthew se acomodó en su lugar, sin separarse. taerae simplemente puso su atención en el chico que parecía dudoso, o nervioso.

ricky tomó un profundo respiro antes de hablar. — encontré algo en mi mochila... — el chico toma la misma, sacando un pedazo de papel doblado. se lo extiende a hao. — creo que es otra broma.

— “te veías lindo hoy” — taerae escucha leer a hao en un susurro. sus ojos muestran confusión y sorpresa. — creo que es más un admirador secreto.

ricky frunce las cejas. — no, no creo que sea eso.

matthew de pronto se endereza y le saca el papel de las manos a hao para leerlo él mismo. su expresión rápido cambia de incredulidad a emoción pura, una gran sonrisa aparece en sus labios y taerae sabe lo que viene. matthew estaba enamorado del amor, no importa si no es relacionado con él.

— ¡tienes un admirador! — dice emocionado. ricky niega nuevamente.

— concuerdo con matt. — hao se apoya en el respaldo del sillón.

ricky los mira con las cejas juntas, una expresión de disgusto apareciendo. arrebata el papel de las manos del rubio y lo vuelve a guardar en su mochila.

— es obvio que esto es una broma de alguno de danza.

— dejamos las bromas hace días, ricky. — taerae dice, no muy seguro sobre la idea del "admirador", pero tampoco entendiendo por qué harían eso como broma.¿de verdad no crees que tengas un admirador secreto?

— no es eso... — susurra, y es cuando los tres chicos se acercan curiosos. ricky desvía la vista y se encoge en su lugar. — es complicado...

— puedes explicarlo. — matthew lo mira expectante.

taerae no quiere forzar a ricky a decirlo, pero antes de que pueda hablar, ricky ya esta soltando un pesado suspiro.

— puede que gyuvin haya escuchado algo en biología. — susurra. hao frunce las cejas. “¿qué cosa?” pregunta matthew en voz baja. — es tonto. estaba hablando con una compañera sobre una película y llegamos al tema de que las notas, regalos, y eso eran románticos... ¡lo importante es! creo que podría usarlo para burlarse de mi.

hao mira a los demás y niega con la cabeza. — no creo que use algo así para burlarse. — taerae asiente, dándole la razón.

ricky se encoge de hombros. — no me parece razonable tener un admirador secreto tampoco. — matthew vira los ojos ante eso.

— ¿entonces qué? ¿vas a hacerle algo? — pregunta taerae, no gustándole hacia donde iba la conversación. pero ricky asiente. — pero ya estábamos bien...

— sólo será algo pequeño. — dice con calma, y taerae le cree, porque sabe que hao nunca dirá que no a un plan para molestar a los de danza. o a hanbin, específicamente.

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“algo pequeño” se convirtió en algo lo suficientemente grande como para que ahora taerae este yendo un sábado por la tarde hacia la sala que tenía escrito «detención» en la puerta.

el plan era sencillo, hacer lo mismo que ricky creía que gyuvin había hecho, dejar una nota, pero esta no decía un cumplido, sino algo completamente diferente que ricky no dejo que ninguno viera. todo comenzó a irse en picada cuando gyuvin llegó para enfrentar a ricky mientras almorzaban en las gradas de la cancha, donde por suerte no había nadie más.

gyuvin decía algo como “juraste nunca volver a mencionarlo”, pero nadie realmente sabía a qué se referían, por lo que se mantuvieron al margen. no fue hasta que comenzaron a empujarse que los demás se entrometieron, primero tratando de separarlos, pero después la pelea se volvió más grande, no realmente llegando a golpes.

alguien los vio y avisó al director, pero pudieron irse de ahí, a excepción de taerae, quien alegaba que era mejor que uno cargará con la culpa o sino recebirían un peor castigo. pero cuando taerae volteo a su izquierda vio al alto chico de cabello negro parado a su lado, probablemente con la misma idea en mente, y también para que todo lo de la “pelea” fuese más creíble.

por eso ahora estaba en aquel salón mirando el reloj en la pared, el chico de danza a unos bancos alejado, mirándolo de reojo. el profesor encargado había pasado a decirles cuánto estarían ahí y lo que debían hacer, después se fue con la excusa de que debía terminar otro trabajo y los dejo solos.

taerae soltó un bajo gruñido dejando caer su cabeza contra su escritorio.

— ¿por qué se pelean? — taerae levantó su cabeza al oírlo. miro hacia el chico y conecto miradas.

volteo nuevamente hacia el reloj de la pared. — no lo sé, matthew dice que tiene que ver con hao y hanbin. — se encoge de hombros.

escucha al chico soltar un bajo “ohh” y taerae sonríe levemente ante eso.

— soy gunwook, por cierto. — dice el pelinegro tras un largo silencio. taerae vuelve a mirarlo.

— soy taerae. — susurra, una suave sonrisa asomándose por sus labios. gunwook le devuelve el gesto.

cuando esta por ponerse de pie para ir a un asiento más cercano al otro, la puerta se abre y el profesor entra, les dice que pueden irse tras entregar el trabajo que habían hecho, dando por terminada la detención.

caminando por el pasillo, lado a lado, taerae no puede evitar mirar de reojo al más alto, sintiéndose extraño ahora sabiendo su nombre después de no poderselo sacar de la cabeza por días. gunwook sintiéndose igual. al salir del instituto, se despiden, y una sonrisa aparece en labios de ambos.

tropiezos | gunraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora