ocho. ♡

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— el club de baile ha estado muy callado estos días. — hao come de su charola con molestia, sus ojos caen en la mesa del club mencionado. matthew, a su lado, se encoge de hombros, pero presta atención a lo que dice. — seguro traman algo... ¿no crees, tae?

un repentino silencio llena la mesa de los tres amigos, hao frunce las cejas y voltea a ver a su amigo de cabellos castaños; taerae tenía una sonrisa escondida y picaba su comida con delicadeza, sus mejillas se enrojecian con el pasar de los segundos. hao volteó hacia matthew, quien lo mira por igual con una expresión confundida.

taerae había estado muy callado esos días también, a hao realmente no le había llamado la atención, el chico era así la mayoría del tiempo, pero ni siquiera había hecho comentarios acerca del plan que tuvo hao sobre llenar con algún aceite el piso del club de baile, lo cual era extraño. no entendía qué sucedía con su amigo, y en parte se sentía culpable por no haber preguntado antes, sin embargo, sabía que taerae no le diría nada hasta que estuviese seguro de hacerlo, por lo que la mayoría de las veces que lo encontraba perdido en sus propios pensamientos lo devolvía al presente con una tonta plática sobre algún postre de la cafetería.

taerae no estaba muy al tanto tampoco de lo que sucedía con hao, ni siquiera notaba las miradas extrañadas que sus amigos le daban, pero lo que sí sabía es que últimamente no podía dejar de pensar en ciertas situaciones con cierto pelinegro. gunwook había sido el personaje principal en su cabeza, repetía una y otra vez las pequeñas charlas que tenían, y no podía evitar imaginar como sería si ambos fuesen a comer algo, o a algún área de árcade donde taerae ganaría un peluche y se lo daría, probablemente diciendo lo mucho que se parecían... estaba volviéndose loco, sí era sincero.

¿me gusta gunwook?” repetía en su mente como si fuese un reproductor descompuesto. taerae quiso pedir algún consejo a sus amigos, pero sabía que sí llegaba a mencionar que estuvo hablando con alguien del club de baile hao se pondría rojo de la molestia y probablemente le diga que no debería salir con el enemigo, o que sí siquiera pensaba en acercarse de otra forma que no fuese amistosa saldría con el corazón roto y sin un hombro en el cual llorar. taerae no era muy bueno imaginando buenos resultados a esa conversación, por eso prefería mantener la imagen tierna y amigable de gunwook en su cabeza.

— ¿estás ocupado este viernes? — taerae parpadeo lentamente, confundido. negó de igual forma. — mamá me dio dos boletos para una feria, se los dieron a ella pero no es algo que le guste mucho. ¿quieres ir?

— ¿yo? — gunwook asiente con una dulce sonrisa. — ¿no invitarás a tus amigos? — pregunta con duda, sus ojos yendo hacia todos lados menos hacia el chico que estaba delante suyo.

— sólo tengo un boleto extra, y no quiero verlos pelearse por quién irá... además, me gustaría que vinieras, será aburrido ir solo.

taerae mira la mueca que gunwook muestra, una combinación entre tristeza y suplica. claro que quería aceptar, sus manos temblaban por aceptar y su corazón latía con rapidez, pero no podía dejar de pensar que si pasaba más tiempo de lo normal con gunwook comenzaría a actuar extraño y probablemente el chico se lleve una idea equivocada de él, o en realidad no sabía si equivocada, pero taerae ni siquiera había llegado a un acuerdo con su corazón y mente como para saber controlarse.

— anda, vamos. será divertido. — gunwook entonces tomó sus manos, eran grandes y cálidas, taerae sentía que estaba un paso más cerca del paraíso.

— emm... sí, suena bien. — cuando gunwook le mostró una sonrisa aún más grande y emocionada supo que su corazón no soportaría todo lo que le estaba sucediendo.

cuando taerae llegó a su casa esa tarde no hizo más que tirarse a su cama y soltar un profundo suspiro lleno de frustración y confusión. no sabía cuántas veces se había hecho la misma pregunta y no podía darle respuesta. taerae no quería comenzar a arruinar la amistad que había formado con gunwook, le agradaba como estaban yendo las cosas, pero tampoco estaba seguro de si realmente eso era lo que su corazón quería.

tropiezos | gunraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora