Capítulo 1

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En un mundo donde las palabras tejían la red invisible, una promesa emergió como un hilo sagrado entre dos almas. Más simple que una declaración; fue un pacto que trascendió el tiempo y el espacio, un compromiso arraigado en la esencia misma de la existencia paranormal. En la encrucijada de destinos, donde yo, Lilith Moonfire, descubrí que la promesa no es solo una palabra, sino el eco de un vínculo indeleble que da forma a su viaje en esta tierra de promesas por cumplir.

En cada latido del corazón, en cada aliento compartido, la promesa se convirtió en un faro de luz que iluminó el sendero de mi ser. Como las estrellas en el firmamento nocturno, su brillo constante guió a través de las oscuridades de la incertidumbre. Y mientras avancé, descubrí que la promesa es más grande que un simple compromiso; se trata de un recordatorio constante de esa conexión que compartíamos, un lazo que fortalece esta determinación en momentos de adversidad.

Así, en las páginas de mi historia, la promesa se convirtió en un motor de acción, un impulso que dirigió las decisiones y modelaciones de los destinos. Como el agua que da forma a la piedra con cada gota, la promesa escupió la trama con cada elección y desafío enfrentados. Y cuando llegó el momento de cumplir lo prometido, mis temores se hicieron realidad, ya que la promesa se transformó en un acto de realización que trascendió las palabras y cobraron vida.

En el corazón de mi interior latió una promesa, como un eco constante del compromiso con el futuro y con los demás. En cada página nueva, en cada capítulo que se desplegó, la promesa emergió como un pilar fundamental que sostiene las emociones y acciones. Porque en este mundo de palabras entrelazadas, la promesa es el hilo conductor que une el tejido narrativo, que es guiado a través de una travesía hacia la redención y el cumplimiento.

En las sombras del atardecer, en un reino devastado por la guerra, me encuentro en una encrucijada entre mi deber y mis temores más profundos. La promesa que un día se celebró por lo alto, había llegado el momento de cumplirse. Debo convertirme en reina y salvar a mi pueblo de la desolación que las ruinas nos dejaron, pero el miedo me abraza con fuerza. Por mucho que las horas pasen, sigo enzarzándome contra el mismo bucle. La magnitud de mi responsabilidad me está abrumando y las inseguridades me están invadiendo. Soy consciente de que la corona no es solamente un símbolo de autoridad, sino también un peso insostenible que va a recaer en mis hombros.

Cada decisión que debo de tomar, cada política que debo establecer, se esta convirtiendo en un recordatorio constante de mi miedo a fallar. La idea de liderar en tiempos de paz y prosperidad se me hace menos aterrador que la idea de liderar en tiempos de crisis. Cada vez que pienso en las decisiones que deberé de tomar para reconstruir el reino y devolverle la esperanza a mi gente, mi corazón late con frenesí. A menudo me pregunto si estoy a la altura de la tarea que me queda por delante. Sin embargo, cada vez que veo a los supervivientes de la guerra, cada rostro desgastado por la tristeza y la pérdida, recuerdo por qué he aceptado mi destino.

Encuentro fuerzas en la memoria de mi padre recordando sus palabras de aliento cuando le confesé mi temor a no estar a la altura.

—El miedo es una emoción natural, querida hija—me dijo—. Lo importante es lo que haces con ese miedo. Puedes dejar que te paralice, o puedes usarlo para impulsarte a hacer lo correcto, incluso cuando es difícil.

Mirándome en este espejo de cuerpo entero que parece haber sido tallado de la madera de un árbol antiguo y mágico, donde incluye un marco intrincadamente detallado, supe que el miedo no me paralizaría. Mi reflejo se funde con el entorno creando la ilusión de estar parada en medio de un claro mágico rodeado de criaturas fantásticas y destellos de luz brillante. Cada vez que me muevo, las sombras y los destellos danzan a mi alrededor, como si estuviera experimentando un movimiento mágico en un mundo de ensueño.

La Reina de las Mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora