Jeon Jungkook uno de los empresarios más exitosos de Seúl. Un joven ambicioso y egocéntrico. Conocido, no solo por su fortuna, sino por ser uno de los hombres más hermosos y más codiciados de la ciudad.
Ajeno a la idea del amor y de un «para siempr...
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Luego de haber pasado el día entero con la familia Kim, acompañando a mi jefe y almorzar con ellos, finalmente el día había acabado.
Regresé sola al departamento, no sabía dónde estaba metido Jungkook pero corrí a darme un baño porque Jackson no tardaría en llegar de su viaje y venir a buscar a Momo. Mientras estaba en la bañera, escuché la puerta principal cerrarse.
— ¡Jungkook! ¿Eres tú? —nadie respondía. Estaba completamente desnuda, no podía salir así—. ¡Jungkook! —Seguía sin responder nadie, así que me puse de pie para alcanzar la bata. De pronto la puerta se abrió y Jungkook clavó sus ojos en mi cuerpo—. ¡Idiota! — ¿Así le hablas a tu jefe? — ¡Estaba gritando tu nombre! —Me metí nuevamente en el agua, intentando cubrir mi piel—. ¡Podrías haber respondido! —Lo siento. Estaba ocupado. ¿Qué necesitabas? — ¡Nada! Solo quería saber si eras tú... — ¿Esperabas a alguien más? —Eso no debería importarte. —Cierto —estaba a punto de cerrar la puerta. — ¡Oye! —volvió a ingresar—. Jackson llegará en unos minutos. No te ofendas, pero quisiera estar a solas con él. —Bien. Los dejaré a solas. —Gracias.
Había terminado de preparar un pastel y algunas cosas más para comer con Jackson mientras charlábamos de su viaje. Opté por usar un vestido sencillo color blanco y dejarme el cabello suelto. Pocos hombres me ponían ansiosa como Jackson, aunque no sabía para dónde iría lo nuestro, me emocionaba verlo y pasar el tiempo con él.
El timbre sonó, acomodé mi vestido y abrí la puerta para encontrármelo con un paquete en sus manos y una sonrisa.
— ¡Hola! — ¡Jackson! Ven, pasa. —Ten, te traje un regalo. Quería esperar un poco, pero estoy demasiado ansioso porque lo veas. Lo guie hasta el sofá y abrí el paquete. De su interior saque un bolso demasiado lujoso. —Lo vi en la tienda de Gucci y pensé en que te gustaría. —Jackson... es demasiado hermoso, pero no podría... —No te preocupes. Es solo un regalo, no me cuesta nada. Podría comprarte todos los que quieras. —Jackson... ¡Gracias! —Te extrañé, Elena —acarició mi rostro. No supe que decir—. No sabes cuánto —se acercó para poder besarme, pero de repente mi vista se concentró en lo que pasaba detrás de él.
Jungkook había aparecido por el pasillo donde se encontraban las habitaciones y silenciosamente buscó algo en las gavetas.
— ¿Me disculpas un momento? Olvidé algo en... Ya vengo —me puse de pie. —Te espero. Saludaré a Momo —se acercó a la jaula.
Corrí al pasillo y tomé del brazo a Jungkook, encerrándonos en una habitación. — ¿Qué demonios haces aquí? —susurré furiosa. —Me dijiste que los deje solos y eso hice. —Dije que te fueras. —No, en realidad no dijiste esto. Además no tengo a donde ir. —Tienes todo el dinero que quieres, claro que tienes donde ir. —Cierto, tengo todo el dinero que quiero. Tanto que también puedo comprarte todas las carteras de Gucci, incluso la tienda completa —deslizó su mano por mi cuello y me atrajo hacia él—. Pero quiero quedarme aquí... —Yo quiero estar a solas con Jackson. — ¿Estas segura? —sus ojos bajaron a mis labios, los cuales rozó con los suyos. Mi mente se nubló y dude de mi misma—. Creo que no lo estas. —Si —lo empujé—. Lo estoy. — ¡Momo! —escuché a Jackson gritar desde el living. Dejé a Jungkook y corrí a ver que sucedía.
Jackson sostenía la jaula a la altura de su rostro para ver al hámster en su interior. Él le hablaba pero al parecer el hámster no le hacia caso.
— ¡Momo! ¿Qué tienes? ¡Soy yo! — ¿Qué sucede? —Momo siempre se alegra al verme, pero ahora parece no conocerme. —Tal vez tarde un poco en reconocerte, te fuiste por muchos días. —Siempre hago lo mismo y siempre me reconoce. ¡Este no es Momo! — ¿Cómo que...? — ¡No! ¡No es Momo! —Jackson continuó observando su hámster con preocupación.
Giré mi cabeza para encontrarme a un Jungkook escondido detrás de la pared, observando la situación. En cuanto cruzamos miradas, huyó como un cobarde. Nuevamente corrí detrás de él. Entré en la habitación, dónde él estaba sentado en la cama con su celular como si nada hubiera pasado.
—Dime que sucede. —No sé de qué hablas. —El problema que tuviste hoy, tiene que ver con Momo, ¿no? —No. —Mientes, Jungkook. Es mejor que me digas que pasó. —Me mordió y se escapó. — ¿Cómo que te mordió y se escapó? ¿Por qué te mordió? Te dije que lo dejarás en paz. No debías acercarte. —Intenté ayudarlo, ¿ok? Y esa rata mal agradecida me mordió. — ¡Por Dios! —Caminé por la habitación—. ¿Cómo se lo digo a Jackson? —Lo lamento, Elena. No fue intencional. —No estoy segura de eso. — ¿De que hablas? —Es obvio que Jackson no te cae bien y no sé porque. —Porque solo quiere acostarse contigo. — ¿Y tú no buscas lo mismo? —Es distinto. —Distinto, ¿por qué? —Yo no te invento un cuento de hadas, Elena. — ¿Y qué tal si él solo es honesto y realmente siente algo por mí? —Yo... — ¡Elena! ¡Elena!
Al llegar al living me encontré con el hámster dentro de la jaula y Jackson sosteniendo a Momo en su mano.
— ¡Él si es Momo! —Jackson, puedo explicarlo... — ¿Qué? ¿Qué perdiste a mi hámster y en vez de ser honesta, quisiste engañarme con otro? —Jackson... — ¡Que idiota fui en confiar en ti algo que amo tanto, Elena! ¡Adiós! —tomó sus cosas. — ¡Jackson! ¡Por favor, yo...! El golpe de la puerta cortó mis palabras.
Vi a Jungkook acercarse, pero antes de que pudiera decirme algo, le lancé la cartera Gucci y corrí para encerrarme en mi habitación.
